Psicopatología: charles manson y posible perfil MMPI 2
El caso de canibalismo que aterro al mundo
1.
2. RESEÑA
Muestras arqueológicas que datan de miles de años
atrás, han desembocado en la hipótesis de que el
canibalismo estuvo presente en diversas culturas de
Mesoamérica, Sudamérica y África como parte de
sus rituales religiosos.
Ya en el siglo XX, dicha práctica fue postulada
por Sigmund Freud, junto al incesto y el gusto por
matar, como un deseo que necesariamente debe ser
prohibido para poder vivir en sociedad, llegando a
nuestros días como un tabú. Por estas razones los
casos de antropofagia causan pavor y cierta
curiosidad- cada vez que salen a la luz.
3. Jeffrey Dahmer nació en Estados Unidos y se volvió tristemente célebre por
cometer, debajo de su aspecto sumiso, un combo de terribles crímenes como
asesinatos, necrofilia y canibalismo.
Ya de pequeño, Dahmer se divertía torturando pequeños animales, de los que
luego conservaba partes de sus cuerpos en formol. En la adolescencia comenzó
a tener problemas con las drogas y el alcohol. Éstos le impidieron emprender
exitosamente sus estudios universitarios y lo obligaron a dejar el ejército, al cual
se había unido en 1979. Entre una y otra incursión institucional, cometió su
primer homicidio sobre Steven Hicks, un autoestopista a quien levantó en una
ruta para llevarlo a su casa, mantener relaciones, matarlo, descuartizarlo y
esconder sus restos. Poco más de diez años después pasó diez meses en
prisión, pero por abuso de menores.
Ni sus visitas regulares a la iglesia, celibato y alejamiento del alcohol lograron
frenar su instinto asesino: en 1987, conoció a Steven Toumi, a quien invitó a
pasar la noche en un hotel. A la mañana siguiente, Toumi estaba muerto. El
periplo del carnicero continuó hasta 1991, año al que llegó con 12 nuevas
víctimas con su firma. Una de las particularidades más espeluznantes es que de
ellas ingería parte de su cuerpo, presumiendo que así algo de ellas se quedaba
con él.
La perdición de Dahmer fue Tracy Edwards, quien logró escapar a su
sometimiento y alertar a la policía. Los oficiales que llegaron a la casa del
acusado se encontraron con un deplorable panorama: sangre en las paredes y
una cabeza en el refrigerador del propietario.