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Naturaleza,
historia y
arquitectura
8 Madrid en el mapa
10 Naturaleza: Naturaleza urbana
Sierra de Guadarrama
Hayedo de Montejo y El Pardo
16 Historia: Orígenes de Madrid
Madrid, Corte y capital
Hacia el Madrid actual
22 Arquitectura: Siglos XV al XVII
Siglo XVIII
Siglo XIX
Siglo XX
9
ALGUNOS DATOS
Enero 6º C
Febrero 5º C
Marzo 11º C
Abril 13º C
Mayo 19º C
Junio 22º C
Julio 25º C
Agosto 26º C
Septiembre 23º C
Octubre 18º C
Noviembre 10º C
Diciembre 7º C
Madrid:temperaturas medias
Amsterdam 0 h
Atenas +1 h
Berlín 0 h
Bruselas 0 h
Copenhague 0 h
Estocolmo 0 h
Helsinki +1 h
Lisboa -1 h
Londres -1 h
Los Ángeles -9 h
Moscú +2 h
Nueva York -6 h
Oslo 0 h
París 0 h
Roma 0 h
Viena 0 h
Tokio +7 h
Beijing +6 h
Shanghai +6 h
Buenos Aires -5 h
Ciudad de México -7 h
Río de Janeiro -5 h
Diferencias horarias
A Coruña 609
Amsterdam 1.735
Atenas 4.029
Barcelona 621
Berlín 2.360
Bilbao 395
Bruselas 1.556
Cádiz 663
Copenhague 2.539
Estocolmo 3.163
Lisboa 644
Londres 1.725
Oslo 3.133
París 1.260
Roma 2.086
Sevilla 538
Valencia 352
Valladolid 193
Viena 2.444
Zaragoza 325
Distancias en km
GEOGRAFÍA
Madrid en el mapa
La Comunidad de Madrid, cuya capital lo es asimismo de España, se halla
enclavada geográficamente en el centro de la península Ibérica, en el
extremo suroeste de Europa. Con una extensión de 8.028 km2, sus límites
administrativos los constituyen otras dos entidades autónomas españolas:
la de Castilla y León, al norte y al oeste, y la de Castilla-La Mancha, al este
y al sur. En lo que respecta a sus límites físicos, debemos mencionar una
cadena montañosa, el sistema Central, y el valle de un río, el Tajo.
Entre Guadarrama y el Tajo
La frontera natural septen-
trional de la Comunidad de
Madrid forma parte del siste-
ma Central: la sierra de
Guadarrama, también cono-
cida popularmente como la
sierra de Madrid. La frontera
meridional es por su parte el
valle de uno de los principa-
les ríos de la península
Ibérica, el Tajo. En esos límites
de poco más de 8.000 km2
convive una población de casi
seis millones de seres huma-
nos, 5.718.942 habitantes
para ser más exactos y según
el preceptivo censo de 2003.
Que está densamente pobla-
do su territorio queda escla-
recido si a la cifra de 712
hab/km2, que nada dice en
principio, añadimos que es la
más elevada de toda España.
Eso sí, la distribución demo-
gráfica dista mucho de ser
homogénea en la región
madrileña. La capital y su
área metropolitana concen-
tran el 92% de la población
comunitaria. En el año 2003,
a Madrid, con 3.092.759 habi-
tantes, le seguían por este
orden Móstoles (201.789),
Fuenlabrada (182.705), Alcalá
de Henares (176.434), Leganés
(173.584), Alcorcón (153.100) y
Getafe (151.479). Detrás de
esas ciudades aparecen
Torrejón de Ardoz (97.887),
Alcobendas (92.090) y
Coslada (77.884), y todavía
podríamos incluir a Aranjuez
(38.680) y a Arganda del Rey
(33.432 habitantes).
Dos zonas climáticas
A los inviernos fríos y los sua-
ves estíos del norte monta-
ñoso, se contrapone el clima
mediterráneo continentaliza-
do de buena parte del territo-
rio madrileño. En esta zona
mayoritaria, de escasas preci-
pitaciones, se disfruta de una
temperatura media anual de
14º C y sus inviernos son algo
fríos, en tanto que sus vera-
nos son realmente calurosos.
La ciudad de Madrid
Capital de la comunidad, se
encuentra a orillas del río
Manzanares, afluente del río
Jarama, el cual vierte a su vez
en el Tajo. Se eleva sobre
unos 650 metros por encima
del nivel del mar, aunque en
ella hay áreas que superan
los 700 metros. Lo más des-
tacado de su clima es sin
duda su gran amplitud tér-
mica, que puede llevarnos
desde los 0º C, e incluso algo
menos, del invierno hasta los
nada extraños 40º C estiva-
les.
Ríos madrileños
En el sur de la comunidad
autónoma de Madrid fluye el
río Tajo. Entre las sierras del
norte de la región y el curso
del Tajo, un llano ondulado se
enseñorea del paisaje y, por
él, surcan las aguas de los
afluentes de aquél: el
Alberche, con los embalses
de San Juan y Picadas; el
Guadarrama, con el pantano
de Valmayor; y el Jarama y
sus embalses de Pedrezuela,
El Vellón y las Peñas de La
Cabrera.
El río Jarama puede enorgu-
llecerse de ser el receptor de
las aguas de otros cursos flu-
viales madrileños tan popu-
lares como él: el muy capitali-
no Manzanares, el Guadalix,
el Lozoya, el Henares y el
Tajuña.
NATURALEZA
Fauna y flora urbanas
En comparación con otras capitales europeas, Madrid es una ciudad privi-
legiada si se tienen en cuenta los espacios verdes con que cuenta. Además
del monte de El Pardo y la Casa de Campo, conserva pulmones como El
Retiro, el parque del Oeste o la Dehesa de la Villa. A esto se le suma que las
calles madrileñas figuran entre las más arboladas de Europa. Todo ello
hace que en la ciudad se hayan llegado a contabilizar hasta 37 especies de
aves nidificantes y 46 aves de paso. De todas ellas, la paloma y el gorrión
son, con diferencia, las que tienen una mayor presencia en el entramado
urbano, sin duda, porque han sabido sacar el máximo provecho a la activi-
dad humana. Incluso halcones y rapaces han tomado como propios algu-
nos de los más altos edificios del paseo de la Castellana.
Naturaleza FLORA Y FAUNA URBANAS10 11
Islas de aire puro
Es en los parques, auténticas
islas rodeadas de asfalto,
donde nos encontramos la
mayoría de las especies,
desde la omnipresente urra-
ca, hasta verdecillos, mirlos o
jilgueros, sin olvidar a la tími-
da ardilla. En cuestión de
árboles, la variedad es la
norma habitual, sobre todo
en El Retiro, al que podemos
considerar un verdadero jar-
dín botánico.
Ni osos ni madroños
Es una pena que los símbolos
de Madrid, el oso y el madro-
ño, tan sólo podamos verlos
en el escudo de la ciudad.
Osos se dice que había en El
Pardo hasta que llegó Felipe
II, y madroños quedan única-
mente unos pocos como
adorno urbano.
Jilguero
Vencejo
Avión
Verdecillo
GorriónGolondrina
Madroño,hojas,flores y fruto
Ciprés y hojas
Álamo
Acacia
Olmo
y hojas
ElríoManzanares
El Manzanares,el río de la ciudad de Madrid,sorprende
al visitante por su escaso caudal,algo que siempre ha
sido motivo de burla literaria.Lope de Vega aconsejaba
a Madrid “que compre un río o venda el puente”.Más
que río,es un afluente que nace en el puerto de Nava-
cerrada y muere en el río Jarama,cerca de Rivas-Vacia-
madrid,después de recorrer 83 kilómetros.A su paso
por la capital,la flora y fauna es escasa:sólo patos al
cuidado del Ayuntamiento y alguna que otra carpa.El
mayor interés ecológico se alcanza en el alto Manzana-
res cerca del nacimiento del río,ecosistema declarado
parque natural en el que destaca La Pedriza.
Barbo
Carpa
Pato real
El parque de El Retiro
El rey Felipe IV dio orden de
que se construyera este mag-
nífico lugar a principios del
siglo XVII. Su destino inicial
fue el de residencia regia de
recreo, pero hoy es el pueblo
de Madrid su verdadero
dueño. Sus 116 hectáreas per-
miten al paseante disfrutar
de sus hasta 15.000 árboles.
Habitan el entorno sobre
todo aves, como los mirlos,
palomas, verdecillos o ruise-
ñores, patos y urracas, pero
también ratones y ardillas.
La Casa de Campo
Es el mayor espacio verde
abierto al público con que
cuenta la ciudad. Su origen
data de la época de Felipe II.
Fue ampliado con posteriori-
dad y hoy comprende una
extensión de 1.722 hectáreas
de bosque de pino piñonero y
encinas. La inquieta urraca
comparte este pinar con sus
principales habitantes, el pico
picapinos y la ardilla.
El Real Jardín Botánico
El jardín botánico madrileño
no ha estado siempre donde
ahora lo podemos admirar,
en el paseo del Prado, junto a
El Retiro. Inicialmente, cuan-
do fue creado a mediados del
siglo XVIII por el rey Fernando
VI, estuvo emplazado cerca
de la actual zona de Puerta
de Hierro, junto al
Manzanares, y exhibía unas
2.000 plantas.
Hoy, el número de ejemplares
provenientes de todo el
mundo ronda el millón.
La Pedriza
Entre los hermosos lugares
que conforman el Parque
regional de la cuenca alta del
Manzanares destaca La
Pedriza, un espacio protegido
desde 1930. Situada en plena
sierra de Guadarrama,es uno
de los parajes de Madrid más
visitados por los aficionados
al montañismo. El vuelo del
buitre leonado en busca de
carroña es una de las estam-
pas más habituales de esta
zona, donde la dureza del
clima impide la aparición de
bosques y da paso a las jaras,
cantuesos, brezos y piornos.
Pico picapinos
NATURALEZA
La sierra de Guadarrama
La franja septentrional de la Comunidad de
Madrid está delimitada por una frontera natural,
la sierra de Guadarrama, que forma parte del
sistema Central y tiene en el pico de Peñalara,
con 2.430 metros, su punto más elevado. La
cadena montañosa presenta hasta tres ecosiste-
mas claramente diferenciados según la altitud.
Las especies arbóreas están perfectamente deli-
mitadas en estos escalones ecológicos marcados
por la temperatura; sin embargo, su fauna es
más flexible a las inclemencias del tiempo.
La sierra de Madrid
Su límite oriental es la sierra
de Gredos y el occidental
Somosierra. Melojos, pinares
y matorrales son los estratos
ecológicos que nos encontra-
mos en la sierra madrileña,
en los que se desenvuelve
una rica fauna como jabalíes,
corzos, zorros, gatos monte-
ses, o diferentes especies de
águilas y buitres.
Las cotas de la sierra
Entre los 1.200 y 1.600
metros, es zona de melojar o
robledal de rebollo, en el que
predominan los árboles de
hoja caduca. Por debajo de su
cota se sitúa el encinar, mien-
tras que por encima de los
1.600 metros hasta los 2.100
aparece el pinar de alta mon-
taña, en concreto de pino sil-
vestre, que son los que mejor
se adaptan a las bajas tem-
peraturas de estas latitudes.
La cota más alta, por encima
de los 2.000 metros, es la
zona de matorral de altura o
piornal, donde sólo están pre-
sentes los arbustos.
Un espacio protegido
Para evitar el deterioro de
este paraje natural que alber-
ga en total 234 especies de
vertebrados, de las que 169
están protegidas por ley, se
prevé darle categoría de par-
que nacional, lo que facilita-
ría su conservación. Ya exis-
ten dos parques naturales, si
bien sin categoría nacional: el
Parque natural de la cumbre,
circo y lagunas de Peñalara,
de 780 hectáreas, y el Parque
regional de la cuenca alta del
Manzanares, de 52.796 hectá-
reas y situado en el noroeste
de la comunidad autónoma.
