1. CONCLUCION:
En el Perú la Revolución Industrial nace en 1850; se inicia con el alumbrado
público, las fábricas textiles, y continúa con la extracción minera, la construcción
de las centrales hidroeléctricas, los ingenios azucareros y la casa hacienda como
institución. Todo este patrimonio significa, además, la organización social y laboral
de las personas que han participado en este tipo de experiencias. En el caso de
Lima, la avenida Argentina fue diseñada para una ocupación industrial, lo mismo
que Ate Vitarte. Pero no sólo las fábricas, el movimiento obrero y la lucha por las
ocho horas en Vitarte son importantes, sino también las construcciones de
viviendas, los barrios obreros, temas a los que no hemos prestado la debida
atención.Si los peruanos miráramos hacia atrás, veríamos todo un proceso
tecnológico.
La crisis de 1929 fue un acontecimiento que marco la historia mundial ,ya que
afecto a todo el sistema económico-financiero .En el Perú esta crisis tuvo
consecuencias en nuestra economía ,afectando seriamente nuestras
exportaciones y generando una gran depresión entre la población del país que se
encontró desempleada y sin posibilidades de una mejor calidad de vida.
El Perú es un país minero: La Oroya, Santa Bárbara o Cobriza, en Huancavelica,
son centros importantes. Por ejemplo, La Oroya tiene un gran archivo histórico
documental. Hay que vincular su centro minero con el desarrollo del ferrocarril.
Como obra de ingeniería, el ferrocarril central, hecho en una geografía adversa
pues está a 4872 metros sobre el nivel del mar, es la mejor demostración de lo
que significa para el desarrollo económico el Patrimonio Industrial. Por otro lado,
tenemos las grandes haciendas azucareras; las industrias textiles, sobre todo en
el Cusco; el caso de Urcos, Lucre; o Marangani.
La Nueva Revolución Industrial, eje principal que nos servirá para explorar los
avances e implicaciones de la Fabricación Digital Personalizada a través de su
impacto en la industria, la educación, los negocios, el arte y la cultura. Esto es, un
mundo donde todos podremos acceder a las herramientas para crear productos o
bienes acorde con nuestras necesidades específicas, rompiendo moldes y
prácticas consideradas estándar, en pro de una auténtica democratización del
acceso a la tecnología.