La ciudad de Hamelín estaba plagada de ratas. Un flautista prometió deshacerse de las ratas a cambio de dinero. Tocó su flauta mágica y las ratas lo siguieron fuera de la ciudad hacia un río donde se ahogaron. La ciudad no pagó al flautista como habían prometido, así que volvió y tocó su flauta para atraer a los niños lejos de la ciudad también.