El documento discute la decisión de la Iglesia Católica de vender Canal 13 a un grupo empresarial privado. Explica que la televisión está cambiando rápidamente con la llegada de la tecnología digital y la televisión paga. Además, las universidades ya no podían mantener financieramente los canales y Canal 13 había empezado a perder su rumbo original. La Iglesia tomó la decisión correcta de vender y el nuevo dueño enfrenta el desafío de ser fiel a la vocación original del canal y hacerlo competitivo nuevamente
1. La Segunda Digital / Editorial http://www.la2da.cl/modulos/catalogo/print_noticia...
Canal 13: Una
decisión acertada
El mercado de la televisión está cambiando
aceleradamente. Como muestra de los grandes
hitos están la pronta llegada de la tecnología
digital, que reemplazará a la analógica y
significará un cambio enorme en la industria; la
creciente penetración de la televisión de pago,
cuya cobertura aún es baja para nuestro nivel de
desarrollo, pero que debiera llegar a niveles
comparables a los de países equivalentes a Chile
en los próximos años, y, por último, el proceso de
venta de las concesiones universitarias a manos
privadas, que culmina con la enajenación del
canal de la Universidad Católica.
Se ha dicho mucho que, cuando llegó a Chile la
televisión, el Presidente Alessandri, con una
visión más bien escéptica de este medio de
comunicación y de los riesgos que su mal uso
podía acarrear a la sociedad, promovió que sólo
pudieran ser concesionarios de señales el
Estado y las universidades, pues estas
instituciones garantizaban que se usaría el
medio con responsabilidad y harían una
contribución al bien común, lo que, se sospechaba, no harían los particulares. Sin embargo, el paso de los
años, el crecimiento económico del país y los cambios tecnológicos, hicieron imposible seguir manteniendo
estos criterios restrictivos. Al contrario, las señales universitarias fueron perdiendo competitividad y
comenzaron a significar una carga económica imposible de sostener para las universidades de Chile,
primero, y Católica, después.
Quedan aún muchos cambios por venir. La llegada de la televisión digital terminará con la escasez de
espectro; la relación de los canales tradicionales y los operadores de cable no puede sino tender a cambiar
hacia una de mayor grado de integración y cooperación, como en el resto del mundo; la multiplicidad de
medios a través de los cuales los contenidos llegarán a las personas también significará una revolución en
la manera de desarrollarse el negocio en su sentido más propiamente comercial. Por todo esto, creo que el
ingreso de grupos empresariales importantes, que traen capacidad gerencial, respaldo financiero y visión
de largo plazo, es una buena noticia para nuestra industria televisiva. La gestión que ha hecho Bancard con
Chilevisión ha sido un ejemplo de que un canal de televisión puede ser una empresa rentable.
La decisión de la Iglesia Católica ha sido acertada. El 13 prestó un gran servicio al país durante distintos
períodos de nuestra historia: entregó cultura, entretención, información; fue un medio de comunicación
independiente, que simbolizó la defensa de la libertad de expresión en distintos momentos y con gobiernos
de distinto signo político, y, con todo, fue un instrumento en la labor de evangelización. Pero en la última
década el canal había empezado a perder sentido: la competencia lo llevó a incursionar en ámbitos difíciles
de comprender a la luz de los principios de su controlador, como los denominados reality . El canal quedó
más bien a medio camino entre lo que se debía esperar de una estación católica y lo que aparentemente
necesitaba hacer para luchar con su competencia. Por ahí perdió su norte y los números comenzaron a
convertirse en otro problema insoluble.
La Iglesia ha tomado la decisión correcta y el desafío de los nuevos controladores será ser fieles a la
vocación del canal, que se expresará, probablemente, en la posición que la Iglesia sostendrá como socio
minoritario; y al mismo tiempo lograr que canal 13 vuelva a ser un actor líder en una industria que cambia y
en la que el camino fácil parece el de una televisión que aporta poco a la sociedad. Pero la esperanza de
muchos chilenos, entre los que me cuento, es que Andrónico Luksic no habría asumido este desafío para
tomar el camino más fácil.
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2. La Segunda Digital / Editorial http://www.la2da.cl/modulos/catalogo/print_noticia...
La esperanza de muchos chilenos, entre los que me cuento, es que Andrónico Luksic no habría asumido
este desafío para tomar el camino más fácil”.
09/08/2010
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