1. El universo es la totalidad del espacio y del tiempo, de todas las
formas de la materia, la energía y el impulso, las leyes
y constantes físicas que las gobiernan. Sin embargo, el
término universo puede ser utilizado en sentidos contextuales
ligeramente diferentes, para referirse a conceptos como
el cosmos, el mundo o la naturaleza.
2. Evolución del
universo
Durante la era más temprana del Big
Bang, se cree que el universo era un
caliente y denso plasma. Según avanzó la
expansión, la temperatura decreció hasta
el punto en que se pudieron formar los
átomos. En aquella época, la energía de
fondo se desacopló de la materia y fue
libre de viajar a través del espacio. La
energía remanente continuó enfriándose
al expandirse el universo y hoy forma
el fondo cósmico de microondas. Esta
radiación de fondo es remarcablemente
uniforme en todas
direcciones, circunstancia que los
cosmólogos han intentado explicar como
reflejo de un periodo temprano
de inflación cósmica después del Big
Bang.
3. Estrellas
Son los elementos constitutivos más
destacados de las galaxias. Las
estrellas son enormes esferas de gas
que brillan debido a sus gigantescas
reacciones nucleares. Cuando debido
a la fuerza gravitatoria, la presión y la
temperatura del interior de una
estrella es suficientemente intensa, se
inicia la fusión nuclear de sus
átomos, y comienzan a emitir una luz
roja oscura, que después se mueve
hacia el estado superior, que es en el
que está nuestro Sol, para
posteriormente, al modificarse las
reacciones nucleares
interiores, dilatarse y finalmente
enfriarse. Son los elementos
constitutivos más destacados de
las galaxia
4. Agujeros negros
Un agujero negro1 u hoyo
negro2 es una región finita
del espacio en cuyo interior
existe una concentración de
masa lo suficientemente
elevada como para generar
un campo gravitatorio tal que
ninguna
partícula material, ni siquiera
la luz, puede escapar de ella.
Sin embargo, los agujeros
negros pueden ser capaces de
emitir radiación de rayos
X, lo cual fue conjeturado
por Stephen Hawkingen los
años 1970 y demostrado en
1976 con el descubrimiento
de Cygnus X-1.