La fauna de la sierra
La variedad de aves rapaces y
carroñeras se sustenta en
una igual diversidad de her-
bívoros: cérvidos como el
gamo, el corzo o el ciervo, y
otros animales de gran tama-
ño como el jabalí o la cabra
montés; sin olvidar los cone-
jos, lagartijas o ratones de
campo, decisivos en la dieta
de estas aves.
La flora
La sierra, en sus zonas menos
elevadas, presenta encinas,
enebros, jaras, tomillos, reta-
mas y cantuesos, pero tam-
bién fresnos y sauces; para, al
ir ascendiendo, mostrarnos
robledales y pinos silvestres;
y rematar en sus más eleva-
das cotas con los habituales
brezales y piornales o los pra-
dos de montaña.
Las montañas serranas
La sierra de Guadarrama
tiene en La Cabrera, La
Pedriza, el nacimiento del
río Lozoya en la laguna de
Peñalara y los puertos de
Canencia y de la Morcuera
sus principales puntos de
interés. En este conjunto
montañoso se encuentran los
montes Carpetanos, Cuerda
Larga y la sierra de la
Morcuera, Navacerrada, Siete
Picos, Montón de Trigo, Peña
del Oso, Pasapán y la sierra
de Malagón.
Las cumbres más altas son
Peñalara (2.430 m), Cabeza
de Hierro Mayor (2.383 m) y
La Maliciosa (2.227 m).
Naturaleza LA SIERRA DE GUADARRAMA12 13
Pino silvestre,
flor y fruto
Pino piñonero Fresno RetamaEncina
Urraca
1 | Alto Jarama
2 | Bosque de la Acebeda
3 | Cañada Real.
Centro de Naturaleza
4 | Carrizal de Villamejor
5 | Cerros del Viso y del
Ecce-Homo
6 | Cuenca alta del
Manzanares
7 | Cueva del Reguerillo
8 | Cumbre, circo y lagunas
de Peñalara
9 | Curso bajo.
Manzanares/Jarama
10 | Curso medio. Guadarrama
11 | Embalse de Picadas
12 | Embalse de Pinilla
13 | Embalses de Puentes Viejas
El Villar/El Atazar
14 | Embalse de Riosequillo
15 | Embalse de San Juan
16 | Embalse de Valmayor
17 | Garganta de Patones
18 | Hayedo de Montejo
19 | Las Lagunas
20 | Laguna de San Juan
21 | Monte de El Pardo
22 | Parque regional del Sureste
23 | Peñas del Arcipreste
de Hita
24 | Pico Almenara
25 | Pico de las Tres Provincias
26 | Pinar de Abantos y
La Herrería
27 | Pinar de Navafría
28 | Pinar de Peña Pintada
29 | Puente de la Pedrera
30 | Reserva del Regajal
Mar de Ontígola
31 | Sierra de La Cabrera
32 | Valle del Lozoya
33 | Vega de Aranjuez
1
3
4
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6
7
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29
30
31
2
Espacios naturales
de la Comunidad
de Madrid
Turismo rural
La Comunidad de Madrid
ofrece una amplia oferta
de establecimientos de
turismo rural, casas rehabi-
litadas con esmero y situa-
das en bellísimos parajes
que pueden ser alquiladas
por completo o bien por
habitaciones.
www.guiamadridrural.com
www.madridservicios.com
El ansiado níscalo
El pinar es el há-
bitat apro-
piado para el
níscalo,un hongo
con sombrerillo ana-
ranjado muy
apreciado en la
cocina.
Esta reserva natural, uno
de los pocos ecosistemas de
bosque mediterráneo que ate-
sora la península Ibérica, el
mejor conservado de la comunidad
autónoma de Madrid, se corres-
ponde con un encinar sobre are-
nas integrado en el Parque regional
de la cuenca alta del Manzanares.
Un pasillo verde
En semejante enclave de
cerca de 20.000 hectáreas,
que forma parte del
Patrimonio Nacional, convi-
ven encinas, enebros, fresnos,
alcornoques, quejigos, cosco-
jas, labiérnagos y romeros.
Durante el siglo XVI, con
Carlos I, se convirtió en pro-
piedad real para el ejercicio
de la caza. Ya bajo el reinado
de la dinastía Borbón se per-
mitió su uso agrícola, aprove-
chando el curso del
Manzanares, que cruza el
parque de norte a sur. Por
orden de Fernando VI, los
terrenos se protegieron con
una tapia y una puerta de
entrada, la actual puerta de
Hierro.
El monte de El Pardo es un
auténtico pasillo verde desde
la ciudad de Madrid hasta la
sierra de Guadarrama.
Una reserva privilegiada
El gamo y el jabalí son las
especies más emblemáticas
del monte de El Pardo, que
cuenta también con grandes
aves rapaces como el águila
imperial. El corzo y el conejo
completan la fauna que apro-
vecha en estos
bosques adehesa-
dos el hecho de
que está prohibi-
da la visita a la
mayor parte del
territorio del
paraje, lo que con-
vierte a estos
seres en escogi-
dos protagonistas
de un entorno
único en la
Comunidad de Madrid, pul-
món que descontamina y
oxigena a la gran urbe.
El palacio de la Zarzuela, resi-
dencia oficial de los reyes de
España, se halla dentro de los
límites de El Pardo. Otro pala-
cio real, también llamado de
El Pardo, está en el interior
del lugar, perteneciente
hasta 1950 al término muni-
cipal homónimo y hoy inte-
grado en el distrito de
Fuencarral-El Pardo.
HAYEDO DE MONTEJO | MONTE DE EL PARDO 15
El más pequeño de los
ciervos que pueblan
Europa es el corzo.
El gamo es un cérvido cuyos
machos presentan unas astas
palmeadas.
Coto de caza
El Pardo ha sido habitual coto
de caza de reyes y jefes de
Estado de España, entre los
que hubo verdaderos entu-
siastas de la actividad cine-
gética, como un monarca de
la Casa de Borbón que reinó
en el siglo XVIII, el popular
Carlos III, o el general y dicta-
dor del siglo pasado,
Francisco Franco. El abuelo
del rey Juan Carlos I, Alfonso
XIII, y su madre, María
Cristina de Habsburgo-
Lorena, posan en la foto que
está sobre estas líneas con
las piezas capturadas tras
una montería.
NATURALEZA
El Hayedo de Montejo
En el norte de la comunidad autónoma madrileña, casi en el límite con la
provincia castellano-manchega de Guadalajara, nos encontramos con un
municipio de escasa población pero que encierra en su término uno de los
espacios naturales protegidos de la región: el desde 1974 llamado Sitio
natural de interés nacional del Hayedo de Montejo de la Sierra, más cono-
cido, simplemente, como el Hayedo de Montejo, una de las
más meridionales representaciones de arboleda de
hayas de la península Ibérica y aún de Europa.
La reina haya
Pese a que tan sólo ocupa
250 hectáreas, este famoso
hayal es uno de los lugares
más visitados por los aman-
tes de la naturaleza, lo que
ha supuesto que se cree un
plan de uso público que con-
lleva un necesario e inevita-
ble control de quienes a
Montejo se acercan a conocer
el sitio, razón por la cual
advertimos al lector interesa-
do de que conviene reservar
con antelación la visita.
La especie Fagus sylvatica, el
haya más frecuente
en Europa, se apro-
pia del paraje
para decirnos
que no hay otro
lugar en toda la
región madrileña
donde podamos
admirarla. En rea-
lidad sería más
justo decir que la
Fagus sylvatica,
más que apro-
piarse del terreno lo compar-
te con
el roble.
El otoño en el hayedo
Una época del año especial-
mente recomendada para
acercarse a la localidad de
Montejo de la Sierra es la
estación otoñal: el color roji-
zo, más bien corinto, de las
hojas de los árboles del hayal
invade a partir de finales de
octubre y hasta principios del
mes de diciembre este espa-
cio natural.
El rumor de un curso fluvial
cercano cuando estamos en
sus sendas no nos engaña. Es
el río Jarama, que acaba de
nacer en las estribaciones de
Somosierra.
Naturaleza14
Roble, hojas y fruto
Haya
Mirlo
Abedul
El monte de El Pardo
Plato policromado romano
Alcalá de Henares
Fragmento de muralla árabe
La Almudena
Madrid
Tritón romano
Valdetorres de Jarama
HISTORIA
Orígenes de Madrid
La comunidad autónoma de Madrid es descendiente direc-
ta de la provincia homónima. Respuesta al influjo de la
ciudad de Madrid, y ésta a su vez al de la Corte de los
Austrias desde el siglo XVI, la provincia de Madrid sur-
gió en el siglo XVIII, cuando ya reinaba en España la
Casa de Borbón. Precisamente cuando acababa la
citada centuria, a la provincia se le incorporó el terri-
torio afín a la ciudad de Alcalá de Henares, además
de los Reales Sitios. Así llegamos al reinado de
Isabel II y a la fundamental división provincial de
1833, año en el que quedan fijados los actuales lími-
tes del territorio provincial madrileño.
Es difícil hablar de la historia
de la ciudad de Madrid en
fecha anterior al período
musulmán. Se tiene constan-
cia de la presencia del hom-
bre prehistórico gracias a
algunos yacimientos encon-
trados en las terrazas del río
Manzanares y en otros luga-
res próximos, como la locali-
dad de Ciempozuelos. En la
capital, los restos de la era
romana tan sólo pueden
verse en los museos, al no
quedar en ella signo alguno
que haya resistido el paso del
tiempo. Sí existen en nume-
rosas poblaciones de los alre-
dedores, como
Titulcia, Cadalso de
los Vidrios o Alcalá
de Henares, la anti-
gua Complutum.
En lo que respecta
al territorio de la
hoy comunidad
autónoma, hay
constancia de asen
tamientos prehistó-
ricos junto a los ríos
Henares y
Manzanares. El paso
de Roma por la
región no dejó de ser
eso, un tránsito, como
prueban los vestigios
de sus calzadas. En el
arranque del medie-
vo, la correspondien-
te actividad de los
visigodos en la zona fue esca-
sa. Unida a la capital visigo-
da, Toledo, en la región de
Madrid sólo destacaba Alcalá
de Henares y su obispado.
Madrid, la ciudad que dará
nombre a la provincia y a la
comunidad autónoma, no
surgirá hasta que se produz-
ca la invasión musulmana de
la península Ibérica y aún
después. Es en la segunda
mitad del siglo IX cuando
Muhammad I, hijo de
Abderramán II y quinto emir
independiente de Córdoba, la
elige por su privilegiada
situación para convertirla en
fortaleza defensiva de la ciu-
dad de Toledo ante posibles
ataques cristianos. Más
tarde, Madrid fue incorpora-
da de forma definitiva a los
dominios cristianos castella-
no-leoneses tras la conquista
de Alfonso VI en el año 1083.
La ciudad se transforma poco
y en ella conviven cristia-
nos, moros y
judíos.
El nombre de
Madrid
Matrice debió
de ser la prime-
ra denominación de
la villa. Es un nombre ante-
rior a los musulmanes que
hace referencia a las aguas
del lugar y especialmente al
arroyo que corría por la calle
de Segovia. Con los árabes, el
topónimo cambia a Mayrit,
es decir,‘madre de aguas’,
que hace referencia a la
abundancia de éstas. La
fusión de los nombres árabe
y romance hizo que tras la
conquista, que no reconquis-
ta, prevaleciera el nombre
cristiano, el latino Matrit.
El Fuero de Madrid y las
primeras Cortes
En 1202 se otorga el primer
Fuero de Madrid por el que
se regía la vida municipal de
la ciudad. En su origen, esta-
ba bajo las órdenes de un
gobernador y la acción de sus
justicias, que eran designa-
dos por la nobleza y los
pecheros. Los ayuntamientos
no aparecen hasta el reinado
de Alfonso XI. En 1309, el rey
Fernando IV celebra por vez
primera Cortes en Madrid,
con asistencia de los hijos del
rey, el arzobispo de Toledo,
nobles y miembros de los
concejos de las ciudades. A
partir de ese año, Madrid fue
lugar de reunión de las
Cortes de Castilla en nume-
rosas ocasiones, incluida las
presididas por Alfonso XI en
1327, en las que se acuerda,
entre otras cosas, que nadie
pueda tener dos oficios en la
Casa Real ni que se puedan
conceder beneficios a los
extranjeros.
