1. La vida tiene sentido…
Encontrar sentido a la vida
es una aventura
2. Esta tarea es individual, le toca a cada uno
encontrar el sentido que le permitirá
aprovechar al máximo la travesía por este
mundo. A cada ser humano le corresponde
hallar sus propias respuestas
3. Encontrarle sentido (nuestro sentido) a la vida es una aventura fascinante.
Significa creer realmente que nos hemos manifestado y continuamos
haciéndolo por un propósito elevado, un propósito que sólo nosotros
podemos vislumbrar y lograr.
A cada ser humano le corresponde hallar sus propias respuestas. Para ello,
antes es indispensable plantearse preguntas.
Para quien nunca se las ha hecho, puede parecer cosa complicada, ajena y sólo
destinada a grandes filósofos. Sin embargo, hasta los grandes filósofos saben
que ésta es una tarea personal.
4. ¿De qué se trata la vida?
¿Qué vine a hacer aquí?
“Conócete a ti mismo”
¿Cuál es el sentido de mi vida?
5. Esto es fundamental para lograr una vida satisfactoria, no tenerlo provoca
sentimientos de soledad e incertidumbre, como si se viviera una vida
falsa, continuamente en la búsqueda de algo y no saber qué es. Es un hecho
innegable que muchas personas que habitan este planeta no saben por qué
están vivas y terminan encontrándose en situaciones no deseadas y aún
viviendo en las mejores condiciones se sienten infelices. Estas personas no
saben por qué están vivas y ni siquiera piensan en ello. Una vida sin sentido
se hace poco llevadera al pasar el tiempo.
6. El sentido de la vida tiene que ver con asumir la
responsabilidad de nuestra vida y lo que ocurre en
ella, con convertirnos en creadores de nuestra vida en
lugar de ser simples observadores pasivos, y que nos
encontramos aquí para un propósito único, que sólo
nosotros podemos realizar.
7. Independientemente del punto de partida, la creación de un plan
de vida es esencial. Cada uno de nosotros necesita encontrarle
sentido a su vida, saber por qué estamos aquí. Una vez establecido
este plan, nuestras actividades y proyectos emergen de y son
coherentes con él. De esta manera nuestras acciones adquieren
sentido y tomamos consciencia de nuestra capacidad de crear
nuestra realidad a voluntad.
8. Pocas veces uno se pregunta ¿Cuál es el sentido de mi
vida?, sin embargo, es una pregunta que de muy diversas
formas se presenta a lo largo de nuestra vida. Creo que
lamentablemente esta sociedad en la que vivimos no nos
educa ni orienta para descubrir y fortalecer nuestro sentido
de vida, así como no lo hace con la vocación que tan ligada
está a este tema.
9. El sentido de vida, en una definición muy simple,
podría decirse que es la estrella que nos guía en
el camino de la vida, que nos permite darle una
dirección, “un norte”, para orientar nuestra
acción, aún cuando los accidentes nos desvíen de
ese camino.
10. Una vez comprendido esto, dedicarnos a encontrar ese
propósito es la elección natural. El camino podría tener
altos y bajos, tal vez tengamos que admitir que la causa de
nuestra situación actual es haber elegido un substituto
barato (algún falso sentido) y haberlo colocado como
nuestra principal meta, o deshacer un camino andado para
retomar el propio, pero al final las recompensas superan
con creces toda la dedicación invertida.
11. Encontrarle sentido a la vida es abordar el proceso de crear y
cultivar aquello que deseamos que suceda en nuestra propia
experiencia. La reflexión y la acción pueden ayudarnos a acortar la
brecha que existe entre la manera en que estamos viviendo y cómo
queremos vivir. Se trata de un proceso que, a medida que se
vaya afirmando, posibilitará logros mayores. En cada paso es
importante ver qué cambios se encuentran dentro de nuestras
posibilidades, y darles forma. Esto evitará frustraciones
paralizantes y permitirá concretar avances que irán abriendo
nuevos horizontes, tanto en el plano interno como en lo externo.
