1. Patrimonio
INDUSTRIAL EN MÉXICO
José Ricardo Gómez Magaña*
El patrimonio, en su acepción moderna, implica la apropiación colectiva,
en forma de legado o bien común, de un conjunto selecto de vestigios y
productos del pasado que pueden ser tanto materiales como ideales e intan-gibles,
1
tanto naturales como culturales.
Introducción
Hablar de patrimonio industrial pudiera pare-cer
una cosa sencilla, sin embargo, es un concep-to
que, a pesar de haber surgido hace poco más
de 50 años, sigue en construcción, debido prin-
* Docente de la Academia de Arte y Patrimonio Cultural de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Investigador,
especialista en Patrimonio Industrial. Miembro del Comité
Mexicano para la Conservación del Patrimonio Industrial.
1 Giménez, Gilberto, “Patrimonio e identidad frente a la globali-zación”,
Cuadernos del patrimonio cultural y turismo, pp. 178-182.
cipalmente a que esta vertiente del patrimonio
cultural está compuesta por muchos elementos,
tanto materiales como inmateriales, que son di-fíciles
de entender como parte de la cultura.
Básicamente, podríamos decir que el patri-monio
industrial se refiere a los restos de las
industrias en el mundo, lo cual, trae consigo
muchas implicaciones y hasta dudas respecto a
la importancia o la necesidad de preservar di-chos
restos, puesto que a la actividad industrial
siempre está relacionada con aspectos de con-taminación
y destrucción del medio ambiente y
daños a la salud de los trabajadores, entre otros.
educación
PATRIMONIAL
Un objetivo fundamental de la educación patrimonial es valorar
y difundir el patrimonio cultural en cualquiera de sus modalidades. Los estu-dios
sobre el patrimonio industrial son recientes –un área de trabajo apenas
explorada– por lo que es importante introducirnos en ellos para reconocer y
reconocernos en este patrimonio basado en lo que Werner Jaeger describe
en su Paideia como “la comunicación de conocimientos y habilidades profe-sionales,
cuyo conjunto, en la medida en que es transmisible, designaron los
griegos con la palabra techné”.
Imagen: Archivo fotográfico del Museo de la Casa de Moneda de México.
37
CORREO del MAESTRO núm. 211 diciembre 2013
2. Educación PATRIMONIAL
Sin embargo, la importancia histórica y cul-tural
del trabajo industrial va mucho más allá de
las connotaciones negativas que puedan llegar
a tener las industrias y sus fábricas. En el pre-sente
trabajo hablaré de lo que es el patrimonio
industrial y de sus antecedentes, enfocándome
en el caso de México, y sobre cuál es la impor-tancia
de preservar dichos restos industriales
como parte importante de nuestro patrimonio
cultural.
Antecedentes del patrimonio industrial
La conciencia acerca del patrimonio industrial
y la importancia de la herencia histórica que
encierran los restos de actividades relaciona-das
con la industrialización de los procesos
productivos surge en Ironbridge en Inglaterra,
en 1950, a raíz de los primeros trabajos de ar-queología
industrial en esa zona, en donde pos-teriormente,
en 1967, se conformaría el primer
museo histórico e industrial, el Ironbridge George
2
Museum.
Como tal, el concepto de patrimonio indus-trial
surge a mediados del siglo XX, cuando fue
usado por primera vez en una publicación ti-tulada
El historiador amateur
3
, en la que básica-mente
se habla de la herencia de la Revolución
Industrial en Inglaterra y de su importancia
histórica, planteando además la necesidad de
conservar, proteger y restaurar los restos indus-triales
como una fuente de información prima-ria
de la historia y como testimonio fiel del pa-sado
industrial. La etapa de la industrialización
de los procesos productivos conocida como Re-volución
Industrial comenzó a mediados del
siglo
XVIII en Inglaterra y se fue extendiendo,
poco a poco, al resto del mundo, primero en los
países cercanos a Gran Bretaña, como Francia
y Alemania, y después a muchos otros, inclu-yendo,
por supuesto, México. Este proceso ha
tenido grandes impactos a nivel económico, po-lítico,
social y cultural.