Historia ORÍGENES DE MADRID16 17
Mosaico romano
Alcalá de Henares
El pasado romano de los
territorios de la comunidad
autónoma encuentra su
máxima expresión en
Complutum, el origen remo-
to de la actual capital de la
cuenca del Henares: Alcalá,
cuyo museo arqueológico es
cita obligatoria en cualquier
recorrido por esta ciudad
Patrimonio de la Humanidad.
Bifaz del cerro de San Isidro,
en la otra página, arriba
Vasos campaniformes
Ciempozuelos, a la izquierda
Entrada de Felipe II en la villa
de Madrid, 1561
HISTORIA
Madrid, Corte y capital
Sede de la Corte de los reyes hispanos a partir de mediados del siglo XVI, y
de forma definitiva desde 1606, ya bajo el reinado de Felipe III, la ciudad
de Madrid creció, si bien no le acompañó en esa expansión
prácticamente ninguna localidad de sus proximidades, a
excepción de la universitaria Alcalá de Henares. Fue la
Casa de Austria la dinastía que vinculó para siempre
la historia de la región de Madrid con la historia de
España. La capitalidad española no dejó ya de recaer
en Madrid ni siquiera con la llegada de una nueva
dinastía, la de Borbón, ni tampoco con las breves
experiencias republicanas o dictatoriales.
Residencia regia
Madrid fue elegida como
residencia de temporadas de
los reyes de Castilla, entre
ellos Pedro I. Es Enrique III
quien transforma, a princi-
pios del siglo XV, el alcázar en
palacio y ordena, asimismo, la
construcción de un palacio
en el sitio de El Pardo para
ser utilizado como recreo y
cacerías reales. Los Reyes
Católicos entraron en Madrid
de forma solemne en 1477,
después de la victoria sobre
Alfonso V de Portugal y sobre
los partidarios de Juana la
Beltraneja. De su reinado
quedan algunas obras nota-
bles, como son la capilla del
Obispo en la iglesia de San
Andrés, la casa de los Lujanes
o la casa de Cisneros, en la
plaza de la Villa. Y un sin
número de ordenanzas, cédu-
las y disposiciones, así como
la creación de un Tribunal de
Justicia que se reunía sema-
nalmente con la presidencia
de los monarcas. Un notable
crecimiento experimentó la
ciudad de Madrid con los
Reyes Católicos, gracias a las
exenciones de impuestos y
otros privilegios dictados por
los monarcas. A finales del
siglo XV, la ciudad contaba
3.400 habitantes encuadra-
dos en un recinto medieval
que iba desde el alcázar, por
la cuesta de los Ciegos,
Vistillas, puerta de Moros,
cavas, puerta Cerrada, cava
de San Miguel y Platerías,
hasta la plaza de los Caños
del Peral. El crecimiento
siguió con Carlos I, que tam-
bién elegió Madrid para
estancias cortas, atraído por
la abundancia cinegética en
los bosques cercanos a la
pequeña urbe, por lo que se
llegó incluso a construir un
pabellón de caza en el cerca-
no Real Sitio de El Pardo.
Quedaba poco para que
Madrid adquiriera la capitali-
dad y se convirtiera en la pri-
mera urbe del Imperio.
Sede permanente de la Corte
Hasta que en 1561 Felipe II
fijara su residencia en la ciu-
dad de Madrid, el rey y su
corte no tenían un lugar fijo,
aunque Toledo fuera el más
habitual; de ahí que en un
principio se pensara que la
elección de Madrid era provi-
sional. Sin embargo la capital
del imperio “donde no se
ponía el sol” permaneció en
la villa gracias a sus extensos
bosques, que no tradaron
mucho en ser arrasados, y a
su abundante agua. Además,
el monasterio escurialense,
que se estaba construyendo,
se iba a encontrar muy cerca
del palacio del rey, el antiguo
alcázar árabe. En efecto, el 13
de septiembre de 1584 vio
Felipe II hecho realidad el
mayor de sus sueños: el
monasterio de San Lorenzo
de El Escorial. El interés del
rey por levantar un edificio a
la mayor gloria de Dios y la
dinastía de los Austrias hizo
que en poco más de veinte
años de trabajos se constru-
yera este majestuoso edificio
que, además de monasterio,
es iglesia, palacio real, biblio-
teca, panteón de los reyes de
España y seminario.
En 1606, en el año en que
vuelve para quedarse la capi-
talidad a la ciudad de
Madrid, ésta comienza a
extenderse, notable-
mente. La ciudad, al
amparo de la nueva
corte, crece mucho
en poco tiempo. Y
crece mal. De los ape-
nas tres mil hogares en
que se cifraba la población
de Madrid, se cuentan más
de 14.000 habitantes en 1571
y hasta 40.000 a finales del
siglo XVI.
Historia MADRID, CORTE Y CAPITAL18 19
Busto de Felipe II de Pompeo
Leoni; Museo Municipal
Sello y armadura
de Felipe II
Felipe III
El siglo XXI
El final de siglo pasado ha
dado a Madrid, a la ciudad y a
la comunidad autónoma, un
aire más cosmopolita, al que
contribuye el creciente núme-
ro de turistas que visitan
ambas durante todo el año.
Continúa siendo la una la ciu-
dad abierta de siempre que
acogía a los emigrantes de las
regiones españolas y su
famosa actividad nocturna no
ha perdido un ápice de vitali-
dad. Al tiempo, el Madrid
moderno se prolonga más
allá del paseo de la Castellana
y se rehabilita el olvidado
casco antiguo, el mejor patri-
monio artístico de la ciudad, a
la vez que el territorio que
conforma la comunidad autó-
noma se integra en la expe-
riencia rejuvenecedora que
viven las dos día a día.
Esperanza Aguirre,
presidenta de la Comunidad
de Madrid
HISTORIA
Hacia el Madrid actual
El acaparamiento de la trascendencia de todo el territorio regional por
parte de la urbe madrileña prosiguió e incluso aumentó a lo largo del siglo
XVIII y del XIX. Madrid era ya la capital de un Estado centralizado. Aunque
fue tras la Guerra Civil de la década de 1930, cuando el
desarrollo industrial del área madrileña permitió el
notable aumento de la población y de los límites de
algunas ciudades de los alrededores de la capital.
Carlos III y la Ilustración
El cuarto Borbón que reinó
en España, Carlos III, se inspi-
ró en el espíritu de la
Ilustración, en el despotismo
ilustrado para ser justos, con
el objeto de imponer sus
grandes realizaciones.
Conocido popularmente
como el mejor alcalde de
Madrid, con él llegó el sane-
amiento de la ciudad y la
reforma de calles, plazas y
paseos. La industria, la cultu-
ra y el pueblo de Madrid iban
a ser los primeros beneficia-
dos. La ciudad ve en poco
tiempo un nuevo alumbrado
público, el alcantarillado, la
pavimentación, el papel
moneda o el Banco de San
Carlos. Se proyectan y culmi-
nan grandes obras y refor-
mas urbanísticas: la puerta
de Alcalá, la reforma del
paseo del Prado, el Jardín
Botánico, el Colegio de
Medicina de San Carlos, los
edificios de Correos y
Aduanas, las fuentes de
Cibeles, Apolo, Neptuno y de
la Alcachofa. Y el palacio Real,
como residencia definitiva de
los monarcas españoles.
Madrid entra en la edad
contemporánea
Los albores de la contempo-
raneidad española tienen en
dos localidades madrileñas,
Reales Sitios ambas, unos de
sus escenarios cruciales: San
Lorenzo de El Escorial y
Aranjuez. Los principales per-
sonajes de ambos hechos, el
uno de 1807 y el otro de un
año después, fueron el rey
Carlos IV, su favorito, Manuel
Godoy, y su hijo, el futuro
Fernando VII. Móstoles, otra
localidad de la región madri-
leña, se uniría como protago-
nista a la propia capital en
los sucesos de mayo de 1808,
verdadero arranque de la
edad contemporánea espa-
ñola, en tanto que comienzo
de la llamada guerra de la
Independencia, mezcla de
revolución y lucha contra el
invasor.
El siglo XX
Es el XX un siglo de grandes
conflictos y hechos trascen-
dentales para la historia de
España. Una dictadura daría
paso a otra dictadura mucho
más larga y dramática: entre
medias, una breve experien-
cia democrática y una guerra
civil de fatales consecuencias.
Primo de Rivera y Francisco
Franco se convirtieron en pro-
tagonistas de medio siglo de
regímenes personalistas y
autoritarios, de aislamiento
exterior y sin apenas liberta-
des públicas. Protagonistas
también, en el último tercio
de siglo, la democracia, los
partidos políticos, el régimen
parlamentario, la monarquía
y la estabilidad, como símbo-
los de un país moderno que
abre sus puertas al mundo.
La comunidad autónoma
A mediados del siglo XX, la
provincia de Madrid que
vimos definitivamente con-
formada en 1833, se integra-
ba en la región de Castilla la
Nueva. Pero es a partir de
1978, finalizada la dictadura
franquista y alumbrada la
transición a la democracia en
España, cuando ésta se orga-
niza territorialmente para
configurar el llamado Estado
de las autonomías. En 1981,
se optó por que la otrora pro-
vincia de Madrid se transfor-
mara en la comunidad autó-
noma del mismo nombre.
Dos años más tarde, se apro-
baba el Estatuto de
Autonomía de la Comunidad
de Madrid y el socialista
Joaquín Leguina se convertía
en su primer presidente, al
que en 1995 sustituyó
Alberto Ruiz-Gallardón, del
Partido Popular (PP).
Llegamos al año 2003, cuan-
do la primera mujer presi-
dente de la comunidad,
Esperanza Aguirre, sucedía a
aquél su correligionario polí-
tico al frente del gobierno
autonómico.
Historia HACIA EL MADRID ACTUAL20 21
La lucha con los mamelucos,
de Francisco de Goya
Manuel
Godoy
Carlos III
Motín de Esquilache
El italiano marqués de
Esquilache, ministro del rey
Carlos III, personificó las iras
del pueblo de Madrid en
1766. Enardecidos por la nor-
mativa sobre vestimenta de
aquél, los madrileños obliga-
ron al monarca a prescindir
de su reformista colaborador.
Juan Carlos I, rey de
España.
ARQUITECTURA
Siglos XV al XVII
La llegada de la capitalidad a Madrid a
mediados del XVI fue el primer paso para la
configuración urbana de la ciudad. La edifi-
cación de palacios, conventos e iglesias se
sucede de manera continua. El entorno de la
plaza de la Villa y el de la plaza Mayor son
muestras señeras del perfil arquitectónico
de aquellos tiempos.
Iglesia de los Jerónimos
De autor desconocido,
fue fundada por los Reyes
Católicos a principios del
siglo XVI, y se edificó en
estilo gótico según el
modelo imperante en la
época. Ha necesitado
numerosas intervencio-
nes posteriores.
Arco de Cuchilleros
Ubicado en una de las esqui-
nas de la plaza Mayor, es uno
de los rincones más conoci-
dos de Madrid. Forma parte
del proyecto original de
Gómez de Mora de 1617, aun-
que más adelante, con los tra-
bajos de nivelación del terre-
no, le añadió las escaleras y lo
usó como contrafuerte.Casa de la Villa
Juan Gómez de Mora es el autor del
proyecto que data de 1630, aunque no
se empezó a construir hasta 1644, y
las obras lo finalizaron hasta 1695. No
obstante, intervinieron hasta siete
diferentes arquitectos. La reforma de
la fachada que da a la calle Mayor la
realizó Juan de Villanueva entre 1771 y
1787. La última gran remodelación, en
1967, le devolvió su aspecto primitivo.
