2. Las Bibliotecas, como todos sabemos, cumplen la función de
conservar y custodiar los libros.
Tienen una antigüedad de más de cuatro mil años de historia desde
la creación de los primeros pergaminos y tablillas escritas.
En sus orígenes nacieron como Archivos en los templos de las
ciudades mesopotámicas, donde se registraban y guardaban los
hechos relacionados con la actividad religiosa, política, económica y
administrativa del estado, encargándose de ellos los escribas y los
sacerdotes.
Los documentos se consignaban en escritura cuneiforme y en
tablillas de barro, un soporte incómodo y pesado, pero que ha
permitido su conservación.
7. Hay frases que por su belleza, por su síntesis, claridad y
certeza (firmeza) de exposición, superan el obstáculo del tiempo
y logran conectarse con otras generaciones.
Este es el caso de las frases que reproduzco a continuación:
8. “De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más
asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su
cuerpo… Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la
memoria”.
JORGE LUIS BORGES.
“Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que
espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón
que llora”.
PROVERBIO INDÚ .
13. “Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me
enorgullecen las que he leído”.
Jorge LUIS BORGES.
“Amar la lectura es trocar horas de hastío por horas de inefable y
deliciosa compañía”.
JOHN F. KENNEDY.
“Cuando rezamos hablamos con Dios, pero cuando leemos es Dios
quien habla con nosotros”.
SAN AGUSTÍN.
14. “La lectura de un buen libro es un diálogo incesante en que el libro
habla y el alma contesta”.
ANDRÉ MAUROIS.
“Lee y conducirás, no leas y serás conducido”.
SANTA TERESA DE JESÚS.
“La lectura hace al hombre completo; la conversación, ágil, y el
escribir, preciso”.
FRANCIS BACON
19. “Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”.
JORGE LUIS BORGES.
“Ordenar bibliotecas es ejercer de un modo silencioso el arte de la
crítica”.
JORGE LUIS BORGES.
“En Egipto se llamaban las bibliotecas el tesoro de los remedios del
alma. En efecto, curábase en ellas de la ignorancia, la más peligrosa
de las enfermedades y el origen de todas las demás”.
JACKES BENIGNE BOSSUET.
20. Anexo de la Biblioteca del Senado, París (Francia).