Básicamente, el proceso de industrialización
consistió en el uso de nuevos materiales de la
metalurgia, como el hierro, en la construcción de
herramientas, máquinas y estructuras de gran
tamaño y resistencia, lo cual trajo consigo el
incremento de los niveles de producción, la in-tensificación
del trabajo, el aumento en el comer-cio,
el aumento en la eficacia de los transportes,
la necesidad de mayor movilidad monetaria, el
2 Paralelamente a este museo, en 1978, se crea el Comité In-ternacional
para la Conservación del Patrimonio Industrial
(TICCIH por sus siglas en inglés) como una red mundial de
especialistas del patrimonio industrial que, a partir de los años
80, se convirtió en un organismo consultor del World Heritage
Committee de el Internacional Council for Monuments and Sites
(ICOMOS), de la UNESCO, una asociación encargada de la se-lección
de monumentos, sitios y paisajes de la industria y de
la industrialización para su inclusión en la Lista del Patrimonio
Mundial de la Humanidad.
3 Rix, Michael, “Industrial Archaeology”, The Amateur Historian,
Traducción de Litvak King, Jaime, Boletín núm. 2, p. 7.
www.ironbridge.org.uk
Imagen 1. Puente de Ironbridge, lugar donde se emplazó el pri-mer
museo histórico de la industria.
38
CORREO del MAESTRO núm. 211 diciembre 2013
3. Patrimonio INDUSTRIAL EN MÉXICO
desarrollo de nuevos sistemas de organización
laboral, entre muchos otros efectos, incluyendo
la acumulación de riqueza, con lo que se fueron
modificando las relaciones sociales, laborales,
comerciales y económicas.
Se puede decir que este proceso de indus-trialización
es el que abre la puerta al capitalis-mo
en su máxima expresión, que determina
cómo está conformado el mundo actualmente
desde el punto de vista económico, ya que por
muchos años, los países industrializados han
sido considerados países desarrollados y del pri-mer
mundo, mientras que los países no indus-trializados,
o con poca industria, se han consi-derado
en vías de desarrollo o del tercer mundo.
Este importante proceso histórico ha dejado
rastros, tanto materiales como inmateriales, de
su impacto y del desarrollo de una cultura in-dustrial
que no sólo tiene que ver con los edifi-cios,
las máquinas o los procesos de producción,
sino también con las formas de vida y las rela-ciones
humanas, así como con el conocimiento
especializado de diversos procesos industriales
que son muestra de las habilidades que puede
desarrollar el ser humano en su trabajo y en
el aspecto tecnológico, y que nos pueden ayu-dar
a entender a la sociedad del pasado y expli-car
algunas cosas sobre la sociedad del presente.
A estos rastros o evidencias se les conoce
como patrimonio industrial, el cual, de acuerdo
con la Carta de Nizhny Tagil (emitida en Rusia
en el año 2003 tras la reunión de The Internatio-nal
Committee for the Conservation of the Industrial
Heritage) se define así:
Este patrimonio está constituido por los restos de
la cultura industrial que poseen valor histórico,
tecnológico, social, arquitectónico o científico, ya
sean edificios o maquinaria, molinos y fábricas,
minas y sitios para procesar o refinar, almacenes
y depósitos, lugares donde se genera, se transmi-te
y se usa energía, los servicios funcionales en los
procesos sociales y productivos –como los medios
de transporte y toda su infraestructura– así como
los sitios donde se desarrollan las actividades so-ciales
relacionadas con la industria, la vivienda,
el culto religioso o la educación. Comprende, en
suma, los bienes generados en el desarrollo his-tórico
por las actividades productivas y extrac-tivas
del hombre, así como aquellas expresiones
relativas a la influencia de estas actividades en
la sociedad. Con independencia de su estado de
conservación, cobra especial importancia en su
carácter de vehículo de transmisión de formas de
ver y entender la vía: el patrimonio intangible.
