2. Obra sin Título
CA. 1984
Óleo sobre lienzo
Colección Galería
Duque Arango
3. Reseña
Luis Caballero (Bogotá 1943- 1995). Dibujante, grabador y pintor. Estudió Bellas Artes
en la Universidad de los Andes de Bogotá donde recibió clases de Juan Antonio Roda
y Marta Traba. Su primera exposición compuesta por veinte obras fue colgada en la
galería Tournesol, donde reconoció los efluvios de Bacon. En 1966 contrajo
matrimonio con la artista norteamericana Terry Guita. Trabajó como profesor de
pintura en la Universidad Tadeo Lozano y en la Escuela de Bellas Artes de la
Universidad de Los Andes.
En 1968 ganó el premio en la Bienal de Coltejer en Medellín con la obra “La cámara
del amor”, conformada por múltiples paneles que involucraban al espectador, pieza
hace parte de la colección permanente del Museo de Antioquia. Posteriormente se
radica en París donde su pintura alcanza el carácter erótico que lo consagraría. La
soledad y el dolor de sus personajes entrelazados se hacen recurrentes en sus telas y
dejan la impronta de la destrucción amorosa, de la incomunicación, de una
desgarradura irreductible, que nunca lo abandonaría.
En 1973 expuso nuevamente en el Museo de Arte Moderno de Bogotá y en 1974 en La
Tertulia en Cali. Los años siguientes realizó importantes exposiciones en la Galería
Albert Loeb de París y en la Belarca de Bogotá. Representó a Colombia en la Bienal de
París en 1969; en la de Sao Paulo en 1973 y en la de Venecia en 1984. Ilustró los libros:
"Poemas para un cuerpo", de Luis Cernuda y "Le Chateau de Hors" del gran poeta
francés Bernard Noël, Ediciones Fata Morgana, Francia. La colección del banco de la
República dedicó una sala obras suyas de gran formato. Murió en Bogotá en 1995
después de inaugurar una amplia exposición sobre papel conformada por un centenar
de obras.
4. Críticas
Con relación a mi obra, Caballero muestra su inspiración en
el cuerpo humano, de una forma erótica y atrevida, donde
refleja lo que es el deseo. Desde mediados de los setenta, su
obra se ha caracterizado por lograr representaciones llenas de
vigor y precisión anatómica, en las que la figura humana,
tema exclusivo del artista, es un simple pretexto para
exteriorizar el propio sentimiento vital frente a las formas
orgánicas. En pinturas al óleo y dibujos en diversos medios
(carboncillos, sanguinas, lápices, tintas con pluma o pincel),
Caballero se regodea con el cuerpo humano: lo recorre
amorosamente, con la vista y con el tacto, desde todos los
puntos de vista. Lo único que le importa es el cuerpo: su
superficie, sus músculos y huesos.
5. Inspiración
Caballero dice: “Cuando estoy dibujando un cuerpo del
natural, trato de sentirlo y comprenderlo tan directamente
y tan amorosamente como si estuviera haciendo el amor”
además agrega “La imagen sagrada es para mí el cuerpo
humano”. Su pintura es completamente personal, el pinta
para sí mismo aunque esperando que este pintando para
los demás también. Su fuente de inspiración es el cuerpo
humano, que es lo que le da emoción. No describe ni le
pone títulos a sus obras para no condicionar al expectador
y, además porque si de escribir se trata, el no sería pintor,
sería escritor.
6. El piensa que el arte actual va por muy mal camino, ya
que este piensa que desde que empezaron las
vanguardias se luchaba porque el arte fuera más
intelectual y menos directo, sensual e intuitivo. Aunque
se ha llegado a un punto extremista, donde en una
exposición no hay nada que ver, solo cosas que leer.
Según él, el arte ha perdido su inocencia. Caballero no
tiene nada en contra acerca del intelectualismo en el
arte, pero considera que se deben tener en cuenta
también aspectos como libertad al pintar y sensualidad.