Iglesia de San Ginés
Se asienta sobre una capilla que data de 1514 y de la
que sólo queda la estructura debido a las numero-
sas reformas. Las obras terminan en el año 1659,
según las trazas de Juan Ruiz. El recinto consta de
tres naves separadas por pilastras estria-
das dóricas sobre pedestales. La cubierta
es una bóveda de cañón con lunetos y
arcos fajones.
Iglesia de las Calatravas
Formaba parte del convento de los Caballeros y
Religiosas de la Orden de Calatrava. El proyecto es
de fray Lorenzo de San Nicolás pero Isidro
Rodríguez y Gregorio Garrote se encargaron de lle-
varlo a cabo. Destaca la cúpula con tambor, con
cuatro ventanas abiertas y cuatro cegadas. La
fachada se decoró en 1886 con diseño de Juan de
Madrazo y Kuntz.
Convento de la Encarnación
El proyecto, sobre planta dde cruz latina, se atribuye a
fray Alberto de la Madre de Dios, con la intervención en
las obras de Juan Gómez de Mora. Se edifica entre 1611 y
1616, y destaca la iglesia del convento con nave única,
hornacinas, crucero y cúpula, un modelo que se repetirá
en la segunda mitad del siglo XVII. Entre 1755 y 1767 se
llevaron a cabo importantes reformas dirigidas por
Ventura Rodríguez –a la derecha, sección del monaste-
rio realizada por el arquitecto y conservada en la
Biblioteca Nacional–. Ventura Rodríguez se encargó del
revestimiento interior con la ayuda de los pintores y
escultores neoclásicos de su tiempo.
Convento de las Descalzas
Fue construido entre 1559 y 1564 aprovechando
parte del antiguo palacio de Carlos I, según el
proyecto de Juan Bautista de Toledo y Antonio
Sillero. Del palacio se conserva la puerta de
acceso y algunas dependencias. La fachada de
la iglesia es renacentista tomando como
modelo el monasterio de El Escorial.
Plaza Mayor
Fue edificada por el arquitecto Juan Gómez de Mora por encar-
go del rey Felipe III entre 1617 y 1619, siguiendo el trazado de la
antigua plaza del Arrabal, construida con anterioridad en el
mismo lugar. De forma rectagular, consta de viviendas de tres
pisos con torres con chapiteles de pizarra. En el centro, destaca
la casa de la Panadería, cons-
truida en 1590 por Diego
Sillero.
Arquitectura SIGLOS XV AL XVII22 23
Viviendas de la plaza Mayor
La última reconstrucción de
la plaza tuvo lugar entre 1790
y 1854, según proyecto de
Juan de Villanueva, que cierra
la plaza y coloca las viviendas
a la misma altura que la casa
de la Panadería, tal como se
encuentra hoy.
ARQUITECTURA
Siglo XVIII
En este siglo se vive en España la transición entre el estilo barroco y el
neoclasicismo, es el turno de la Casa de Borbón, una dinastía cuyo reinado
inicial corre parejo a las ideas de la Ilustración, que poco a poco irán trans-
formando el mundo. Los Borbones impulsaron en Madrid la construcción
de un gran número de edificios.
Arquitectura SIGLO XVIII24 25
Palacio Real
El primer proyecto para cons-
truir un palacio sobre el anti-
guo alcázar es de Juvara,
quien, tras su muerte, será
sustituido por el arquitecto
Sacchetti, el cual modificó el
diseño original. Las obras
comenzaron en 1738 y dura-
ron hasta 1764. Carlos III
encargó a Sabatini su
ampliación mientras que
Ventura Rodríguez realizó
la capilla. Con Isabel II se
finaliza la plaza de la
Armería y los jardines del
Campo del Moro.
San Francisco el Grande
El templo de mayor grandiosidad de Madrid
fue uno de los edificios religiosos más costo-
sos del siglo XVIII. Ventura Rodríguez hizo un
primer proyecto, desechado después
en favor del que realizó fray Francisco
Cabezas, quien inicia las obras en
1761, aunque será sustituido por
Antonio Pló. Pasados 24 años, será
Sabatini quien se encargue de
construir la portada con dos
torres y cubra el recinto con
una gran cúpula con linterna.
Oratorio del
Caballero de Gracia
Diseñada por Juan de
Villanueva, quien dirigió las
obras de su construcción a
finales del siglo XVIII. Destaca
el interior con 16 columnas
corintias y una cúpula elípti-
ca con cuatro claraboyas. La
aséptica fachada se terminó
de construir en 1832.
San Antonio de la Florida
Es la tercera ermita que
ocupa este solar. Francisco
Fontana la construyó entre
1792 y 1798, año en que
Goya decoró su bóveda.
En 1905, se declaró al
edificio monumen-
to nacional.
Observatorio Astronómico
Por iniciativa de Carlos III, en 1785 se encargó a Juan de
Villanueva la construcción de un Observatorio Astronómico,
que se iniciaría en 1790 según un proyecto muy al gusto neo-
clásico. No fue terminado hasta 1845, con la intervención de los
arquitectos Santiago Gutiérrez de Arintero y Narciso Pascual
Colomer, autor este último del pórtico de la entrada.
Las puertas de Carlos III
De arriba abajo, la puerta de
Hierro, la del Jardín Botánico,
la de San Vicente y la de
Alcalá. Todas ellas se constru-
yeron en el reinado de Carlos
III. La de Hierro como entrada
real al monte de El Pardo, la
segunda, obra de Juan de
Villanueva de 1771, como
acceso al Real Jardín
Botánico. Las de San Vicente y
Alcalá las construyó Francisco
Sabatini en 1775 y 1778, res-
pectivamente. La última se
levantó para conmemorar la
entrada regia de Carlos III en
Madrid.
Museo Municipal
Ostenta la portada más barroca de la arquitectura madrileña,
con una profusa decoración en relieve. Construido en 1729 por
Pedro de Ribera, inicialmente albergó el Real Hospicio.
ARQUITECTURA
Siglo XIX
La arquitectura civil desarrolla a lo largo de este siglo las fuentes neoclási-
cas inicidas en la anterior centuria. Es al final de este siglo XIX cuando apa-
recen el hierro y el cristal como nuevos y revolucionarios materiales de
construcción. El golpe infundido a las arcas religiosas por las medidas des-
amortizadoras impidió que se llevaran a cabo construcciones sacras de
gran envergadura.
Arquitectura SIGLO XIX26 27
Biblioteca Nacional
Edificio monumental construido entre 1866 y 1892 con diseño
de Francisco Jareño y Alarcón, y posterior reforma de Antonio
Ruiz de Salces. Tiene planta rectangular simétrica con un cen-
tro octogonal.
Museo del Prado
La mejor obra neoclásica de Madrid fue concebida por Juan de
Villanueva en 1785. Se terminó en 1811 y desde 1819 alberga la
colección real de pinturas. Su última ampliación llevará el
recinto hasta el anexo claustro de la iglesia de los Jerónimos.
Ministerio de Agricultura
Portentoso edificio junto a
la estación de Atocha,
construido en 1897 según
el diseño de Ricardo
Velázquez Bosco. El pórtico
de la entrada presenta dos
cariátides y ocho columnas
corintias pareadas, y está
rematado por tres grupos
escultóricos realizados por
Querol.
Escuela de Minas
Obra de Velázquez Bosco
construida entre 1885 y 1893
con planta rectangular y
cubierta metálica acristalada.
Palacio de Cristal
Una joya de hierro y cristal
concebida por Velázquez
Bosco y Alberto del Palacio
para la Exposición de
Filipinas de 1887 que hoy
decora el parque de El Retiro.
Estación de Atocha
La antigua estación de
Mediodía, ampliada en la
década de 1990 por Rafael
Moneo, es obra de Alberto
del Palacio de 1892.
Congreso de los Diputados
Narciso Pascual y Colomer es el autor del proyecto, edificado entre 1843 y 1850. Responde al estilo
neoclásico, muy de moda a mediados del siglo XIX, y ha llegado hasta hoy sin ningún tipo de
modificación. La planta es prácticamente cuadrada y se distribuye de manera académica y simé-
trica. En su fachada principal destacan seis columnas corintias y un gran frontón de estilo clási-
co. El frontispicio presenta un grupo escultó-
rico mitológico en bajorrelieve obra
de Ponzano en el que se repre-
senta a España abrazando la
Constitución y rodeada de la
Fortaleza, la Justicia, las
Ciencias, la Armonía, las Bellas
Artes, el Comercio, la
Agricultura, los Ríos y Canales
de navegación, la Abundancia
y la Paz.
Círculo de Bellas Artes
El arquitecto Antonio Palacios Ramilo es el
autor del proyecto que se materializa en
1926, tras cinco años de obras. El interior,
con nueve niveles, se acopla perfectamen-
te a las funciones culturales para las que
está encomendado. La fachada está deco-
rada con tallas de Capuz y Adsuara y rema-
tada por una Minerva de Vassallo.
ARQUITECTURA
Siglo XX
De los años del experimentalismo arquitectónico de comienzos del XX, fre-
nados por la Guerra Civil y por el estancamiento franquista, se pasará al
funcionalismo de mitad de siglo hasta llegar al dominio de los rascacielos
en la novísima zona financiera de la ciudad, durante los postreros años de
la pasada centuria.
Sociedad General de Autores
El antiguo palacio de Longoria es la obra más destacada
del modernismo en Madrid. Su autor es José Grases Riera
y se terminó de edificar en 1903.
Cine Doré
Bello edificio modernista de
Críspulo Moro Cabeza cons-
truido en 1923. Se recuperó
de su estado ruinoso y hoy
alberga la Filmoteca
Española.
Plaza de Las Ventas
José Espeliús ideó un coso de estilo mudéjar con el ladrillo
y el azulejo como elementos constructivos. No llegó a ver
su obra terminada ya que murió en 1928, dos años antes
de concluirse.
La Unión y el Fénix
Edificio singular por su eclecticismo, que
intenta armonizar con la anexa iglesia de
las Calatravas. Su construcción, obra de
López Otero entre 1928 y 1930, partía de un
decálogo de la empresa en el que destaca
el primero de los mandatos: el edificio
debía concebirse como símbolo de la
“Prosperidad” de la compañía, y el quinto,
la entidad propietaria “no acepta la moder-
na arquitectura“.
Torrespaña
Esta singular torre de
comunicaciones fue inau-
gurada en el año 1982, con
motivo de la celebración en
España de los Mundiales
de Fútbol. Obra del
arquitecto Emilio
Fernández, tiene 220 m
de altura, de los que 47
corresponden a la
antena que la
corona.
Arquitectura SIGLO XX28
29
Torre de Madrid
Edificio simbólico de una época
–la recuperación económica del
país– que en su día (1957) fue la
torre más alta del mundo reali-
zada en hormigón y uno de los
primeros edificios con acondi-
cionamiento integral. Los auto-
res son Joaquín y Julián
Otamendi.
Edificio Capitol
Luis Martínez Feduchi y Vicente Eced sacaron el máximo partido estético y
funcional a la esquina de Gran Vía y Jacometrezo, construyendo un edificio
que se ha convertido en una de las señas de identidad de la principal avenida
del centro urbano. Es el primer edificio de Madrid adaptado a la compleja
vida urbana del siglo XX ya que se habilitó para acoger oficinas, hotel, cine,
viviendas y cafeterías. Construido entre 1931 y 1933, con influencias de la
arquitectura del alemán Erich Mendelsohn, su innovadora irrupción en el
panorama artístico español vino acompañada de un mobiliario
de diseño exclusivo. Conserva la que tal vez sea la mejor sala
de cine de Madrid.
Banco Bilbao Vizcaya
Torre del arquitecto Sáenz de
Oiza erigida entre 1971 y 1981,
es considerada una de las
obras maestras de la arquitec-
tura española del siglo XX.
