9. Jesús quiere resaltar la profunda
humildad del discípulo.
Nos hace el llamado
a no confiar
tanto en nuestros
propios valores,
a no tener pretensiones,
y no poner por delante
nuestras cualidades
o preparación técnica
o espiritual.
10. Jesús quiere que no nos creamos
importantes e imprescindibles. porque
en el Reino de Dios, sobran los fariseos.
Hace falta gente humilde y
confiada, que sienta
su limitación
y, al mismo tiempo,
lo espere todo del Señor.
Gente que diga:
“Somos siervos inútiles;
hicimos lo que teníamos que hacer.”
11. Afirmemos que la fe-confianza
es, ante todo, un don, un regalo de Dios
y que ese don se lo debemos a él.
Nuestra vida es un regalo permanente
del amor de Dios.
13. Jesús nos da ejemplo
de sencillez y de entrega
plena al Padre en los momentos
más duros de su vida:
“Padre, si quieres,
aleja de mí
este cáliz
de amargura;
pero no se haga
mi voluntad,
sino la tuya.
(Lc 22, 42).
“Padre, en tus manos
encomiendo mi espíritu”
14. Padre Dios,
Tú soportas nuestra poca fe,
pero quieres que ella no se acabe...
¡Auméntanosla!
¡Te lo pedimos!
15. Hoy, tu Hijo
y Hermano nuestro,
Jesucristo,
nos advierte ,
como lo hizo un día
con sus apóstoles,
que si deseamos
algo de Ti,
tenemos que
confiar en tu amor
de Padre.