Es, por tanto, el patrimonio industrial testimonio
de lo cotidiano y, sobremanera, memoria colecti-va
4
del trabajo y del lugar.
Patrimonio industrial en México
La industrialización de algunos procesos pro-ductivos
llega a México en las primeras déca-das
del siglo XIX, casi 100 años después de haber
surgido en Inglaterra, y es recibida por muchos
conflictos internos tras la guerra de Indepen-dencia;
sin embargo, también se puede decir
que encontró un campo idóneo para desarro-llarse,
puesto que el país estaba necesitado de
recursos y quería echar a andar la máquina del pro-greso,
y la industria prometía ayudar a alcanzar-lo
en poco tiempo.
La industrialización comienza a darse prin-cipalmente
en las zonas mineras del país, don-de
se implementa el uso de máquinas para la
extracción y transporte de diversos minerales
como el oro y la plata. Casi al mismo tiempo,
los ferrocarriles, que son una de las más impor-
4 Carta de Nizhny Tagil sobre el patrimonio industrial. Fragmen-to
extraído de: Álvarez Areces, Miguel Ángel, Arqueología in-dustrial.
El pasado por venir, pp. 112-113.
39
CORREO del MAESTRO núm. 211 diciembre 2013
4. Educación PATRIMONIAL
tantes representaciones de lo que fue la Revolu-ción
Industrial y son el símbolo por excelencia
del progreso, comienzan a establecer una red de
transporte al interior del país, con un gran im-pacto
en la conformación geográfica, económi-ca,
política, social y cultural, que incluso hoy en
día está presente en el país.
Es importante mencionar que durante estos
primeros años de industrialización en México,
es cuando también comienza a desarrollarse
el sistema bancario nacional, debido principal-mente
a los flujos de dinero necesarios para la
construcción de edificios en las minas y el trans-porte,
lo cual nos habla de la importancia que
ha tenido la industria en el país.
Actualmente, los restos de diversas activida-des
industriales en todo el país forman parte de
nuestro patrimonio industrial que es necesario
identificar, rescatar, conservar, proteger y di-fundir,
no sólo como evidencia histórica de un
pasado y un presente industriales, sino también
como una parte importante de la cultura mate-rial
del país; asimismo, esta evidencia nos pue-de
ayudar a entender muchos elementos cultu-rales
que están presentes en nuestros días y que
son derivados de las actividades relacionadas
con la industria.
Sin embargo, explicar a la gente el concep-to
de patrimonio industrial y la importancia
que tiene para la memoria histórica y cultural
de México no es sencillo, puesto que los restos
industriales son bienes muy difíciles de enten-der
como bienes culturales, tal como nos dice
Miguel Ángel Álvarez, presidente de Industria,
Cultura y Naturaleza en España:
Hablar de conservación, rehabilitación y valori-zación
del patrimonio industrial, versión actual
del término arqueología industrial, no es tarea
fácil, en primer lugar por el sentido del propio
concepto, no muy comprendido aún. Las ruinas
de Pompeya, las Pirámides o el Partenón, son
asumibles por el ciudadano como parte de la his-toria
universal; un castillete de una vieja mina de
carbón, una fábrica de hilados y textiles, una usi-na
o central hidroeléctrica, un puente de hierro,
una locomotora de vapor de un viejo tren, una
ferretería o un sistema hidráulico resultan más
difíciles de entender como elementos o bienes pa-trimoniales
5
de interés cultural.
De manera breve, y sin entrar en muchos de-talles,
podemos decir que en México la preocu-pación
e interés por la conservación y rescate
del patrimonio industrial del país surge en los
años 70 del siglo
XX, pero es hasta los prime-ros
años de la década de los 80 cuando se pudo
llevar a cabo el primer proyecto de “Conserva-ción
del Patrimonio Industrial en México”, en
una fábrica textil de Metepec, en el estado de
Puebla, que hoy en día sigue habilitada como
museo y centro cultural.