12. La idea de “sentido” se refiere a aquello que activa e intensifica la
experiencia de vivir, a ese entramado de valores, ideales y deseos que
orientan el rumbo de nuestra existencia y organizan la manera en que
sentimos, actuamos, nos vinculamos con los otros y con las cosas. El
sentido está en la base de la manera en que vivimos: la funda pero no
se ve si no nos preguntamos reflexivamente por él; son los cimientos
que sostienen y dan forma a la existencia, pero en tanto cimientos no
son visibles sin cierta “excavación”.
13. Es sólo cuando todas las actividades que realizamos
encajan en nuestro plan de vida que podemos obrar
coherentemente, y crear un sentido amplio que nos
permita manifestar lo que realmente somos.
14. En caso de no tener un plan de vida, nuestras actividades
diarias podrían convertirse en ese plan, y así hacernos
vivir la ilusión de que le dan sentido a nuestra vida
cuando la realidad es otra, no le brindan más que un
sentido fraccionado. Tal vez ocupen nuestros
pensamientos y acciones, pero no pueden brindar total
satisfacción.
15. en nuestra propia vida, aparecen sentidos que podríamos llamar, más o menos,
provisionales. ¿Por qué provisionales? porque muchas veces tomamos un objetivo y
lo elevamos a “sentido de vida”, y tanto por lograrlo, como por no lograrlo, nos
exponemos a caer luego en un vacío de sentido o vacío existencial. El famoso “listo,
ya lo tengo, ¿y ahora qué?”. Esos objetivos vitales convertidos en sentidos de vida
son lo que podríamos llamar “sentidos provisionales”. No son malos de por sí, pero
hay que saber que están expuestos al accidente, y que cualquier cosa que nos lo
impida, o sea cual fuere la razón por la cual los perdamos, nos va a dejar en
situación de vacío y de sufrimiento, incluso al alcanzarlos.
16. Por lo tanto un sentido de vida no provisional es un sentido tan
elevado que puede guiarnos sea cual fuera nuestra situación en la
vida. Por eso es que una estrella es una alegoría ideal, porque no
importa lo que nos pueda pasar, o cuantas nubes nos impidan verla
temporalmente, pero siempre está ahí y siempre puede volver a
guiarnos.
17. ¿Cuál podría ser un sentido no provisional? por dar algún ejemplo “Amar la
realidad que construyes”, o bien “Superar el dolor y el sufrimiento”. o bien
“Humanizar el mundo”. Visto así uno podría querer ser científico y generar un
aporte en medicina, y estarías dentro del “Superar el dolor”, o podrías querer
ayudar a los demás de muy diversas maneras y estarías dentro del “Humanizar
el mundo”, o sea, son deseos tan sintetizados y elevados que permiten guiarte
siendo coherente con lo que piensas y sientes.
18. El empresario alemán
Frieder Burda dijo de
sí mismo: "Me compré
un barco grande para
andar por los mares.
Pero, ¡qué monotonía!
No pasé un sólo día
feliz en ese barco.
Solamente es gastar
dinero, ¡algo sin
sentido, sin sustancia,
sin ninguna meta! Eso
no le da sentido a la
vida. Es aburrimiento
en su forma más
pura."
19. Bob Dylan canta en su canción
"Masters of war" ("Maestros de
guerra"): "Cuando la muerte te
alcanza, de repente te das
cuenta: Todo el dinero que
tengo no tiene sentido alguno,
si ahora me pierdo."
20. León Tolstoi, a los dieciocho años, había abandonado
los estudios y se había apartado de la fe tradicional.
Durante unos cuatro años se lanzó a la vida social en
Moscú, otros cuatro años los pasó en el ejército, y
alrededor de dos años más los usó para viajar por
Europa. Pero después de la muerte de su hermano,
repentinamente comenzó a plantearse la pregunta por
el sentido de la vida: "¿Será que mi vida tiene algún
sentido más allá de la muerte, la cual me espera
inevitablemente?"
