Ser realista sobre los desafíos y problemas del mundo puede desalentar a las personas de trabajar para mejorar las cosas, pero también es importante no ignorar la realidad o vender falsas esperanzas. En su lugar, los líderes deben reconocer tanto los desafíos como las oportunidades y motivar a las personas a creer que un futuro mejor es posible a través de acciones colectivas.