Después de este primer logro, durante la
década de los años 80 se siguió trabajando de
manera aislada y sin mucho éxito en la pues-ta
en valor de diversos sitios industriales, y fue
hasta el año de 1995 cuando se conformó uno
de los esfuerzos más importantes para alcan-zar
el reconocimiento de la importancia de los
bienes industriales como parte del patrimonio
cultural del país, al crearse el Comité Mexicano
para la Conservación del Patrimonio Industrial
(
6
CMCPI A.C.)
, a partir del esfuerzo de un grupo
de investigadores de diversas instituciones aca-démicas
interesados en la conservación de este
patrimonio y preocupados por la destrucción
de los sitios, debido principalmente al descono-
5 Álvarez Areces, Miguel Ángel, Arqueología industrial. El pasado
por venir, colección La herencia recuperada, p. 117.
6 El Comité Mexicano para la Conservación del Patrimonio Indus-trial,
A.C. fue fundado en 1995 durante el Primer Coloquio
Latinoamericano para la Conservación del Patrimonio Indus-trial,
celebrado en Cholula, Puebla, en 1995, y se constituyó
legalmente como Asociación Civil el 23 de Marzo de 1996.
40
CORREO del MAESTRO núm. 211 diciembre 2013
5. Patrimonio INDUSTRIAL EN MÉXICO
gunas instituciones educativas que han puesto
más atención a ciertos temas relacionados con
este patrimonio. Sin embargo, a pesar de que
han transcurrido ya poco más de 30 años de tra-bajo
en el tema en México y 20 años de la funda-ción
del
CMCPI, aún existe poco reconocimiento
a la importancia y al valor histórico y cultural
de los restos industriales.
Este desconocimiento ha propiciado la des-trucción
desmedida de lugares y objetos rela-cionados
con este patrimonio, por lo que es
necesario buscar nuevas formas de concienti-zación,
difusión y educación para que la gen-te
reconozca la importancia y el valor cultural
de estos bienes.
Muestra del patrimonio industrial en México
Como ya vimos anteriormente, el patrimonio
industrial es muy amplio y necesita de mucho
trabajo para su reconocimiento, por lo tanto,
para poder entenderlo mejor, es importante cla-sificarlo
de la siguiente forma:
cimiento de su importancia histórica y cultural.
Este Comité se conforma con los siguientes ob-jetivos:
a) Una permanente promoción del rescate y
conservación de zonas industriales.
b) La investigación arqueológica, histórica y so-cial
de los procesos industriales.
c) Creación de una red nacional de investiga-dores
e instituciones interesadas en el patri-monio
industrial.
Hasta la fecha, el
CMCPI ha trabajado de ma-nera
incesante durante casi 20 años en la inves-tigación,
rescate y sobre todo la protección de
sitios industriales, a través de publicaciones,
eventos, convenios con universidades, creación
de redes interinstitucionales y diversas activi-dades
enfocadas a la valoración del patrimonio
industrial mexicano.
En la década pasada, el trabajo del Comité se
vio reflejado en el trabajo y surgimiento de otras
organizaciones que tienen el propósito de poner
en valor el patrimonio industrial, así como el
fomento de un mayor interés por parte de al-
Fuente: elaborado por Ricardo Gómez.
Cuadro 1
PATRIMONIO
INDUSTRIAL
Tangible
(material)
Intangible
(inmaterial)
Directo Indirecto
Bienes
muebles
Bienes
inmuebles
41
CORREO del MAESTRO núm. 211 diciembre 2013
6. Educación PATRIMONIAL
Imagen 2. La Constancia Mexicana, ex fábrica textil, Puebla.
izquierdo está lo que era la fachada y parte del
puente que atravesaba el río; casi al centro tene-mos
la emblemática chimenea, también conoci-da
como “chacuaco”. Es de resaltar la pequeña
torre que se ve en el centro de la foto, ya que
la forma hexagonal en que está construida es di-fícil
de encontrar en otros edificios de México,
y por sus características tiene una clara función
defensiva en las instalaciones, a la usanza de los
viejos castillos medievales de Europa.
