1. Milagro en Garagoa
Antes de comenzar el año 2008, mi novia me convenció de que me confesara y asistiera a la
misa católica, pues hace más de 15 años no lo había hecho, después de aceptar, decidí
confesarme, desde entonces me sentí como nuevo, todo el peso de pecados que había
cargado durante todos esos años y no me había dado cuenta, sé que todo lo deje en el
confesionario y me sentí como si hubiese vuelto a nacer.
En las primeras semanas de Enero de 2008, comencé a padecer un dolor de cabeza muy
fuerte, mucho más intenso que la habitual migraña que he padecido desde el colegio en la que
se me oscurece un poco los ojos y me dan nauseas. Este nuevo dolor de cabeza parecía como
si me enterraran un punzón por un lado de mi cabeza, era demasiado fuerte, además de esto
comencé a escupir sangre a la hora que me despertaba el dolor de cabeza, que era como a las
tres de la madrugada más o menos, todos los días.
Esto comenzó a preocuparme y decidí ir donde el médico, el cual me recomendó subir la
almohada porque era reflujos que provenían del estómago. Entonces le hice caso al médico
pero no cambio para nada el problema. El dolor de cabeza comenzó a las varias semanas no
solo a despertarme en las madrugadas, sino que también en el día, cada vez se intensificaba
más el dolor, ahora era en la mañana, por las tardes y en las noches, además de la madrugada,
para acabar de ajustar vivía solo y cuando este me atacaba en mi casa, sentía que no podía
soportarlo, varias veces fui por urgencias en las cuales me aplicaban una inyección para calmar
el dolor y suero, pero el problema continuaba, me hicieron exámenes de sangre, de la presión
y hasta un tac, pero todo estaba bien, recuerdo que el neurólogo me insinuaba que el
problema era psicológico y me molesto un poco el comentario, pues como era posible que algo
sicológico me doliera a tal punto que quería arrancarme la cabeza, me dijo también que podía
ser una jaqueca en racimos o migraña suicida, y que es tan fuerte que las personas deciden
terminar con la vida que resistirlo.
Me entregue en la oración a Dios y comencé a rezar el rosario todas las noches, buscando la
ayuda del señor porque sabía que por allí estaba la solución a mi enfermedad. Cuando me
daba un ataque de migraña en racimos, le ofrecía el dolor al señor y soportarlo mucho mejor,
sin embargo, la frecuencia del dolor de cabeza aumento de tal modo que cada 20 a 40 minutos
me tenía que mandar la mano a la cabeza, y si estaba en la oficina, tenía que dejar lo que
estaba haciendo y salir a caminar, muchas veces sentí caer al suelo del dolor y llorar como un
niño por la intensidad del mismo.
Por el mes de Marzo de 2008, un vendedor de la empresa renuncio y me pidieron el favor de
reemplazarlo, yo acepte pues necesitaba cambiar de ambiente por todo lo que me estaba
sucediendo.
Mi primera correría fue desde Medellín a Cúcuta y de Cúcuta a Ipiales, durante todo el
recorrido, no sentí en ningún momento el dolor de cabeza, sentía una paz que no sentía desde
hace muchos meses, cuando llegue a Pasto, era un Domingo, decidí a provechar el tiempo y
conocer el santuario de las lajas en Ipiales como a dos horas de Pasto, cuando llegue allí, me
emocione mucho por conocer aquel hermoso sitio, recuerdo que estaban celebrando un
matrimonio y había muchas personas, espere que pasara la misa allí dentro y cuando la
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2. mayoría se retiraba de la misa, decidí acercarme a la virgen que estaba por el costado derecho,
cuando me estaba acercando a ella, empecé a sentir un inmenso desaliento, sentí que me iba a
desmayar, me pitaban los oídos, un escalofrió y como si me faltara el aire, me apoye en una
pared, parecía un borracho dentro de un templo. No pude acercarme a la virgen porque me
Salí del templo hacia una especie de balcón a tomar aire. Me preguntaba que había podido
ocasionar ese mareo tan horrible, no lo entendía, luego después de sentirme bien, decidí
volver hacia la virgen para orarle un momento, pero cuando trate de acercarme de nuevo,
comenzó el mareo otra vez y sentí que me desmayaba pero al mismo tiempo empecé a
sospechar que algo andaba mal en mí, así que saque fuerzas de donde pude y logre llegar
hasta la reja que hay al frente de la virgen; sin embargo no fui ni siquiera capaz de alzar la
cabeza ya que caía casi desmayado por la falta de aire. Espere un momento sentado y Salí
rápidamente otra vez al balcón aquel.
Luego de recuperarme, decidí dar una vuelta por los alrededores para tomar fotos y entrar al
museo, allí estuve más o menos una hora, cuando Salí del museo, decidí de nuevo entrar al
templo para orar y para comprobar de que no había nada malo en mí y que solo se trataba de
una coincidencia, sin embargo cuando me estaba acercando, empezó a pitarme los oídos y
sentí la sensación de mareo, por lo cual decidí orar a varios metros de donde estaba su
imagen. Casi en la puerta frontal.
