María Parado de Bellido fue una heroína peruana que nació en 1761 en Huamanga, Perú. Apoyó la causa de la independencia peruana pasando información a las fuerzas patriotas sobre los movimientos enemigos. Fue capturada y torturada por los realistas para que revelara nombres, pero se negó. Finalmente fue ejecutada a los 60 años de edad por un pelotón de fusilamiento el 1 de mayo de 1822 por su labor en pro de la independencia del Perú.
María Parado de Bellido, heroína peruana mártir de la independencia
1. María Parado de Bellido
María Andrea Parado de Bellido ( Huamanga o Paras, 5 de julio de 1761 ó 1777 -
Huamanga, 1 de mayo de
1822). Heroína peruana, mártir de la independencia del Perú. Aunque a veces se le califica de
“precursora” de la independencia, en realidad su actuación se dio durante la fase sanmartiniana de
aquella guerra, es decir ya inicia- do el proceso final de la Emancipación. Fue una mujer de
raza indígena y quechua-hablante, que exponiendo su bienestar y el de su familia, sacrificó su
vida antes de delatar a otros patriotas que como ella, servían a la causa de la libertad.
1 Biografía
Pocas son las informaciones que se tienen sobre la mayo- ría de héroes populares, tantas veces
anónimos. Ejemplos de ellos, son entre muchos otros, la trayectoria biográfica de José Olaya y
María Andrea Parado de Bellido. De esta heroína se conocen pocos detalles de su extensa vida, si
se tiene en cuenta que al momento de su sacrificio era ya una anciana de más de 60 años.
1.1 Nacimiento y primeros años
Diversos historiadores concuerdan en que María Parado de Bellido nació en Huamanga, luego
denominada Ayacucho, en la sierra sur del Perú. Sin embargo, el sacerdote Carlos Cárdenas
afirmó haber descubierto su partida de bautizo en la parroquia de Cangallo, donde habría nacido,
para ser más exactos, en el actual distrito de Paras. Tampoco hay consenso en cuanto al año de
su nacimiento. Unas fuentes lo sitúan en el año de 1777 y otras en el de
1761. Pero, curiosamente, todas coinciden en la misma fecha: 5 de julio.
Sus padres fueron Fernando Parado, criollo de ascendencia altoperuana, y Jacinta Jayo, mujer
indígena.
Su infancia fue como la de todas las niñas indígenas de su tiempo, que no recibían instrucción y
solo se preparaban para las tareas conyugales.
1.2 Casamiento e hijos
Se casó, a la edad de 15 años, con Mariano Bellido, de ofi- cio negociante, y quien hacia 1820
trabajaba en la sección de correos del distrito de Paras en la provincia de Cangallo, donde la
familia tenía su residencia, aunque radicaban
temporalmente en Huamanga. De esa unión tuvo siete hi- jos: Gregoria, Andrea, Mariano, Tomás,
María, Leandra y Bartola.
Tomás se enroló en las filas patriotas del general Juan Antonio Álvarez de Arenales cuando éste
pasó por Huamanga (1820), y luego se sumó a los montoneros patriotas acaudillados por
Quiroz Lazón que se hallaban en actividad en Cangallo (1820). Su esposo y su otro hijo varón,
Mariano, empezaron también a colaborar con aquellos montoneros, que actuaban en
coordinación con las fuerzas regulares del general José de San Martín.[2]
1.3 Labor por la causa libertadora
1.3.1 Contexto
Ocupada Lima por el Ejército Libertador comandado por el general José de San Martín y
proclamada la independencia del Perú en 1821, los realistas, al mando del virrey José de la Serna,
se replegaron a la sierra, mientras que la mayoría de las ciudades de la costa se sumaban a la causa
patriota. También en la sierra central crecía la adhesión a la causa de la libertad, representada por
los montoneros. La Serna se estableció en el Cusco, en la sierra sur, que se convirtió en el
bastión de los realistas, cuyas fuerzas estaban mayormente formadas por indígenas reclutados a
la fuerza. Desde el Cusco, La Serna envió a sus fuerzas hacia la sierra central, para que
sometieran a los “insurgentes”, como denominaba a los patriotas. Estas fuerzas de represión
estaban comandadas por el general José Carratalá y el coronel Juan Loriga. Carratalá se encargó
de la represión en las actuales provincias de Parinacochas, Lucanas y Huamanga, labor que la
realizó de una manera despiadada. Pueblos enteros fueron incendiados y arrasa- dos, y sus
pobladores masacrados. Uno de esos pueblos fue Cangallo.
