1. Ni un muerto más de mis yo
Celebro la moratoria de pagos a mis acreedores, no más una preocupación por una célula, no más
un neurona por un miedo, celebro mis muertos como la unidad que soy con sus bajas constantes y
sus menos nacimientos, en la batalla del ayer contra el mañana, lucen tiradas en el presente las
ganas. La infamia del temor armoniza con los desazones y las alegrías no parecen existentes, me
pierdo en la avalancha de los angustiados, y en el horizonte del andén espero llegar al tren,
repleto el vagón de apagados rostros, cuerpos pesados de angustias que expelen somníferas
sustancias, me son regaladas muecas que asesinan el ánimo, no me quejo de la educación que
recibí ni de las deudas que adquirí. Me levantó de la golpiza de los intereses paganos. Soy una
quimera como mexicano, porque mi voz nunca se escucha porque mi palabra nunca es leída.