Cuando llegue a Medellín le conté lo sucedido a mi novia quien era muy católica, ella se
preocupó mucho y me puso en oración con todos sus amigos amigas que tenían mucha fe.
Pero también le comente que el dolor de cabeza había desaparecido y ella se alegró tanto
como yo.
Estuve en correrías por dos meses más como hasta principios de Junio, hasta que consiguieron
al vendedor que reemplazaría al que yo estaba reemplazando. Me gustó mucho la experiencia
de vendedor, pero en mi empresa necesitaban que yo estuviese al frente de mi puesto pues
me estaba desempeñando como Jefe de Producción y Calidad y analista de costos y mientras
estuve fuera de la empresa las cosas fueron un caos.
Me senté de nuevo en mi oficina y fue como al segundo día de comenzar trabajo cuando
comenzó también el dolor de cabeza intenso, muy intenso, cada vez me parecía que era más
fuerte. Volví al médico neurólogo el cual me receto unos medicamentos que eran para
tratamiento de jaquecas en racimos que además de costosos, no hicieron mucho, vivía
incapacitado, y cuando no, el gerente me hacía ir para la casa hasta que estuviese bien.
Fue más el tiempo de ausentismo que de trabajo, algunos decían que era estrés y yo también
lo creí por lo cual decidí descansar al máximo, alimentarme lo más bien posible y mantenerme
muy tranquilo, sin embargo nada de esto servía.
Pasaron muchos meses hasta que mi novia decidió invitarme a Garagoa, un pueblito muy
especial de Boyacá porque allí vivía una mujer llamada Oliva, que hablaba con Jesús y que por
medio de ella obraba en las personas. Yo ya había leído o escuchado un año antes de ella
cuando me estaba convirtiendo al catolicismo por medio de un sacerdote de apellido
cancelado. Me alegro mucho la invitación la cual era una peregrinación de dos buses con
personas de San Antonio de Prado, Itagüí y la ceja. Tenía fe de que aquel viaje terminara con
este mal tan intenso.
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3. El viaje fue duro, hasta casi nos perdemos porque nadie sabía dónde era Garagoa, algunos
insinuaron que el diablo no quería que llegáramos a ese pueblo por las cosas sucedidas
durante el viaje.
Pero al fin llegamos, como a las 4:30 de la tarde alcanzamos a almorzar y salimos a la 5 pm
para donde Oliva, salimos en el bus cuando llego el otro bus que se había varado en el camino,
ese día no habíamos ni desayunado, pero al menos alcanzamos a almorzar, pero los que
llegaron media hora tarde, esos no alcanzaron. Después de que llegamos a una portada,
tocaba seguir a pie por un camino de paso en donde había unos altares que representaban el
viacrucis, eran muy bonitos, fueron hechos hasta la entrada de la casa humilde de Oliva.
Cuando estábamos llegando, nos encontramos con unas personas que acababan de estar con
ella, era una peregrinación de Ibagué y nos dijeron que ella ya se iba a acostar porque era muy
tarde, casi las 6 pm, entonces salimos corriendo para alcanzarla antes de que se acostara y nos
atendiera. Gracias a Dios que así fue.
Cuando llegamos, cada uno la saludo, cuando me tocó el turno, vi su rostro tan amable, quise
decirle lo que me pasaba pero como éramos tanto, los que queríamos saludarla, no se pudo.
Dentro del grupo había un sacerdote que se ofreció para realizar una eucaristía a casi 80
personas que estábamos allí. Cuando comenzó aquella misa, comencé a orarle al señor,
porque sentía que me escuchaba mucho más fuerte, cuando empecé a orar, el dolor de cabeza
se hizo mucho más intenso que nunca, sentía que me iba a quedar allí, en medio de la misa,
lloraba del dolor, me daba pena que me vieran llorando, pero decidí ocultarme el rostro. Sentí
que tenía que salir corriendo pero fui capaz de aguantar, sabía que el señor no me iba a
ayudar.
Cuando termino la misa, también se fue terminando el dolor de cabeza, me despedí de nuevo
de Oliva, hermosa mujer que durante la homilía, dejo un mensaje que Jesús nos había enviado,
por alrededor de 45 minutos.
Fue una experiencia inolvidable haber estado allí, no solo para mí, sino para otras personas
que también estuvieron allí vestidos de fe, con la esperanza de que el señor los ayudara.
Mi dolor de Cabeza termino allí, a la fecha en que escribo mi relato, 30 de agosto del 2010
desde su última vez 12 de Diciembre de 2008, cuando estaba en la casa de Oliva.
Además de esto, se de otros milagros que sucedieron allí… pero después tratare de contarlos.
Por ahora era necesario para mi, escribir lo sucedido en Garagoa, sino seria como una oración
sin compartir.
John Fredy Marin Celorio
Medellín, 10 de Agosto de 2010
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