La autora describe su experiencia de consagrarse a la Virgen María junto con sus compañeras de clase durante su último retiro escolar. Se sintió especial al entregar su vida completamente a la Virgen para que la proteja y guíe. Durante el retiro, limpiaron sus pecados simbolizados por arcilla y construyeron casas que representaban sus vidas. Finalmente, se unieron a la Virgen mediante un hilo para permanecer unidas a ella para siempre.