1. RELATO 29
Había una vez un niño al que todos sus amigos
admiraban porque se arriesgaba demasiado y siempre quería
sobresalir y ser más que el resto. Se trepaba a los árboles más
altos, aguantaba más sin respirar bajo el agua, saltaba desde
grandes alturas, etc.
Ocurrió que una tarde, mientras unos adultos
quemaban unos montones de ramas secas, cortadas de unos
árboles de mañío, se le ocurrió la idea de saltar sobre el fuego
existente.
Las ramas secas de mañío arden fácilmente y sus
llamas pueden alcanzar gran altura. Los demás niños sólo
atinaban a mirar y los adultos no lograron convencerlo de no
hacerlo, con tal mala suerte, que se quemó la cara, el pelo,
pestañas y cejas en una gran proporción, por lo cual debió ser
trasladado al hospital. Allí permaneció varios días hasta
recuperarse. Salió con algunas cicatrices y muy raro: sin pelo,
pestañas, ni cejas. La mayoría se reía al verlo, pero algunos le
tenían lástima…
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2. RESPONDER:
-¿Por qué sus amigos admiraban al niño del relato?
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-¿Qué cosas arriesgadas hacía?
-¿Qué se le ocurrió hacer una tarde?
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-¿Qué accidente le pasó con el fuego?
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-¿Por qué al salir del hospital se veía raro?
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-¿Qué hacía la gente al verlo?
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