El documento ofrece consejos sobre la urbanidad para sacerdotes y seminaristas en varias áreas como el vestuario, la organización, las relaciones con compañeros, superiores y la gente común, y en circunstancias como el comedor, el deporte, la vida pastoral y la acción litúrgica. El documento enfatiza la importancia de la relación consigo mismo y con los demás para mantener una apariencia y comportamiento urbano como representantes de la iglesia.