Otro ejemplo de inmueble industrial es la
mina “Dos Estrellas”, ubicada en Michoacán y
considerada como una de las minas de oro más
importantes en el país y en Latinoamérica, por
la cantidad de oro que se extrajo tan sólo entre
1899 y 1937. Allí se encuentra actualmente el
Museo Tecnológico Minero del Siglo
XIX, mismo
que resguarda una parte muy importante del
patrimonio industrial mexicano.
En las imágenes 3 y 4 se observa una pano-rámica
de los talleres de la mina, las chimeneas
de los hornos de fundición y la entrada a uno de
los talleres de máquinas que aún se conservan
en este lugar.
Foto: Ricardo Gómez, 2012.
De acuerdo con la clasificación mostrada en
el cuadro 1 tenemos, por un lado, el patrimo-nio
industrial tangible, que está compuesto por
los bienes industriales muebles y los bienes in-dustriales
inmuebles; y, por otro, el patrimonio
industrial intangible que, a su vez, se divide en
directo e indirecto. Para entender mejor esta
clasificación se ofrecen a continuación algunos
ejemplos.
Inmuebles industriales
Los bienes industriales inmuebles se refieren a
edificios, fábricas, haciendas, ingenios azuca-reros,
estaciones de tren, construcciones, como
chimeneas y puentes, viviendas obreras e inclu-so
capillas o centros religiosos vinculados con el
proceso productivo.
En la imagen 2, se observa un ejemplo de lo
que es el patrimonio industrial inmueble. La foto
es de la exfábrica textil “La Constancia Mexica-na”,
ubicada en la ciudad de Puebla, una de las
más importantes del estado del mismo nombre
y del país. En la imagen podemos apreciar una
pequeña parte de lo que era esta fábrica: del lado
42
CORREO del MAESTRO núm. 211 diciembre 2013
7. Patrimonio INDUSTRIAL EN MÉXICO
Muebles industriales
En lo que se refiere a los bienes industriales
muebles tenemos las máquinas, las herramien-tas,
el material y equipo de trabajo, el mobilia-rio,
los archivos, los documentos y los utensi-lios.
Como un ejemplo, podemos observar en
la imagen 5 unos anteojos y un letrero en made-ra
con la letra, hecha a mano y el papel original,
en el que se alcanza a leer lo siguiente:
Se previene a los obreros que trabajan en el esme-ril
que deben usar estos anteojos.
La casa no se hará responsable de los accidentes
que sufran los que desobedezcan esta disposi-ción.
Esa imagen fue tomada en el Museo Numis-mático
Nacional, que es un museo in-situ, ubi-cado
en pleno Centro Histórico de la Ciudad de
México, en el que se puede observar cómo era el
proceso de producción de monedas y medallas
de la Casa de Moneda de México desde media-dos
del siglo XIX hasta 1992, año en que cierra la
fábrica y se traslada parte del trabajo a la planta
moderna de Legaria, en el Distrito Federal, y la
mayor parte a la fábrica en San Luis Potosí.
El proceso de producción de monedas se
puede apreciar gracias a que se conservan en
funcionamiento, casi en su totalidad, las áreas
de producción, incluyendo las máquinas de acu-ñación
–bienes muebles–, de las cuales varias
datan del siglo XIX. En la imagen 6 tenemos otro
ejemplo de mueble industrial: una máquina uti-lizada
en la industria textil que se encuentra en
el área superior de producción de la exfábrica
textil de “La Constancia Mexicana”, ya citada,
en Puebla, y en donde está pendiente el proyec-to
de construir el Museo Textil. La máquina está
en claro deterioro y requiere de un trabajo de
restauración; es muy importante conservarla ya
que es la única que existe en el lugar.
