2. Pídeme perdón.
• Recordáis cuando erais pequeños y mordíais a
otros niños en el recreo? El maestro decía
"pídele perdón". Y lo decíamos, pero no lo
pensábamos, porque al mocoso al que le
habíamos mordido, se lo merecía. Pero
cuando creces, disculparse no es tan fácil.
Cuando acaban los días de recreo, hay que
decirlo en serio.
3.
4. Obligación corrompida.
• Nuestra vida comienza con obligaciones; nos
obligan a acabarnos el bocadillo, prometemos
lealtad a la bandera, juramos devolver los libros
de la biblioteca.. Pero conforme cumplimos
años, hacemos votos y nos cargan con
compromisos; no hacer daño, decir la verdad y
nada más que la verdad, amarnos hasta que la
muerte nos separe... Las promesas se van
amontonando, hasta que le debemos a todos
tantas cosas, que de pronto pensamos; "¿pero
qué coño?".
5.
6. No siempre está en
nuestras manos.
• La vida está llena de dilemas; si o no. Bien o
mal. Dentro, o fuera. Y luego están los
dilemas que de verdad importan; amar u
odiar. Ser un heroe, o un cobarde. Luchar o
rendirse... luchar o morir. Vivir o morir, es la
elección que importa. Y no siempre está en
nuestras manos.
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8. Al menos… crecemos.
• Todos queremos crecer, estamos deseándolo.
Aprovechar las oportunidades que nos
brinden, vivir. Pero estamos tan ocupados
intentando salir del nido, que no pensamos que
hará frío fuera. Un río glaciar. A veces, no nos
queda otra que madurar, y a veces
madurar, significa dejar a gente atrás. Y
cuando por fin conseguimos mantenernos en
pie... estamos solos.
9.
10. Debajo de la cama.
• Cuando era pequeña, tenía miedo porque pensaba que
había monstruos debajo de la cama. Cuando
creces, esos monstruos son diferentes; la
inseguridad, la soledad y el arrepentimiento. Y aunque
seas mayor y más serio, sigues teniéndole miedo a la
oscuridad. Dormir es lo más fácil del mundo, solo hay
que cerrar los ojos... Pero para muchos de nosotros, el
sueño parece fuera de nuestro alcance. Queremos
dormir, pero no sabemos como hacerlo. Nos
enfrentamos a nuestros demonios, a nuestros
miedos, y buscamos ayuda en los demás, la noche no
da tanto miedo, porque nos damos cuenta de que no
estamos solos... en la oscuridad...
11.
12. Pide un deseo.
• Todos podemos pedir un deseo al año al soplar las
velas en nuestro cumpleaños, pero algunos pedimos
más; con las pestañas, en las fuentes, al ver a una
estrella fugaz y de vez en cuando, algunos se cumplen.
¿Y qué pasa entonces? ¿Es tan bueno como
esperábamos? ¿Disfrutamos de nuestra felicidad, o
nos damos cuenta de que tenemos una larga lista de
deseos esperando a ser deseados? No deseamos lo
fácil, deseamos cosas ambiciosas y fuera de nuestro
alcance. Deseamos cosas porque necesitamos
ayuda, tenemos miedo, y sabemos que quizás
pedimos demasiado. Pero seguimos teniendo deseos
porque a veces, se hacen realidad.
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14. Morir no es fácil.
• Morir no es fácil, ya que el cuerpo esta diseñado para
estar vivo; cráneos recios, corazones fuertes, sentidos
agudos, cuando el cuerpo empieza a fallar, entra en
juego la medicina. Vivir es más fácil que morir; hasta
que deja de serlo. Pero aunque dejar morir a una
persona se lo correcto, no estados hechos para
eso, somos arrogantes y competitivos. No nos gusta
perder. Y la muerte, es como perder. Aún cuando
sabemos que no lo es sabemos que ha llegado la hora
y que está bien. Sabemos que hemos hecho cuanto
podíamos, es difícil deshacerse de la sensación de que
pudiste hacer más.
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16. La muerte.
• Una de las pocas cosas que puedes dar por ciertas
en la vida, es la muerte. Pero si eres como yo, te
arrebatan hasta ese consuelo. Engañan a la
muerte, la posponen, y la niegan. Nos
enfrentamos a ella y hacemos un corte de mangas.
Enterramos las cosas, para desenterrarlas otra vez.
Así que si la muerte no es el final, que puedes dar
por hecho? No puedes dar nada por hecho. La
vida es lo más fácil, inestable, y predecible que
existe. Solo hay una cosa en la vida de la que
podemos estar seguros; que no acaba... hasta que
se acaba.
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18. Al ritmo de tu corazón.
• Cualquier persona sabe que un pulso acelerado
es síntoma de problemas. Un pulso acelerado
puede indicar cualquier cosa; desde un ataque de
ansiedad, hasta algo más... mucho más grave. Es
síntoma de una aflicción secreta? O... puede
indicar romanticismo, el mayor de los
problemas. Parece que no controlamos nuestros
propios corazones. Las cosas pueden cambiar sin
avisar, el romanticismo puede hacer que un
corazón se salga del pecho, como cuando
tenemos pánico, que puede pararlo de pronto