5. Moisés, en respuesta al llamado de Dios, volvió a Egipto, a pedir que deje ir al pueblo de Dios para que le sirva en el desierto. El Faraón, rey de Egipto, no les dejó ir. Dios intervino, y Moisés salió con el pueblo camino al Mar Rojo. El Faraón y el ejército los persiguió. El pueblo quedó atrapado entre el Mar y el desierto.
6. Dios ordenó a Moisés: “que el pueblo marche y tu extiende tu vara”. Él abrió camino en el mar y ellos pasaron. Cuando el Faraón y su ejército quisieron cruzarlo, el agua regresó y no quedó ni uno de ellos. Así, con éste milagro, Dios salvó a Su pueblo.