Foto: Ricardo Gómez, 2010.
Imagen 4. Taller de máquinas en la mina
Las dos estrellas, Tlalpujahua, Michoacán.
Foto: Ricardo Gómez, 2010.
Imagen 3. Panorámica de los talleres en la mina de oro Las dos
estrellas, Tlalpujahua, Michoacán.
Foto: Ricardo Gómez, 2010.
Imagen 5. Anteojos para trabajar el esmeril. Museo Numismáti-co
Nacional.
43
CORREO del MAESTRO núm. 211 diciembre 2013
8. Educación PATRIMONIAL
En la imagen 7 se observa a Esteban Jiménez
Calyecac dando mantenimiento a una máquina
de acuñación del siglo XIX, de origen francés,
conocida popularmente como “la bailarina” por
el movimiento que hace cuando funciona. De
este tipo de máquina existen muy pocos ejem-plares
en todo el mundo. Ésta y otras máquinas
del siglo
XIX se encuentran todavía en funcio-namiento
en el Museo Numismático, gracias al
conocimiento de don Esteban, que les da mante-nimiento
todo los días y quien, por cierto, cum-plió
70 años de trabajo en la Casa de Moneda de
México, experiencia que lo ha dotado de un sa-ber
único e invaluable sobre el proceso de pro-ducción
numismática, e incluso se le ha llegado
a considerar “patrimonio industrial vivo”.
Intangible indirecto
Esta parte tiene que ver con las costumbres, las
tradiciones, los ritos, la forma de vida, la for-ma
de vestir, la alimentación, las creencias de
la gente alrededor de una fábrica o una indus-tria
en particular, cosas que van más allá de los
Patrimonio industrial intangible
La parte intangible del patrimonio industrial
manifiesta la relación del hombre con su trabajo
y con sus herramientas, ya sea de manera indi-vidual
o colectiva, pero también representa las
relaciones socio-culturales que surgen en torno
a la actividad industrial y que nos permiten con-textualizar
esa parte tangible del patrimonio, ya
que gracias al conocimiento y el saber de los tra-bajadores
podemos entender el funcionamiento
de las máquinas y los procesos de producción,
es por eso que este aspecto se divide en intangi-ble
directo y en intangible indirecto.
Intangible directo
Esta parte se refiere al conocimiento especiali-zado
y al saber relacionado directamente con la
industria y los procesos productivos, los mate-riales,
la técnica en el uso de las herramientas,
la manipulación de las máquinas, así como la
organización y la forma de relacionarse al inte-rior
de las fábricas, el vínculo de los obreros con
su trabajo y con sus compañeros.
Foto: Ricardo Gómez, 2010.
Imagen 6. Maquinaria textil de la exfábrica de la Constancia Mexicana, Puebla.
44
CORREO del MAESTRO núm. 211 diciembre 2013
9. Patrimonio INDUSTRIAL EN MÉXICO
Este aspecto intangible del patrimonio indus-trial
está relacionado de manera directa con los
trabajadores de un determinado proceso pro-ductivo
y corresponde a un espacio y un tiempo
específicos, que concluyen con el cierre de una
fábrica, una mina, una hacienda o una estación
de ferrocarril, pues con el paso del tiempo se
van implementando nuevas formas de produc-ción
y organización que desplazan las antiguas
máquinas, los antiguos procesos y, por ende,
también van desplazando las manos del ser hu-mano
que conoce y manipula esas máquinas.
Observaciones finales
En este trabajo sólo se ofrece una pequeña
muestra del patrimonio industrial de México
y destacamos la importancia que tiene su con-servación.
A lo largo y ancho de todo el territo-rio
nacional existen un sin número de lugares,
fábricas y restos de actividad industrial que es
procesos industriales en sí, e incluso de los pro-pios
trabajadores, alcanzando a sus familias y
amigos, y cuya evidencia la podemos encontrar
en las diversas regiones del país.
