1. Corazón genuino
Escrito por Manny Montes
Han sido tantas las veces que me he
preguntado, ¿por qué a mí? ¿Por qué
entre tantos jóvenes de Puerto Rico
Dios puso su mirada en un jovencito
del callejón para llevarlo a las
naciones? ¿Saben qué? Eso sigue
siendo una interrogante que siempre
tendré. Aunque no ha venido Jesús personalmente a contestármelo, ni un ángel
volando del cielo, ya a través de varias personas que me han hablado he podido tener
una idea que quisiera compartir con ustedes. Todo está en la motivación de nuestros
corazones. ¿Qué es lo que realmente anhelamos dentro de nosotros? Porque tal vez
alguien pueda engañar al líder de su congregación, a sus padres o amigos, pero a Dios,
que conoce cada pensamiento, es imposible.
Conozco a tantos jóvenes con unos talentos increíbles, pero la motivación de sus
corazones no es la correcta. Piensan más bien en su beneficio personal, en el provecho
que le puedan sacar al potencial que Dios les ha dado y no en el beneficio del reino.
Hace años atrás, cuando apenas comenzaba mi ministerio, alguien me dijo estas
palabras sencillas que atesoré y han sido de bendición para mí durante todos estos
años: “Cuando tú te encargas de buscar el beneficio del reino, Dios se encargará de tu
beneficio”. No es otra cosa que lo que nos dice su Palabra en Mateo 6:33: “Buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas”. Este
es un versículo poderoso y si la mayoría de las personas lo pusieran en práctica,
definitivamente sus vidas no serían las mismas. Eso es lo que Dios quiere: que tus
fuerzas, tu enfoque y tus pensamientos estén puestos en trabajar para su Reino; que
tu corazón solo tenga ese deseo genuino de que su Reino sea conocido aquí en la
tierra. Entonces verás cómo Dios te bendecirá grandemente.
Cuando los jóvenes me preguntan cómo pueden llegar lejos y ser reconocidos, mi
respuesta siempre será la misma: que su motivación sea siempre que la gente sepa lo
que hizo Jesús en la cruz, que todos conozcan que hay una mejor vida en Cristo para
que el Reino se siga expandiendo.
- Tomado del libro Corazón Abierto·por Manny Montes.