Josafat, Esdras, Ester y David proclamaron ayunos para buscar la dirección, gracia o protección de Dios ante grandes amenazas o presiones. El Rey de Nínive proclamó ayuno para buscar la misericordia de Dios, y Jesús ayunó para que Dios lo respaldara en su vida y ministerio. El ayuno motiva a buscar más de Dios ante las necesidades y prepara el alma para estar sensible a Su voz.