La imagen 8 es muy valiosa, ya que muestra
cómo el trabajo industrial traspasa las paredes
de la fábrica, para conformar un grupo social
sólido que convive fuera del lugar de trabajo e
involucra a las familias de los obreros en diver-sas
actividades de ocio y recreación. En la foto se
aprecia a un grupo de trabajadores que van con
sus familias de peregrinación con un estandarte
que dice: “Peregrinación de los trabajadores de
la Casa de Moneda, 26 de noviembre de 1960.”
Como este ejemplo, podemos encontrar otros
de convivencia fuera de las fábricas, como la
conformación de equipos de fútbol o béisbol que
juegan los fines de semana, las reuniones en las
cantinas o pulquerías y las fiestas familiares, en-tre
otras actividades que mantienen unidos a los
grupos de trabajadores industriales, dándoles
una identidad cultural propia y muy particular.
Foto: Ricardo Gómez, 2012.
Imagen 7. Don Esteban dando mantenimiento a la máquina de acuñación. Museo
Numismático Nacional.
45
CORREO del MAESTRO núm. 211 diciembre 2013
10. Educación PATRIMONIAL
importante conservar y proteger como parte de
nuestro patrimonio cultural.
Aún hace falta mucho trabajo en torno al res-cate
del patrimonio industrial; es necesario de-sarrollar
metodologías de investigación acordes
a los tiempos actuales y también formas de edu-
Foto: Archivo fotográfico del Museo de la Casa de Moneda de México, 1960.
Imagen 8. Peregrinación a la
antigua Villa de Guadalupe.
Fuentes consultadas:
ÁLVAREZ Areces, Miguel Ángel, Arqueología industrial.
El pasado por venir, colección La herencia recuperada,
Gijón, Asturias, España, CICEES, 2007.
COLL-HURTADO, Atlántida, María Teresa Sánchez-Salazar y
Josefina Morales, La minería en México: geografía, historia,
economía y medio ambiente, México, UNAM, Instituto de
Geografía, 2002.
GIMÉNEZ, Gilberto, “Patrimonio e identidad frente a la glo-balización”,
Revista Cuadernos del patrimonio cultural y
turismo, núm. 13, Artículo 16, México, CONACULTA, 2005,
pp. 178-182.
GÓMEZ Pérez, Jorge Ramón, Arqueología industrial y mu-seología,
Boletín núm. 8, año 4, diciembre de 2004, CMCPI,
A.C., p. 25.
MALPICA Uribe, Samuel Óscar y Andrés Sánchez Hernán-dez,
“La conservación del patrimonio industrial en Mé-xico”.
Resumen de la ponencia presentada en el VIII En-cuentro
cación patrimonial en torno a este tema que pro-voquen
que la gente se acerque a su patrimonio
industrial, que lo conozca, que lo valore y, sobre
todo, que lo entienda como un documento del
pasado que nos da información sobre nuestro
presente y nuestro futuro.
de la Sociedad Mexicana de Conservadores del
Patrimonio Cultural, A.C., octubre 13 al 17, Ciudad de
México, Boletín núm. 2, abril de 1998, CMCPI. A.C., p. 10.
RIX, Michael, “Industrial Archaeology”, The Amateur His-torian,
vol. 2, núm. 8, octubre-noviembre, 1955. Traduc-ción
de Jaime Litvak King, Boletín núm. 2, abril de 1998,
CMCPI, A.C., p. 7.
SÁNCHEZ Hernández, Andrés Armando, Teorías de la con-servación
y patrimonio industrial, Boletín núm. 8, año 4,
diciembre de 2004, CMCPI, A.C., p. 16.
Sitios web
www.ticcih.org
www.ironbridge.org.uk
www.conaculta.gob.mx
sites.google.com/site/cmcpiac1995/boletines
46
CORREO del MAESTRO núm. 211 diciembre 2013