Destaca la estructura de hor-
migón amortiguada que tuvo
hacerse ya que la torre se
construyó
sobre un
túnel de
ferrocarril.
Para esta
labor,
Oiza contó
con el apoyo
del ingeniero
Carlos
Fernández
Casado.
ARQUITECTURA
Edificio Telefónica
Es una imitación de los gran-
des rascacielos norteamerica-
nos del primer tercio del siglo
XX, decorada con elementos
barrocos. El proyecto original
es del arquitecto norteameri-
cano Louis S.Weeks, adapta-
do por Ignacio de Cárdenas.
En su época –se construyó
entre 1926 y 1929– fue un
edifico innovador en muchos
sentidos, construido en un
tiempo récord con las técni-
cas y materiales más moder-
nos de entonces: estructura
metálica y hormigón.
Torre Picasso
La construcción más alta de
Madrid. Es un proyecto realiza-
do en los años 1979-1989 por el
japonés Yamasaki, autor tam-
bién del complejo World Trade
Center de Nueva York. Mide 165
metros de alto y se ha converti-
do en una de las imágenes
identificativas de Madrid, sobre
todo por la noche, cuando su
silueta iluminada es visible en
toda la ciudad.
Faro de Moncloa
Es, junto con las torres KIO, una de las últi-
mas construcciones de la ciudad de mayor
trascendencia urbana. Construida en 1996,
su autor, Salvador Pérez Arroyo, le dio un
claro estilo futurista. Sirve de torre de comu-
nicaciones para los investigadores de la cer-
cana Universidad Complutense y para los
visitantes es un estupendo mirador desde
donde se puede observar una gran
panorámica de la ciudad.
Arquitectura30

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Naturaleza, historia y arquitectura de madrid

  • 1. Naturaleza, historia y arquitectura 8 Madrid en el mapa 10 Naturaleza: Naturaleza urbana Sierra de Guadarrama Hayedo de Montejo y El Pardo 16 Historia: Orígenes de Madrid Madrid, Corte y capital Hacia el Madrid actual 22 Arquitectura: Siglos XV al XVII Siglo XVIII Siglo XIX Siglo XX
  • 2. 9 ALGUNOS DATOS Enero 6º C Febrero 5º C Marzo 11º C Abril 13º C Mayo 19º C Junio 22º C Julio 25º C Agosto 26º C Septiembre 23º C Octubre 18º C Noviembre 10º C Diciembre 7º C Madrid:temperaturas medias Amsterdam 0 h Atenas +1 h Berlín 0 h Bruselas 0 h Copenhague 0 h Estocolmo 0 h Helsinki +1 h Lisboa -1 h Londres -1 h Los Ángeles -9 h Moscú +2 h Nueva York -6 h Oslo 0 h París 0 h Roma 0 h Viena 0 h Tokio +7 h Beijing +6 h Shanghai +6 h Buenos Aires -5 h Ciudad de México -7 h Río de Janeiro -5 h Diferencias horarias A Coruña 609 Amsterdam 1.735 Atenas 4.029 Barcelona 621 Berlín 2.360 Bilbao 395 Bruselas 1.556 Cádiz 663 Copenhague 2.539 Estocolmo 3.163 Lisboa 644 Londres 1.725 Oslo 3.133 París 1.260 Roma 2.086 Sevilla 538 Valencia 352 Valladolid 193 Viena 2.444 Zaragoza 325 Distancias en km GEOGRAFÍA Madrid en el mapa La Comunidad de Madrid, cuya capital lo es asimismo de España, se halla enclavada geográficamente en el centro de la península Ibérica, en el extremo suroeste de Europa. Con una extensión de 8.028 km2, sus límites administrativos los constituyen otras dos entidades autónomas españolas: la de Castilla y León, al norte y al oeste, y la de Castilla-La Mancha, al este y al sur. En lo que respecta a sus límites físicos, debemos mencionar una cadena montañosa, el sistema Central, y el valle de un río, el Tajo. Entre Guadarrama y el Tajo La frontera natural septen- trional de la Comunidad de Madrid forma parte del siste- ma Central: la sierra de Guadarrama, también cono- cida popularmente como la sierra de Madrid. La frontera meridional es por su parte el valle de uno de los principa- les ríos de la península Ibérica, el Tajo. En esos límites de poco más de 8.000 km2 convive una población de casi seis millones de seres huma- nos, 5.718.942 habitantes para ser más exactos y según el preceptivo censo de 2003. Que está densamente pobla- do su territorio queda escla- recido si a la cifra de 712 hab/km2, que nada dice en principio, añadimos que es la más elevada de toda España. Eso sí, la distribución demo- gráfica dista mucho de ser homogénea en la región madrileña. La capital y su área metropolitana concen- tran el 92% de la población comunitaria. En el año 2003, a Madrid, con 3.092.759 habi- tantes, le seguían por este orden Móstoles (201.789), Fuenlabrada (182.705), Alcalá de Henares (176.434), Leganés (173.584), Alcorcón (153.100) y Getafe (151.479). Detrás de esas ciudades aparecen Torrejón de Ardoz (97.887), Alcobendas (92.090) y Coslada (77.884), y todavía podríamos incluir a Aranjuez (38.680) y a Arganda del Rey (33.432 habitantes). Dos zonas climáticas A los inviernos fríos y los sua- ves estíos del norte monta- ñoso, se contrapone el clima mediterráneo continentaliza- do de buena parte del territo- rio madrileño. En esta zona mayoritaria, de escasas preci- pitaciones, se disfruta de una temperatura media anual de 14º C y sus inviernos son algo fríos, en tanto que sus vera- nos son realmente calurosos. La ciudad de Madrid Capital de la comunidad, se encuentra a orillas del río Manzanares, afluente del río Jarama, el cual vierte a su vez en el Tajo. Se eleva sobre unos 650 metros por encima del nivel del mar, aunque en ella hay áreas que superan los 700 metros. Lo más des- tacado de su clima es sin duda su gran amplitud tér- mica, que puede llevarnos desde los 0º C, e incluso algo menos, del invierno hasta los nada extraños 40º C estiva- les. Ríos madrileños En el sur de la comunidad autónoma de Madrid fluye el río Tajo. Entre las sierras del norte de la región y el curso del Tajo, un llano ondulado se enseñorea del paisaje y, por él, surcan las aguas de los afluentes de aquél: el Alberche, con los embalses de San Juan y Picadas; el Guadarrama, con el pantano de Valmayor; y el Jarama y sus embalses de Pedrezuela, El Vellón y las Peñas de La Cabrera. El río Jarama puede enorgu- llecerse de ser el receptor de las aguas de otros cursos flu- viales madrileños tan popu- lares como él: el muy capitali- no Manzanares, el Guadalix, el Lozoya, el Henares y el Tajuña.
  • 3. NATURALEZA Fauna y flora urbanas En comparación con otras capitales europeas, Madrid es una ciudad privi- legiada si se tienen en cuenta los espacios verdes con que cuenta. Además del monte de El Pardo y la Casa de Campo, conserva pulmones como El Retiro, el parque del Oeste o la Dehesa de la Villa. A esto se le suma que las calles madrileñas figuran entre las más arboladas de Europa. Todo ello hace que en la ciudad se hayan llegado a contabilizar hasta 37 especies de aves nidificantes y 46 aves de paso. De todas ellas, la paloma y el gorrión son, con diferencia, las que tienen una mayor presencia en el entramado urbano, sin duda, porque han sabido sacar el máximo provecho a la activi- dad humana. Incluso halcones y rapaces han tomado como propios algu- nos de los más altos edificios del paseo de la Castellana. Naturaleza FLORA Y FAUNA URBANAS10 11 Islas de aire puro Es en los parques, auténticas islas rodeadas de asfalto, donde nos encontramos la mayoría de las especies, desde la omnipresente urra- ca, hasta verdecillos, mirlos o jilgueros, sin olvidar a la tími- da ardilla. En cuestión de árboles, la variedad es la norma habitual, sobre todo en El Retiro, al que podemos considerar un verdadero jar- dín botánico. Ni osos ni madroños Es una pena que los símbolos de Madrid, el oso y el madro- ño, tan sólo podamos verlos en el escudo de la ciudad. Osos se dice que había en El Pardo hasta que llegó Felipe II, y madroños quedan única- mente unos pocos como adorno urbano. Jilguero Vencejo Avión Verdecillo GorriónGolondrina Madroño,hojas,flores y fruto Ciprés y hojas Álamo Acacia Olmo y hojas ElríoManzanares El Manzanares,el río de la ciudad de Madrid,sorprende al visitante por su escaso caudal,algo que siempre ha sido motivo de burla literaria.Lope de Vega aconsejaba a Madrid “que compre un río o venda el puente”.Más que río,es un afluente que nace en el puerto de Nava- cerrada y muere en el río Jarama,cerca de Rivas-Vacia- madrid,después de recorrer 83 kilómetros.A su paso por la capital,la flora y fauna es escasa:sólo patos al cuidado del Ayuntamiento y alguna que otra carpa.El mayor interés ecológico se alcanza en el alto Manzana- res cerca del nacimiento del río,ecosistema declarado parque natural en el que destaca La Pedriza. Barbo Carpa Pato real El parque de El Retiro El rey Felipe IV dio orden de que se construyera este mag- nífico lugar a principios del siglo XVII. Su destino inicial fue el de residencia regia de recreo, pero hoy es el pueblo de Madrid su verdadero dueño. Sus 116 hectáreas per- miten al paseante disfrutar de sus hasta 15.000 árboles. Habitan el entorno sobre todo aves, como los mirlos, palomas, verdecillos o ruise- ñores, patos y urracas, pero también ratones y ardillas. La Casa de Campo Es el mayor espacio verde abierto al público con que cuenta la ciudad. Su origen data de la época de Felipe II. Fue ampliado con posteriori- dad y hoy comprende una extensión de 1.722 hectáreas de bosque de pino piñonero y encinas. La inquieta urraca comparte este pinar con sus principales habitantes, el pico picapinos y la ardilla. El Real Jardín Botánico El jardín botánico madrileño no ha estado siempre donde ahora lo podemos admirar, en el paseo del Prado, junto a El Retiro. Inicialmente, cuan- do fue creado a mediados del siglo XVIII por el rey Fernando VI, estuvo emplazado cerca de la actual zona de Puerta de Hierro, junto al Manzanares, y exhibía unas 2.000 plantas. Hoy, el número de ejemplares provenientes de todo el mundo ronda el millón.
