El documento argumenta que hablar y escribir sobre Jesús es redundante y en su lugar se debería actuar de acuerdo a sus enseñanzas. Señala que Jesús prefiere las acciones sobre las palabras y que es más que solo un nombre, ya que representa el verbo y no solo un sustantivo. Finalmente, pide que el mensaje de paz de Jesús y María viva en nuestros corazones cada día.