Este documento es una carta de un padre a su hijo en la que le explica que mientras viva en su casa deberá obedecer las reglas establecidas y no cuestionarlas. El padre señala que su relación no es de igualdad ni amistad, sino que él es el padre y tiene la responsabilidad y autoridad que conlleva ese rol. Finalmente, le pide confianza asegurando que todas sus órdenes están motivadas por el amor hacia su hijo.
1. CARTA A MI HIJO
“Querido Hijo:
Mientras vivas en esta casa, obedecerás las reglas. Cuando tengas tu
casa. establecerás tus propias reglas. Aquí no gobierna la Democracia…
no hice campaña electoral para ser tu padre. Tú no votaste por mi.
Somos padre e hijo por la gracia de Dios y yo acepto respetuosamente
el privilegio y la responsabilidad aterradora. Al aceptar, adquiero la
obligación de desempeñar el papel de padre. No soy “tu cuate”;
nuestras edades son muy diferentes. Podemos compartir muchas cosas,
pero no somos compañeros. Soy tu padre y eso es cien veces más que
ser tu cuate. También soy tu amigo, pero estamos en niveles
completamente distintos. En esta casa, harás lo que yo diga y no
deberás cuestionarme porque todo lo que yo ordene estará motivado
por el amor.
Te resultará difícil comprenderlo hasta que tengas un hijo… Mientras
tanto, confía en mi.
Tu padre, ”