  • 4. La Pedriza Entre los hermosos lugares que conforman el Parque regional de la cuenca alta del Manzanares destaca La Pedriza, un espacio protegido desde 1930. Situada en plena sierra de Guadarrama,es uno de los parajes de Madrid más visitados por los aficionados al montañismo. El vuelo del buitre leonado en busca de carroña es una de las estam- pas más habituales de esta zona, donde la dureza del clima impide la aparición de bosques y da paso a las jaras, cantuesos, brezos y piornos. Pico picapinos NATURALEZA La sierra de Guadarrama La franja septentrional de la Comunidad de Madrid está delimitada por una frontera natural, la sierra de Guadarrama, que forma parte del sistema Central y tiene en el pico de Peñalara, con 2.430 metros, su punto más elevado. La cadena montañosa presenta hasta tres ecosiste- mas claramente diferenciados según la altitud. Las especies arbóreas están perfectamente deli- mitadas en estos escalones ecológicos marcados por la temperatura; sin embargo, su fauna es más flexible a las inclemencias del tiempo. La sierra de Madrid Su límite oriental es la sierra de Gredos y el occidental Somosierra. Melojos, pinares y matorrales son los estratos ecológicos que nos encontra- mos en la sierra madrileña, en los que se desenvuelve una rica fauna como jabalíes, corzos, zorros, gatos monte- ses, o diferentes especies de águilas y buitres. Las cotas de la sierra Entre los 1.200 y 1.600 metros, es zona de melojar o robledal de rebollo, en el que predominan los árboles de hoja caduca. Por debajo de su cota se sitúa el encinar, mien- tras que por encima de los 1.600 metros hasta los 2.100 aparece el pinar de alta mon- taña, en concreto de pino sil- vestre, que son los que mejor se adaptan a las bajas tem- peraturas de estas latitudes. La cota más alta, por encima de los 2.000 metros, es la zona de matorral de altura o piornal, donde sólo están pre- sentes los arbustos. Un espacio protegido Para evitar el deterioro de este paraje natural que alber- ga en total 234 especies de vertebrados, de las que 169 están protegidas por ley, se prevé darle categoría de par- que nacional, lo que facilita- ría su conservación. Ya exis- ten dos parques naturales, si bien sin categoría nacional: el Parque natural de la cumbre, circo y lagunas de Peñalara, de 780 hectáreas, y el Parque regional de la cuenca alta del Manzanares, de 52.796 hectá- reas y situado en el noroeste de la comunidad autónoma. La fauna de la sierra La variedad de aves rapaces y carroñeras se sustenta en una igual diversidad de her- bívoros: cérvidos como el gamo, el corzo o el ciervo, y otros animales de gran tama- ño como el jabalí o la cabra montés; sin olvidar los cone- jos, lagartijas o ratones de campo, decisivos en la dieta de estas aves. La flora La sierra, en sus zonas menos elevadas, presenta encinas, enebros, jaras, tomillos, reta- mas y cantuesos, pero tam- bién fresnos y sauces; para, al ir ascendiendo, mostrarnos robledales y pinos silvestres; y rematar en sus más eleva- das cotas con los habituales brezales y piornales o los pra- dos de montaña. Las montañas serranas La sierra de Guadarrama tiene en La Cabrera, La Pedriza, el nacimiento del río Lozoya en la laguna de Peñalara y los puertos de Canencia y de la Morcuera sus principales puntos de interés. En este conjunto montañoso se encuentran los montes Carpetanos, Cuerda Larga y la sierra de la Morcuera, Navacerrada, Siete Picos, Montón de Trigo, Peña del Oso, Pasapán y la sierra de Malagón. Las cumbres más altas son Peñalara (2.430 m), Cabeza de Hierro Mayor (2.383 m) y La Maliciosa (2.227 m). Naturaleza LA SIERRA DE GUADARRAMA12 13 Pino silvestre, flor y fruto Pino piñonero Fresno RetamaEncina Urraca 1 | Alto Jarama 2 | Bosque de la Acebeda 3 | Cañada Real. Centro de Naturaleza 4 | Carrizal de Villamejor 5 | Cerros del Viso y del Ecce-Homo 6 | Cuenca alta del Manzanares 7 | Cueva del Reguerillo 8 | Cumbre, circo y lagunas de Peñalara 9 | Curso bajo. Manzanares/Jarama 10 | Curso medio. Guadarrama 11 | Embalse de Picadas 12 | Embalse de Pinilla 13 | Embalses de Puentes Viejas El Villar/El Atazar 14 | Embalse de Riosequillo 15 | Embalse de San Juan 16 | Embalse de Valmayor 17 | Garganta de Patones 18 | Hayedo de Montejo 19 | Las Lagunas 20 | Laguna de San Juan 21 | Monte de El Pardo 22 | Parque regional del Sureste 23 | Peñas del Arcipreste de Hita 24 | Pico Almenara 25 | Pico de las Tres Provincias 26 | Pinar de Abantos y La Herrería 27 | Pinar de Navafría 28 | Pinar de Peña Pintada 29 | Puente de la Pedrera 30 | Reserva del Regajal Mar de Ontígola 31 | Sierra de La Cabrera 32 | Valle del Lozoya 33 | Vega de Aranjuez 1 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 1314 15 16 17 18 19 20 21 22 32 33 23 24 25 26 27 28 29 30 31 2 Espacios naturales de la Comunidad de Madrid Turismo rural La Comunidad de Madrid ofrece una amplia oferta de establecimientos de turismo rural, casas rehabi- litadas con esmero y situa- das en bellísimos parajes que pueden ser alquiladas por completo o bien por habitaciones. www.guiamadridrural.com www.madridservicios.com El ansiado níscalo El pinar es el há- bitat apro- piado para el níscalo,un hongo con sombrerillo ana- ranjado muy apreciado en la cocina.
  • 5. Esta reserva natural, uno de los pocos ecosistemas de bosque mediterráneo que ate- sora la península Ibérica, el mejor conservado de la comunidad autónoma de Madrid, se corres- ponde con un encinar sobre are- nas integrado en el Parque regional de la cuenca alta del Manzanares. Un pasillo verde En semejante enclave de cerca de 20.000 hectáreas, que forma parte del Patrimonio Nacional, convi- ven encinas, enebros, fresnos, alcornoques, quejigos, cosco- jas, labiérnagos y romeros. Durante el siglo XVI, con Carlos I, se convirtió en pro- piedad real para el ejercicio de la caza. Ya bajo el reinado de la dinastía Borbón se per- mitió su uso agrícola, aprove- chando el curso del Manzanares, que cruza el parque de norte a sur. Por orden de Fernando VI, los terrenos se protegieron con una tapia y una puerta de entrada, la actual puerta de Hierro. El monte de El Pardo es un auténtico pasillo verde desde la ciudad de Madrid hasta la sierra de Guadarrama. Una reserva privilegiada El gamo y el jabalí son las especies más emblemáticas del monte de El Pardo, que cuenta también con grandes aves rapaces como el águila imperial. El corzo y el conejo completan la fauna que apro- vecha en estos bosques adehesa- dos el hecho de que está prohibi- da la visita a la mayor parte del territorio del paraje, lo que con- vierte a estos seres en escogi- dos protagonistas de un entorno único en la Comunidad de Madrid, pul- món que descontamina y oxigena a la gran urbe. El palacio de la Zarzuela, resi- dencia oficial de los reyes de España, se halla dentro de los límites de El Pardo. Otro pala- cio real, también llamado de El Pardo, está en el interior del lugar, perteneciente hasta 1950 al término muni- cipal homónimo y hoy inte- grado en el distrito de Fuencarral-El Pardo. HAYEDO DE MONTEJO | MONTE DE EL PARDO 15 El más pequeño de los ciervos que pueblan Europa es el corzo. El gamo es un cérvido cuyos machos presentan unas astas palmeadas. Coto de caza El Pardo ha sido habitual coto de caza de reyes y jefes de Estado de España, entre los que hubo verdaderos entu- siastas de la actividad cine- gética, como un monarca de la Casa de Borbón que reinó en el siglo XVIII, el popular Carlos III, o el general y dicta- dor del siglo pasado, Francisco Franco. El abuelo del rey Juan Carlos I, Alfonso XIII, y su madre, María Cristina de Habsburgo- Lorena, posan en la foto que está sobre estas líneas con las piezas capturadas tras una montería. NATURALEZA El Hayedo de Montejo En el norte de la comunidad autónoma madrileña, casi en el límite con la provincia castellano-manchega de Guadalajara, nos encontramos con un municipio de escasa población pero que encierra en su término uno de los espacios naturales protegidos de la región: el desde 1974 llamado Sitio natural de interés nacional del Hayedo de Montejo de la Sierra, más cono- cido, simplemente, como el Hayedo de Montejo, una de las más meridionales representaciones de arboleda de hayas de la península Ibérica y aún de Europa. La reina haya Pese a que tan sólo ocupa 250 hectáreas, este famoso hayal es uno de los lugares más visitados por los aman- tes de la naturaleza, lo que ha supuesto que se cree un plan de uso público que con- lleva un necesario e inevita- ble control de quienes a Montejo se acercan a conocer el sitio, razón por la cual advertimos al lector interesa- do de que conviene reservar con antelación la visita. La especie Fagus sylvatica, el haya más frecuente en Europa, se apro- pia del paraje para decirnos que no hay otro lugar en toda la región madrileña donde podamos admirarla. En rea- lidad sería más justo decir que la Fagus sylvatica, más que apro- piarse del terreno lo compar- te con el roble. El otoño en el hayedo Una época del año especial- mente recomendada para acercarse a la localidad de Montejo de la Sierra es la estación otoñal: el color roji- zo, más bien corinto, de las hojas de los árboles del hayal invade a partir de finales de octubre y hasta principios del mes de diciembre este espa- cio natural. El rumor de un curso fluvial cercano cuando estamos en sus sendas no nos engaña. Es el río Jarama, que acaba de nacer en las estribaciones de Somosierra. Naturaleza14 Roble, hojas y fruto Haya Mirlo Abedul El monte de El Pardo
  • 6. Plato policromado romano Alcalá de Henares Fragmento de muralla árabe La Almudena Madrid Tritón romano Valdetorres de Jarama HISTORIA Orígenes de Madrid La comunidad autónoma de Madrid es descendiente direc- ta de la provincia homónima. Respuesta al influjo de la ciudad de Madrid, y ésta a su vez al de la Corte de los Austrias desde el siglo XVI, la provincia de Madrid sur- gió en el siglo XVIII, cuando ya reinaba en España la Casa de Borbón. Precisamente cuando acababa la citada centuria, a la provincia se le incorporó el terri- torio afín a la ciudad de Alcalá de Henares, además de los Reales Sitios. Así llegamos al reinado de Isabel II y a la fundamental división provincial de 1833, año en el que quedan fijados los actuales lími- tes del territorio provincial madrileño. Es difícil hablar de la historia de la ciudad de Madrid en fecha anterior al período musulmán. Se tiene constan- cia de la presencia del hom- bre prehistórico gracias a algunos yacimientos encon- trados en las terrazas del río Manzanares y en otros luga- res próximos, como la locali- dad de Ciempozuelos. En la capital, los restos de la era romana tan sólo pueden verse en los museos, al no quedar en ella signo alguno que haya resistido el paso del tiempo. Sí existen en nume- rosas poblaciones de los alre- dedores, como Titulcia, Cadalso de los Vidrios o Alcalá de Henares, la anti- gua Complutum. En lo que respecta al territorio de la hoy comunidad autónoma, hay constancia de asen tamientos prehistó- ricos junto a los ríos Henares y Manzanares. El paso de Roma por la región no dejó de ser eso, un tránsito, como prueban los vestigios de sus calzadas. En el arranque del medie- vo, la correspondien- te actividad de los visigodos en la zona fue esca- sa. Unida a la capital visigo- da, Toledo, en la región de Madrid sólo destacaba Alcalá de Henares y su obispado. Madrid, la ciudad que dará nombre a la provincia y a la comunidad autónoma, no surgirá hasta que se produz- ca la invasión musulmana de la península Ibérica y aún después. Es en la segunda mitad del siglo IX cuando Muhammad I, hijo de Abderramán II y quinto emir independiente de Córdoba, la elige por su privilegiada situación para convertirla en fortaleza defensiva de la ciu- dad de Toledo ante posibles ataques cristianos. Más tarde, Madrid fue incorpora- da de forma definitiva a los dominios cristianos castella- no-leoneses tras la conquista de Alfonso VI en el año 1083. La ciudad se transforma poco y en ella conviven cristia- nos, moros y judíos. El nombre de Madrid Matrice debió de ser la prime- ra denominación de la villa. Es un nombre ante- rior a los musulmanes que hace referencia a las aguas del lugar y especialmente al arroyo que corría por la calle de Segovia. Con los árabes, el topónimo cambia a Mayrit, es decir,‘madre de aguas’, que hace referencia a la abundancia de éstas. La fusión de los nombres árabe y romance hizo que tras la conquista, que no reconquis- ta, prevaleciera el nombre cristiano, el latino Matrit. El Fuero de Madrid y las primeras Cortes En 1202 se otorga el primer Fuero de Madrid por el que se regía la vida municipal de la ciudad. En su origen, esta- ba bajo las órdenes de un gobernador y la acción de sus justicias, que eran designa- dos por la nobleza y los pecheros. Los ayuntamientos no aparecen hasta el reinado de Alfonso XI. En 1309, el rey Fernando IV celebra por vez primera Cortes en Madrid, con asistencia de los hijos del rey, el arzobispo de Toledo, nobles y miembros de los concejos de las ciudades. A partir de ese año, Madrid fue lugar de reunión de las Cortes de Castilla en nume- rosas ocasiones, incluida las presididas por Alfonso XI en 1327, en las que se acuerda, entre otras cosas, que nadie pueda tener dos oficios en la Casa Real ni que se puedan conceder beneficios a los extranjeros. Historia ORÍGENES DE MADRID16 17 Mosaico romano Alcalá de Henares El pasado romano de los territorios de la comunidad autónoma encuentra su máxima expresión en Complutum, el origen remo- to de la actual capital de la cuenca del Henares: Alcalá, cuyo museo arqueológico es cita obligatoria en cualquier recorrido por esta ciudad Patrimonio de la Humanidad. Bifaz del cerro de San Isidro, en la otra página, arriba Vasos campaniformes Ciempozuelos, a la izquierda
