En Rumania, la Navidad comienza con la iluminación de los abetos en ciudades como Budapest. Las casas se decoran con bolas de Navidad, flores y cintas de colores, y siempre incluyen un árbol de Navidad. Una de las tradiciones más importantes es que los niños visitan casa por casa cantando villancicos y recitando poesía, guiados por un niño que lleva una gran estrella decorada. La noche antes de Navidad, los niños visitan todas las casas deseando buena suerte para el próximo año.