Si bien Tolstoi trató de deshacerse de esta
pregunta, no le fue posible. Él era el escritor más
popular de Rusia; se había convertido en guía, en
maestro; y aun así tenía que admitir que no tenía un
mensaje, ni luz, ni explicación para los misterios de la
existencia. Se encontraba en la cumbre de la vida y
tenía todo lo que podía desear, pero no era feliz.
"Yo recordaba el honor que me habían dado mis libros
y me decía a mí mismo: Y bien, eres más famoso que
Mogol, Pushkin, Shakespeare, Moliere y todos los
demás, ¿pero ahora qué?’"
21. Un buen proyecto vital y una vida bien planteada
son aquellos que se articulan desde convicciones
que conforman la conducta a largo plazo, con
vistas al fin que se pretende, y que orientan la
dirección de la vida, dándole sentido.
La vida es una tarea: ¿quién me la ha
encomendado? ¿qué se espera de mí? ¿con qué
ayuda contaré? ¿a quién entregaré cuentas?
Descubrir el sentido de la vida es alcanzar a ver a
dónde lleva, tener una percepción de su
orientación general y de su destino final.
La vida tiene sentido cuando tenemos una tarea
qué cumplir en ella. Eso es lo que introduce
estabilidad, ilusión y, por tanto, una cierta
felicidad cada día que comienza.
22. La pregunta por el sentido de la vida surge cuando
se ha perdido el sentido de orientación en el uso
de la propia libertad; si no se sabe dónde se va y
para qué, cuando no se tiene una idea clara de a
dónde conducen las tareas que la vida nos
impone.
Responder de una manera convincente a la
pregunta por el sentido de la vida exige tener una
tarea que nos ilusione y enfrentarse con las
verdades grandes:¿para qué estoy aquí? ¿por qué
existo? ¿qué debo hacer?
23. El pequeño pez
Usted perdone – le dijo un pez a otro – es usted
más viejo y con más experiencia que yo y
probablemente podrá usted ayudarme.
Dígame: ¿dónde puedo encontrar eso que llaman
Océano? He estado buscándolo por todas partes,
sin resultado.
El Océano – respondió el viejo pez – es donde
está ahora mismo.
¿Esto? Pero si esto no es más que agua…
Lo que yo busco es el Océano, replicó el joven
pez, totalmente decepcionado, mientras se
marchaba nadando a buscar en otra parte.
24. ¿DÓNDE ESTÁ LA FELICIDAD? ¿DÓNDE ESTÁ EL
SENTIDO DE LA VIDA? ¿CÓMO ME PUEDO REALIZAR?
25. Buscamos las respuestas equivocadamente en lo material, en
el trabajo, en los estudios, en los amigos, en la familia, en la
pareja, en los deportes, en el sexo, en el alcohol, en las drogas,
en el dinero, en lo que nos da placer, en aquello que tenemos,
en aquello que deseamos tener, en las cosas externas… Sin
éxito.
26. Cuando miramos hacia dentro y conectamos con nosotros
mismos, cuando nos atrevemos a rechazar lo que no nos
hace sentir bien (confiando en nuestro corazón y nuestra
intuición), cuando empezamos a fluir con la vida sin miedo a
lo desconocido, cuando encontramos el placer en dar,
compartir y ayudar a otras personas (tú felicidad es mi
felicidad), cuando sembramos pequeños cambios positivos y
deseos cada día, cuando hemos dejado de buscar
encontraremos la felicidad y el sentido de la vida.
27. La felicidad siempre está contigo, pero debes aprender a
verla. La buscas lejos y afuera, cuando en realidad está muy
cerca y dentro de ti. Crees que se trata de cosas
complicadas y difíciles de alcanzar, cuando en realidad trata
de cosas sencillas al alcance de todos.