  • 7. Entrada de Felipe II en la villa de Madrid, 1561 HISTORIA Madrid, Corte y capital Sede de la Corte de los reyes hispanos a partir de mediados del siglo XVI, y de forma definitiva desde 1606, ya bajo el reinado de Felipe III, la ciudad de Madrid creció, si bien no le acompañó en esa expansión prácticamente ninguna localidad de sus proximidades, a excepción de la universitaria Alcalá de Henares. Fue la Casa de Austria la dinastía que vinculó para siempre la historia de la región de Madrid con la historia de España. La capitalidad española no dejó ya de recaer en Madrid ni siquiera con la llegada de una nueva dinastía, la de Borbón, ni tampoco con las breves experiencias republicanas o dictatoriales. Residencia regia Madrid fue elegida como residencia de temporadas de los reyes de Castilla, entre ellos Pedro I. Es Enrique III quien transforma, a princi- pios del siglo XV, el alcázar en palacio y ordena, asimismo, la construcción de un palacio en el sitio de El Pardo para ser utilizado como recreo y cacerías reales. Los Reyes Católicos entraron en Madrid de forma solemne en 1477, después de la victoria sobre Alfonso V de Portugal y sobre los partidarios de Juana la Beltraneja. De su reinado quedan algunas obras nota- bles, como son la capilla del Obispo en la iglesia de San Andrés, la casa de los Lujanes o la casa de Cisneros, en la plaza de la Villa. Y un sin número de ordenanzas, cédu- las y disposiciones, así como la creación de un Tribunal de Justicia que se reunía sema- nalmente con la presidencia de los monarcas. Un notable crecimiento experimentó la ciudad de Madrid con los Reyes Católicos, gracias a las exenciones de impuestos y otros privilegios dictados por los monarcas. A finales del siglo XV, la ciudad contaba 3.400 habitantes encuadra- dos en un recinto medieval que iba desde el alcázar, por la cuesta de los Ciegos, Vistillas, puerta de Moros, cavas, puerta Cerrada, cava de San Miguel y Platerías, hasta la plaza de los Caños del Peral. El crecimiento siguió con Carlos I, que tam- bién elegió Madrid para estancias cortas, atraído por la abundancia cinegética en los bosques cercanos a la pequeña urbe, por lo que se llegó incluso a construir un pabellón de caza en el cerca- no Real Sitio de El Pardo. Quedaba poco para que Madrid adquiriera la capitali- dad y se convirtiera en la pri- mera urbe del Imperio. Sede permanente de la Corte Hasta que en 1561 Felipe II fijara su residencia en la ciu- dad de Madrid, el rey y su corte no tenían un lugar fijo, aunque Toledo fuera el más habitual; de ahí que en un principio se pensara que la elección de Madrid era provi- sional. Sin embargo la capital del imperio “donde no se ponía el sol” permaneció en la villa gracias a sus extensos bosques, que no tradaron mucho en ser arrasados, y a su abundante agua. Además, el monasterio escurialense, que se estaba construyendo, se iba a encontrar muy cerca del palacio del rey, el antiguo alcázar árabe. En efecto, el 13 de septiembre de 1584 vio Felipe II hecho realidad el mayor de sus sueños: el monasterio de San Lorenzo de El Escorial. El interés del rey por levantar un edificio a la mayor gloria de Dios y la dinastía de los Austrias hizo que en poco más de veinte años de trabajos se constru- yera este majestuoso edificio que, además de monasterio, es iglesia, palacio real, biblio- teca, panteón de los reyes de España y seminario. En 1606, en el año en que vuelve para quedarse la capi- talidad a la ciudad de Madrid, ésta comienza a extenderse, notable- mente. La ciudad, al amparo de la nueva corte, crece mucho en poco tiempo. Y crece mal. De los ape- nas tres mil hogares en que se cifraba la población de Madrid, se cuentan más de 14.000 habitantes en 1571 y hasta 40.000 a finales del siglo XVI. Historia MADRID, CORTE Y CAPITAL18 19 Busto de Felipe II de Pompeo Leoni; Museo Municipal Sello y armadura de Felipe II Felipe III
  • 8. El siglo XXI El final de siglo pasado ha dado a Madrid, a la ciudad y a la comunidad autónoma, un aire más cosmopolita, al que contribuye el creciente núme- ro de turistas que visitan ambas durante todo el año. Continúa siendo la una la ciu- dad abierta de siempre que acogía a los emigrantes de las regiones españolas y su famosa actividad nocturna no ha perdido un ápice de vitali- dad. Al tiempo, el Madrid moderno se prolonga más allá del paseo de la Castellana y se rehabilita el olvidado casco antiguo, el mejor patri- monio artístico de la ciudad, a la vez que el territorio que conforma la comunidad autó- noma se integra en la expe- riencia rejuvenecedora que viven las dos día a día. Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid HISTORIA Hacia el Madrid actual El acaparamiento de la trascendencia de todo el territorio regional por parte de la urbe madrileña prosiguió e incluso aumentó a lo largo del siglo XVIII y del XIX. Madrid era ya la capital de un Estado centralizado. Aunque fue tras la Guerra Civil de la década de 1930, cuando el desarrollo industrial del área madrileña permitió el notable aumento de la población y de los límites de algunas ciudades de los alrededores de la capital. Carlos III y la Ilustración El cuarto Borbón que reinó en España, Carlos III, se inspi- ró en el espíritu de la Ilustración, en el despotismo ilustrado para ser justos, con el objeto de imponer sus grandes realizaciones. Conocido popularmente como el mejor alcalde de Madrid, con él llegó el sane- amiento de la ciudad y la reforma de calles, plazas y paseos. La industria, la cultu- ra y el pueblo de Madrid iban a ser los primeros beneficia- dos. La ciudad ve en poco tiempo un nuevo alumbrado público, el alcantarillado, la pavimentación, el papel moneda o el Banco de San Carlos. Se proyectan y culmi- nan grandes obras y refor- mas urbanísticas: la puerta de Alcalá, la reforma del paseo del Prado, el Jardín Botánico, el Colegio de Medicina de San Carlos, los edificios de Correos y Aduanas, las fuentes de Cibeles, Apolo, Neptuno y de la Alcachofa. Y el palacio Real, como residencia definitiva de los monarcas españoles. Madrid entra en la edad contemporánea Los albores de la contempo- raneidad española tienen en dos localidades madrileñas, Reales Sitios ambas, unos de sus escenarios cruciales: San Lorenzo de El Escorial y Aranjuez. Los principales per- sonajes de ambos hechos, el uno de 1807 y el otro de un año después, fueron el rey Carlos IV, su favorito, Manuel Godoy, y su hijo, el futuro Fernando VII. Móstoles, otra localidad de la región madri- leña, se uniría como protago- nista a la propia capital en los sucesos de mayo de 1808, verdadero arranque de la edad contemporánea espa- ñola, en tanto que comienzo de la llamada guerra de la Independencia, mezcla de revolución y lucha contra el invasor. El siglo XX Es el XX un siglo de grandes conflictos y hechos trascen- dentales para la historia de España. Una dictadura daría paso a otra dictadura mucho más larga y dramática: entre medias, una breve experien- cia democrática y una guerra civil de fatales consecuencias. Primo de Rivera y Francisco Franco se convirtieron en pro- tagonistas de medio siglo de regímenes personalistas y autoritarios, de aislamiento exterior y sin apenas liberta- des públicas. Protagonistas también, en el último tercio de siglo, la democracia, los partidos políticos, el régimen parlamentario, la monarquía y la estabilidad, como símbo- los de un país moderno que abre sus puertas al mundo. La comunidad autónoma A mediados del siglo XX, la provincia de Madrid que vimos definitivamente con- formada en 1833, se integra- ba en la región de Castilla la Nueva. Pero es a partir de 1978, finalizada la dictadura franquista y alumbrada la transición a la democracia en España, cuando ésta se orga- niza territorialmente para configurar el llamado Estado de las autonomías. En 1981, se optó por que la otrora pro- vincia de Madrid se transfor- mara en la comunidad autó- noma del mismo nombre. Dos años más tarde, se apro- baba el Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid y el socialista Joaquín Leguina se convertía en su primer presidente, al que en 1995 sustituyó Alberto Ruiz-Gallardón, del Partido Popular (PP). Llegamos al año 2003, cuan- do la primera mujer presi- dente de la comunidad, Esperanza Aguirre, sucedía a aquél su correligionario polí- tico al frente del gobierno autonómico. Historia HACIA EL MADRID ACTUAL20 21 La lucha con los mamelucos, de Francisco de Goya Manuel Godoy Carlos III Motín de Esquilache El italiano marqués de Esquilache, ministro del rey Carlos III, personificó las iras del pueblo de Madrid en 1766. Enardecidos por la nor- mativa sobre vestimenta de aquél, los madrileños obliga- ron al monarca a prescindir de su reformista colaborador. Juan Carlos I, rey de España.
  • 9. ARQUITECTURA Siglos XV al XVII La llegada de la capitalidad a Madrid a mediados del XVI fue el primer paso para la configuración urbana de la ciudad. La edifi- cación de palacios, conventos e iglesias se sucede de manera continua. El entorno de la plaza de la Villa y el de la plaza Mayor son muestras señeras del perfil arquitectónico de aquellos tiempos. Iglesia de los Jerónimos De autor desconocido, fue fundada por los Reyes Católicos a principios del siglo XVI, y se edificó en estilo gótico según el modelo imperante en la época. Ha necesitado numerosas intervencio- nes posteriores. Arco de Cuchilleros Ubicado en una de las esqui- nas de la plaza Mayor, es uno de los rincones más conoci- dos de Madrid. Forma parte del proyecto original de Gómez de Mora de 1617, aun- que más adelante, con los tra- bajos de nivelación del terre- no, le añadió las escaleras y lo usó como contrafuerte.Casa de la Villa Juan Gómez de Mora es el autor del proyecto que data de 1630, aunque no se empezó a construir hasta 1644, y las obras lo finalizaron hasta 1695. No obstante, intervinieron hasta siete diferentes arquitectos. La reforma de la fachada que da a la calle Mayor la realizó Juan de Villanueva entre 1771 y 1787. La última gran remodelación, en 1967, le devolvió su aspecto primitivo. Iglesia de San Ginés Se asienta sobre una capilla que data de 1514 y de la que sólo queda la estructura debido a las numero- sas reformas. Las obras terminan en el año 1659, según las trazas de Juan Ruiz. El recinto consta de tres naves separadas por pilastras estria- das dóricas sobre pedestales. La cubierta es una bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones. Iglesia de las Calatravas Formaba parte del convento de los Caballeros y Religiosas de la Orden de Calatrava. El proyecto es de fray Lorenzo de San Nicolás pero Isidro Rodríguez y Gregorio Garrote se encargaron de lle- varlo a cabo. Destaca la cúpula con tambor, con cuatro ventanas abiertas y cuatro cegadas. La fachada se decoró en 1886 con diseño de Juan de Madrazo y Kuntz. Convento de la Encarnación El proyecto, sobre planta dde cruz latina, se atribuye a fray Alberto de la Madre de Dios, con la intervención en las obras de Juan Gómez de Mora. Se edifica entre 1611 y 1616, y destaca la iglesia del convento con nave única, hornacinas, crucero y cúpula, un modelo que se repetirá en la segunda mitad del siglo XVII. Entre 1755 y 1767 se llevaron a cabo importantes reformas dirigidas por Ventura Rodríguez –a la derecha, sección del monaste- rio realizada por el arquitecto y conservada en la Biblioteca Nacional–. Ventura Rodríguez se encargó del revestimiento interior con la ayuda de los pintores y escultores neoclásicos de su tiempo. Convento de las Descalzas Fue construido entre 1559 y 1564 aprovechando parte del antiguo palacio de Carlos I, según el proyecto de Juan Bautista de Toledo y Antonio Sillero. Del palacio se conserva la puerta de acceso y algunas dependencias. La fachada de la iglesia es renacentista tomando como modelo el monasterio de El Escorial. Plaza Mayor Fue edificada por el arquitecto Juan Gómez de Mora por encar- go del rey Felipe III entre 1617 y 1619, siguiendo el trazado de la antigua plaza del Arrabal, construida con anterioridad en el mismo lugar. De forma rectagular, consta de viviendas de tres pisos con torres con chapiteles de pizarra. En el centro, destaca la casa de la Panadería, cons- truida en 1590 por Diego Sillero. Arquitectura SIGLOS XV AL XVII22 23 Viviendas de la plaza Mayor La última reconstrucción de la plaza tuvo lugar entre 1790 y 1854, según proyecto de Juan de Villanueva, que cierra la plaza y coloca las viviendas a la misma altura que la casa de la Panadería, tal como se encuentra hoy.