Carratalá estableció su cuartel en la ciudad de Huamanga. Uno de sus objetivos era enlazar con las
fuerzas realistas que combatían a las fuerzas patriotas en Ica (costa central), pero enterado de la
2. derrota de estos en la batalla de La Macacona (cerca de Ica), permaneció en Huamanga y
concentró todos sus esfuerzos en exterminar a las guerrillas de Quirós, en las que militaban el
esposo y los hijos de María Parado de Bellido.
1.3.2 Informante de los patriotas
Seguramente fue el ejemplo del esposo y sus hijos lo que impulsó a María Andrea a trabajar
también por la causa libertadora, desde la ciudad de Huamanga. Como ella no sabía escribir, le
dictaba a un amigo de confianza llamado Matías Madrid, las cartas que remitía a su marido con la
finalidad de informarles de los movimientos y los planes del enemigo; información que Mariano
comunicaba de inmediato al patriota Quirós. Así, por ejemplo, gracias a una de esas misivas, los
guerrilleros patriotas pudieron abandonar el pueblo de Quilcamachay, el 29 de marzo de
1822; al día siguiente el pueblo fue ocupado por los realistas, y allí se encontró la misiva,
olvidada por descuido en la chamarra de un guerrillero.
Este era el texto de dicha carta:
Huamanga, Marzo 26 de 1822
Idolatrado Mariano:
Mañana marcha la fuerza que de esta ciudad a tomar la que existe allí, y a otras
personas, que defienden la causa de la libertad. Avísale al Jefe de esa fuerza, señor
Quirós, y trata tu de huir inmediatamente a Huanca- velica, donde nuestras primas las
Negretes; porque si te sucediese una desgracia (que Dios no lo permita) sería un dolor
para tu familia, y en especial para tu esposa.
Andrea.
1.3.3 Apresamiento
Aunque la misiva descubierta solo estaba firmada con el segundo nombre de la heroína, los
realistas pronto identificaron quien era la remitente. Descubierta entonces, María fue apresada el
30 de marzo en Huamanga y sometida a intenso interrogatorio para que delatara a los patriotas
comprometidos. Carratalá no dudó incluso en aplicarle la tortura. Pero ella se negó rotundamente
a dar nombres y dio reiteradamente la misma respuesta: «¡Yo la escribí!» Finalmente, Carratalá
ordenó su fusilamiento.
1.3.4 Martirio
Custodiada por fuerzas de la guarnición realista, María fue llevada en procesión en torno a la
plaza huamanguina y en cada esquina un oficial leyó el bando de la sentencia dictada por
Carratalá, justificando su acción «para escarmiento y ejemplo de los posteriores por haberse
rebelado contra el rey y señor del Perú». Luego fue conducida a la pampa o plazuela del Arco
donde le esperaba el pelotón de fusilamiento. Después de ser amonestada por última vez, para
que revelara el secreto, prometiéndosele la vida, rechazó la proposición sin vacilar. Y resignada a
sufrir
el último suplicio, se arrodilló y esperó la muerte con la mirada dirigida al cielo. Al momento de
su martirio tenía más de 60 años.
Se cuenta que su cadáver fue sepultado de limosna por los frailes mercedarios en su templo, a
pocas cuadras del lugar de fusilamiento, mientras sus hijas quedaron abandonadas a su suerte y
hallaron refugio en una iglesia. Luego surgieron varias versiones confusas sobre su familia. Lo
único verificable es que Simón Bolívar estableció una pensión de gracia para las hijas
sobrevivientes de la heroína, pero no se sabe la suerte que corrieron su esposo y sus hijos que
participaron en las montoneras.
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