1. NACE UN MUSEO VIRTUAL DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA
Las colecciones del museo nacional, todavía sin sede, se vuelcan en Internet
junto a otras
MALEN RUIZ DE ELVIRA - Madrid - 08/01/1997
Microscopios, telescopios, agujas de imantar, planetarios, astrolabios,
amperímetros, estufas de Gay Lussac, tubos de Newton, todos ellos instrumentos
básicos de la ciencia de los últimos cuatro siglos, esperan en silencio, en su
mayoría perfectamente restaurados o conservados, en una fría e inhóspita nave
ferroviaria de la estación madrileña de Delicias, la oportunidad de salir al escenario
y mostrarse al público. Junto a estos instrumentos de materiales nobles y precioso
acabado, muchos de ellos con firmas ilustres, hay máquinas de vapor, pianolas,
tractores, automóviles, linotipias, fábricas enteras y también la centralita que
estuvo instalada en El Pardo. Todas estas 9.000 piezas tienen valor histórico,
artístico o didáctico y forman los actuales fondos del Museo Nacional de Ciencia y
Tecnología, creado en 1980, con una historia corta pero llena de avatares, y
todavía, aunque parezca increíble, a la espera de un lugar donde poder existir de
cara al público. Ahora, para estos pedazos de historia se empiezan a encender las
luces de un escenario virtual, a través de Internet, en un proyecto pionero titulado
Museo Hispano de Ciencia y Tecnología, que agrupa también fondos de interés
científico y tecnológico residentes físicamente en otros museos españoles
A pesar de la importante carencia de una sede, el museo, que depende del
Ministerio de Educación y Cultura, se muestra muy activo en los demás aspectos,
en un campo en el que apenas existía nada. Está formando especialistas en
museología de ciencia y tecnología, escasísimos en España, tiene un taller de
restauración, asesora respecto a otras colecciones, acoge a investigadores de
todo el mundo, recibe donaciones y compra de forma regular fondos en subastas
en el extranjero. También va a montar próximamente una exposición temporal,
tras un parón de varios años por motivos poco claros. Todo ello por los mismos
cauces que cualquier otro museo nacional aunque pueda, con razón, considerarse
el patito feo de todos ellos.
Accesible
Su directora desde hace cinco anos, Amparo Sebastián, decidió hace ya tiempo
que no ganaba nada con lamentarse de la falta de sede y empezó a buscar
medios para cumplir la labor básica de un museo: hacer accesible sus fondos a los
interesados y al público en general. (El problema de la sede parece, por otra parte,
que se ha acercado en los últimos meses a una solución tras haber rechazado el
ministerio en los últimos años los ofrecimientos de numerosos gobiernos
autonómicos.)Así se gestó el Museo Hispano de Ciencia y Tecnología, un
proyecto para mostrar la historia real de la ciencia y la tecnología, la de los
instrumentos y aparatos, en un soporte electrónico. El proyecto obtuvo fondos del
Plan Nacional de Investigación y, con la colaboración de la Universidad Politécnica
2. de Madrid, se ha plasmado por ahora en un disco compacto (cd rom), que se
volcará en febrero en Internet, donde ya existe una página con cierta información.
"Se trata de dar a conocer las piezas y estar conectados con el exterior, y también
recibir consultas y visitas virtuales", explica Sebastián. "Reunimos fondos
seleccionados de muchos otros museos, los que tienen colecciones de
instrumentos científicos significativos". Próximamente se añadirán algunos de los
600 instrumentos de la colección de la Facultad de Ciencias Físicas de la
Complutense, en cuya catalogación y restauración está trabajando ahora el Museo
de Ciencia y Tecnología.
Y a partir de este primer paso está abierto el futuro para seguir añadiendo piezas a
la colección virtual incluidas, por ejemplo, las españolas en museos extranjeros y
también para abrir el banco de datos de estas colecciones a los investigadores a
través de Internet. Todo dependerá de que el proyecto siga recibiendo las ayudas
necesarias para seguir adelante, explican sus promotores. Este es un camino que
se están planteando muchos otros museos que sí tienen sede, pero existen
problemas de distinta índole -como los derechos de reproducción en el caso de los
cuadros- que frenan su acceso a Internet. En Europa hay preocupación porque los
contenidos de los museos europeos no se están presentando en Internet mientras
que estan accesibles -aunque pocos y no muy importantes fondos de museos de
Estados Unidos. La preocupación se ha plasmado por ahora en una comisión de
expertos encargada de allanar el camino para crear estas redes de difusión del
patrimonio europeo.
El Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, principal núcleo del Museo Hispano,
tiene fondos que abarcan desde el siglo XVI hasta 1960. No se limita a
instrumentos y aparatos de fabricación nacional porque, como señala Sebastián
"la ciencia en España se hizo en su mayor parte con instrumentos de fuera" y la
principal característica de la ciencia, por otra parte, es que nunca ha estado
aislada. Con solo dos conservadores y sin sede, mira con envidia a los centros
emblemáticos de su estilo, como los museos de Múnich, Londres y Chicago pero
también tiene fe en el futuro por el valor intrínseco de sus colecciones.
La colección más antigua y el germen del museo fue la que se originó en la Real
Academia de Matemáticas creada por Felipe II y terminó tras varios siglos de
aportaciones de otras instituciones en el Instituto San Isidro de Madrid. La pieza
más antigua es una ballestilla, firmada por Walterius Arsenius, que data de 1563.
Otra pieza notable es un astrolabio atribuido al mismo autor, uno de los tres
existentes del mundo. La dirección en Internet del Museo Hispano de Ciencia y
Tecnología es http://highland.dit.upm.es