Este documento describe los pasos para consagrarse a la Virgen María. No se necesita una preparación específica, sino tener amor y respeto por María. Se necesita tener disposición para aceptar voluntariamente consagrar el corazón a María. Al consagrarse, uno se compromete a amar, respetar y dejarse guiar por María para merecer el cielo.
3. Exactamente no se necesita una preparación propiamente
dicha para decidir dar este paso en nuestra vida. Básicamente
depende del amor y respeto que le tengamos a la Virgen
María. Una persona que no ama a la Madre de Dios y no la
toma en cuenta no podría consagrarse teniendo conciencia
de lo importante que es tener a nuestra madre Santísima a
nuestro lado.
PREPARACIÓN
5. Necesitamos tener mucha disposición es decir, querer consagrar nuestro
corazón a la Virgen María. Recordemos que ni Dios ni la Virgen nos
obligan sino que nosotros voluntariamente aceptemos y dejemos actuar a
Dios en nuestra vida. Nosotros obviamente no necesitamos consagrarnos
a la Virgen María para que ella se acuerde de nosotros y nos
ayude, porque ella como buena madre que es siempre nos cuida.
Nosotros nos consagramos a ella para que nosotras nos comprometamos
a amarla y así cumplir con lo que Jesús le pidió a Juan en la cruz.
DISPOSICIÓN
7. Al consagrarnos a María nos estamos comprometiendo a no olvidarnos de
ella nunca, a amarla, respetarla, y a dejarnos guiar por ella para
obviamente merecer la dicha de ir al Cielo.
Ella nos ama porque sufrió mucho con los momentos dolorosos que Jesús
sufrió en la cruz, y además ella nunca espera nada a cambio a su inmenso
amor.
Definitivamente ella se merece todo nuestro amor y respeto.
COMPROMISO