  • 10. ARQUITECTURA Siglo XVIII En este siglo se vive en España la transición entre el estilo barroco y el neoclasicismo, es el turno de la Casa de Borbón, una dinastía cuyo reinado inicial corre parejo a las ideas de la Ilustración, que poco a poco irán trans- formando el mundo. Los Borbones impulsaron en Madrid la construcción de un gran número de edificios. Arquitectura SIGLO XVIII24 25 Palacio Real El primer proyecto para cons- truir un palacio sobre el anti- guo alcázar es de Juvara, quien, tras su muerte, será sustituido por el arquitecto Sacchetti, el cual modificó el diseño original. Las obras comenzaron en 1738 y dura- ron hasta 1764. Carlos III encargó a Sabatini su ampliación mientras que Ventura Rodríguez realizó la capilla. Con Isabel II se finaliza la plaza de la Armería y los jardines del Campo del Moro. San Francisco el Grande El templo de mayor grandiosidad de Madrid fue uno de los edificios religiosos más costo- sos del siglo XVIII. Ventura Rodríguez hizo un primer proyecto, desechado después en favor del que realizó fray Francisco Cabezas, quien inicia las obras en 1761, aunque será sustituido por Antonio Pló. Pasados 24 años, será Sabatini quien se encargue de construir la portada con dos torres y cubra el recinto con una gran cúpula con linterna. Oratorio del Caballero de Gracia Diseñada por Juan de Villanueva, quien dirigió las obras de su construcción a finales del siglo XVIII. Destaca el interior con 16 columnas corintias y una cúpula elípti- ca con cuatro claraboyas. La aséptica fachada se terminó de construir en 1832. San Antonio de la Florida Es la tercera ermita que ocupa este solar. Francisco Fontana la construyó entre 1792 y 1798, año en que Goya decoró su bóveda. En 1905, se declaró al edificio monumen- to nacional. Observatorio Astronómico Por iniciativa de Carlos III, en 1785 se encargó a Juan de Villanueva la construcción de un Observatorio Astronómico, que se iniciaría en 1790 según un proyecto muy al gusto neo- clásico. No fue terminado hasta 1845, con la intervención de los arquitectos Santiago Gutiérrez de Arintero y Narciso Pascual Colomer, autor este último del pórtico de la entrada. Las puertas de Carlos III De arriba abajo, la puerta de Hierro, la del Jardín Botánico, la de San Vicente y la de Alcalá. Todas ellas se constru- yeron en el reinado de Carlos III. La de Hierro como entrada real al monte de El Pardo, la segunda, obra de Juan de Villanueva de 1771, como acceso al Real Jardín Botánico. Las de San Vicente y Alcalá las construyó Francisco Sabatini en 1775 y 1778, res- pectivamente. La última se levantó para conmemorar la entrada regia de Carlos III en Madrid. Museo Municipal Ostenta la portada más barroca de la arquitectura madrileña, con una profusa decoración en relieve. Construido en 1729 por Pedro de Ribera, inicialmente albergó el Real Hospicio.
  • 11. ARQUITECTURA Siglo XIX La arquitectura civil desarrolla a lo largo de este siglo las fuentes neoclási- cas inicidas en la anterior centuria. Es al final de este siglo XIX cuando apa- recen el hierro y el cristal como nuevos y revolucionarios materiales de construcción. El golpe infundido a las arcas religiosas por las medidas des- amortizadoras impidió que se llevaran a cabo construcciones sacras de gran envergadura. Arquitectura SIGLO XIX26 27 Biblioteca Nacional Edificio monumental construido entre 1866 y 1892 con diseño de Francisco Jareño y Alarcón, y posterior reforma de Antonio Ruiz de Salces. Tiene planta rectangular simétrica con un cen- tro octogonal. Museo del Prado La mejor obra neoclásica de Madrid fue concebida por Juan de Villanueva en 1785. Se terminó en 1811 y desde 1819 alberga la colección real de pinturas. Su última ampliación llevará el recinto hasta el anexo claustro de la iglesia de los Jerónimos. Ministerio de Agricultura Portentoso edificio junto a la estación de Atocha, construido en 1897 según el diseño de Ricardo Velázquez Bosco. El pórtico de la entrada presenta dos cariátides y ocho columnas corintias pareadas, y está rematado por tres grupos escultóricos realizados por Querol. Escuela de Minas Obra de Velázquez Bosco construida entre 1885 y 1893 con planta rectangular y cubierta metálica acristalada. Palacio de Cristal Una joya de hierro y cristal concebida por Velázquez Bosco y Alberto del Palacio para la Exposición de Filipinas de 1887 que hoy decora el parque de El Retiro. Estación de Atocha La antigua estación de Mediodía, ampliada en la década de 1990 por Rafael Moneo, es obra de Alberto del Palacio de 1892. Congreso de los Diputados Narciso Pascual y Colomer es el autor del proyecto, edificado entre 1843 y 1850. Responde al estilo neoclásico, muy de moda a mediados del siglo XIX, y ha llegado hasta hoy sin ningún tipo de modificación. La planta es prácticamente cuadrada y se distribuye de manera académica y simé- trica. En su fachada principal destacan seis columnas corintias y un gran frontón de estilo clási- co. El frontispicio presenta un grupo escultó- rico mitológico en bajorrelieve obra de Ponzano en el que se repre- senta a España abrazando la Constitución y rodeada de la Fortaleza, la Justicia, las Ciencias, la Armonía, las Bellas Artes, el Comercio, la Agricultura, los Ríos y Canales de navegación, la Abundancia y la Paz.
  • 12. Círculo de Bellas Artes El arquitecto Antonio Palacios Ramilo es el autor del proyecto que se materializa en 1926, tras cinco años de obras. El interior, con nueve niveles, se acopla perfectamen- te a las funciones culturales para las que está encomendado. La fachada está deco- rada con tallas de Capuz y Adsuara y rema- tada por una Minerva de Vassallo. ARQUITECTURA Siglo XX De los años del experimentalismo arquitectónico de comienzos del XX, fre- nados por la Guerra Civil y por el estancamiento franquista, se pasará al funcionalismo de mitad de siglo hasta llegar al dominio de los rascacielos en la novísima zona financiera de la ciudad, durante los postreros años de la pasada centuria. Sociedad General de Autores El antiguo palacio de Longoria es la obra más destacada del modernismo en Madrid. Su autor es José Grases Riera y se terminó de edificar en 1903. Cine Doré Bello edificio modernista de Críspulo Moro Cabeza cons- truido en 1923. Se recuperó de su estado ruinoso y hoy alberga la Filmoteca Española. Plaza de Las Ventas José Espeliús ideó un coso de estilo mudéjar con el ladrillo y el azulejo como elementos constructivos. No llegó a ver su obra terminada ya que murió en 1928, dos años antes de concluirse. La Unión y el Fénix Edificio singular por su eclecticismo, que intenta armonizar con la anexa iglesia de las Calatravas. Su construcción, obra de López Otero entre 1928 y 1930, partía de un decálogo de la empresa en el que destaca el primero de los mandatos: el edificio debía concebirse como símbolo de la “Prosperidad” de la compañía, y el quinto, la entidad propietaria “no acepta la moder- na arquitectura“. Torrespaña Esta singular torre de comunicaciones fue inau- gurada en el año 1982, con motivo de la celebración en España de los Mundiales de Fútbol. Obra del arquitecto Emilio Fernández, tiene 220 m de altura, de los que 47 corresponden a la antena que la corona. Arquitectura SIGLO XX28 29 Torre de Madrid Edificio simbólico de una época –la recuperación económica del país– que en su día (1957) fue la torre más alta del mundo reali- zada en hormigón y uno de los primeros edificios con acondi- cionamiento integral. Los auto- res son Joaquín y Julián Otamendi. Edificio Capitol Luis Martínez Feduchi y Vicente Eced sacaron el máximo partido estético y funcional a la esquina de Gran Vía y Jacometrezo, construyendo un edificio que se ha convertido en una de las señas de identidad de la principal avenida del centro urbano. Es el primer edificio de Madrid adaptado a la compleja vida urbana del siglo XX ya que se habilitó para acoger oficinas, hotel, cine, viviendas y cafeterías. Construido entre 1931 y 1933, con influencias de la arquitectura del alemán Erich Mendelsohn, su innovadora irrupción en el panorama artístico español vino acompañada de un mobiliario de diseño exclusivo. Conserva la que tal vez sea la mejor sala de cine de Madrid.
  • 13. Banco Bilbao Vizcaya Torre del arquitecto Sáenz de Oiza erigida entre 1971 y 1981, es considerada una de las obras maestras de la arquitec- tura española del siglo XX. Destaca la estructura de hor- migón amortiguada que tuvo hacerse ya que la torre se construyó sobre un túnel de ferrocarril. Para esta labor, Oiza contó con el apoyo del ingeniero Carlos Fernández Casado. ARQUITECTURA Edificio Telefónica Es una imitación de los gran- des rascacielos norteamerica- nos del primer tercio del siglo XX, decorada con elementos barrocos. El proyecto original es del arquitecto norteameri- cano Louis S.Weeks, adapta- do por Ignacio de Cárdenas. En su época –se construyó entre 1926 y 1929– fue un edifico innovador en muchos sentidos, construido en un tiempo récord con las técni- cas y materiales más moder- nos de entonces: estructura metálica y hormigón. Torre Picasso La construcción más alta de Madrid. Es un proyecto realiza- do en los años 1979-1989 por el japonés Yamasaki, autor tam- bién del complejo World Trade Center de Nueva York. Mide 165 metros de alto y se ha converti- do en una de las imágenes identificativas de Madrid, sobre todo por la noche, cuando su silueta iluminada es visible en toda la ciudad. Faro de Moncloa Es, junto con las torres KIO, una de las últi- mas construcciones de la ciudad de mayor trascendencia urbana. Construida en 1996, su autor, Salvador Pérez Arroyo, le dio un claro estilo futurista. Sirve de torre de comu- nicaciones para los investigadores de la cer- cana Universidad Complutense y para los visitantes es un estupendo mirador desde donde se puede observar una gran panorámica de la ciudad. Arquitectura30