La leyenda cuenta que un duende atacaba a los pobladores de un pueblo llamado San Antonio. Los ataques se hicieron más frecuentes y las personas comenzaron a alarmarse al darse cuenta de que el duende realmente existía. Posteriormente, dos personas se disfrazaron elegantemente para acercarse al duende sin ser atacados y pudieron matarlo usando cuchillos y un trébol de cuatro hojas, liberando así al pueblo de este ser.