El documento describe las virtudes de San Martín de Porres a través de cuatro secciones. San Martín sirvió a los pobres y enfermos con prontitud y amor a Dios. Fue humilde y siempre puso las necesidades de los demás antes que las suyas. Practicó mucho la penitencia a través del ayuno y la abstinencia. Finalmente, tuvo una gran caridad para con todos y los sirvió y amó a todos por igual.
San Martín: Servicio, Humildad, Oración, Penitencia y Caridad
1.
2. -Servicio
San Martín no se cansó de atender a los pobres y enfermos y lo hacía prontamente. Demos un buen servicio a los que nos
rodean, en el momento que lo necesitan. Hagamos ese servicio por amor a Dios y viendo a Dios en las demás personas.
-Humildad
San Martín fue una persona que vivió esta virtud. Siempre se preocupó por los demás antes que por él mismo. Veía las
necesidades de los demás y no las propias. Se ponía en el último lugar.
A llevar una vida de oración profunda. La oración debe ser el cimiento de nuestra vida. Para poder servir a los demás y ser
humildes, necesitamos de la oración. Debemos tener una relación intima con Dios
-Penitencia
San Martín hacía mucha penitencia, ofreciendo sus sufrimientos por la salvación de los demás. Fue muy abstinente en su
comida. Y esta se reducía, los días que la Comunidad comía carne, a una escudilla de caldo y algunas verduras; y en los días
de pescado, a algunas legumbres. Y esto era muy moderado. Viéndolo, parecía cosa imposible sustentarse así un cuerpo
humano. Ayunaba todas las Cuaresmas a pan y agua desde el día Jueves Santo hasta el día de Pascua a mediodía.
-Caridad
Con los hombres Uno de los rasgos característicos de la vida de san Martín fue su gran caridad con todos. El padre
Fernando Aragonés, su compañero enfermero, afirma: Era tan grande su caridad que no hubo cosa imaginable que no la
ejecutase..., sirviendo en sangrar y curar a los enfermos, dando limosnas a españoles, indios y ******, porque a todos los
quería y amaba con singular amor y caridad.