SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 31
ALEJANDRO E INÉS:
UNA APUESTA POR EL EVANGELIO
Nos presentamos:
      Yo me llamo
Alejandro Labaka,
     soy español,
   del País Vasco.
Y yo soy
Inés Arango,
 colombiana
Queremos decirles no solamente quiénes fuimos,
 sino cuáles fueron nuestros grandes amores, o
     nuestro único amor: el pueblo waorani.
Quizá sus padres se acuerden algo de
  un mes de julio del año 1987. En el
 Informe Semanal de la tele dieron un
espacio sobre nosotros dos: habíamos
muerto violentamente en las selvas del
Amazonas ecuatoriano a manos de los
Tagaeri, una pequeña tribu amazónica
de las llamadas “no contactadas” que
viven en las profundidades de la selva.
Pero, tal vez, lo más valioso no fue
 nuestra muerte, sino nuestra vida.
Nosotros hicimos una apuesta por el
 Evangelio y te la queremos contar.
Nacimos en años diferentes. Nos llevamos
 casi 20 años de diferencia. Yo, Alejandro,
nací en 1920, e Inés, en 1940. Pero, a pesar
de la diferencia de edad nos unió la misma
      pasión: los pueblos de la selva.
Esto no nació sin más. Yo,
Alejandro, tuve un “primer
amor”: China. A mí me atraía
el mundo y sus fronteras
inabarcables. Estuve seis
años en China. Pase mucha
hambre pero aprendí mucha
humanidad y llegué a hablar
chino con cierta soltura.
Aquellos viajes eran para
nosotros como ir a la luna.
Íbamos para no volver.
Yo, Inés, no tuve tanta
   suerte: de mi Medellín
natal pasé, con los años,
a las selvas del Ecuador.
       Hacía falta alma de
      aventurero porque,
    como luego diríamos,
         ¿qué le queda al
 Evangelio si le quitas la
     aventura? ¿Y qué le
         queda a la vida?
Fuimos dando tumbos por la vida. Pero,
cuando llegamos a la selva ecuatoriana, algo
 se nos metió en el fondo del alma, algo que
ya no saldría de ahí nunca más: llegamos a la
 conclusión de que la selva era nuestra casa.
A veces, cuando volvíamos de nuestras
correrías cantábamos unas letrillas que decían:
     “La selva es tu mansión, el sol tu faz.
    Te oigo venir, Señor, la lluvia al sonar”.
  Cuando nos caía una manta de agua sobre
  nuestras cabezas creíamos que caía sobre
        nosotros “la bendición de Dios”.
No éramos unos ingenuos: es que habíamos
encontrado nuestro lugar en el mundo. Una
   suerte, como lo reconocen muchos de
 ustedes que lo buscan con similar ahínco.
Habíamos comenzado a intuir que íbamos a
           ganar nuestra apuesta.
Tuvimos nuestra “conversión”,
 sobre todo yo, Alejandro. Fui al
Concilio Vaticano II. Fue un gran
 acontecimiento en la Iglesia, un
poco lejano en el tiempo. Ya hay
 mucha gente que no se acuerda
   de no era bautizar o hacer
  cristianos, sino descubrir las
“semillas del Verbo”. Se lo dije al
  Papa de entonces, se llamaba
 Pablo VI y me dio su bendición,
aunque puso más énfasis en que
     tuviera mucho cuidado.
Llegamos a una
   conclusión clara:
 contra viento y marea
nos dedicaríamos a los
   “aucas”, temibles
 indígenas de la selva
 que habían matado a
varios blancos. “Auca”
quiere decir “caníbal”.
Posteriormente, cuando los conocimos,
los llamaríamos “waoranis” que significa
 “humanos”. ¿Cómo podremos apostar
      por los que son distintos si no
      desvelamos su rostro humano?
Así nos dimos cuenta de que nuestra “gran obra
 de misión” era, sencillamente, vivir en medio de
ellos y como ellos. Yo fui el más arriesgado quizá
    porque Inés tuvo más dificultades con sus
superioras; me fui a vivir con ellos a temporadas.
Una familia waorani me adoptó: mi madre se
 llamaba Pahua, mi padre Inicua, mi hermano
Araba. Me acogieron como a un hijo. Conseguí,
  con mucha paciencia, entender y hablar su
   lengua. Y llegué, sobre todo, a quererles.
Cuando andaba desnudo entre ellos, me
 sentía protegido. Mis hermanos no entendían
   muy bien aquel género de vida. Los dos
   moriríamos, luego, desnudos cuando nos
  mataron los Tagaeri. Allí aprendimos que si
uno quiere apostar por el Evangelio y no se va
despojando de él mismo para hacerse uno con
         los otros, lo tiene muy difícil.
Nosotros no sabíamos mucha teología. Pero los
     dos habíamos llegado al mejor de los
  conocimientos: entendimos bien aquello del
Evangelio “Tuve hambre y me disteis de comer...”
  Y nos dedicamos a hacer vida esas palabras.
Por eso, aunque nos
            calificaran de
  aventureros, la nuestra
  fue una aventura por el
 Evangelio. O si quieren:
      por aquel Jesús del
         Evangelio al que
amábamos en los rostros
 y vidas de los waoranis.
No llegábamos a
  distinguir la mirada de
   Jesús de la mirada de
 aquellos ojos hermosos
  y oscuros de nuestros
     hermanos waoranis.
   Eran los mismos ojos.
Por eso fue fácil hacer la
         apuesta, porque
     mirábamos con otra
  mirada, la del amor y la
   de la simple igualdad.
Os podemos asegurar que la nuestra fue
      una apuesta ganada. No porque
  sacáramos ninguna clase de beneficios
   materiales, sino porque la vida se nos
llenó de sentido, de luz y, en definitiva, de
amor. Es verdad que pasamos días duros.
  Las condiciones de vida eran extremas.
Pero os podemos decir que el amor de los
  waoranis nos reconfortó y nos sostuvo.
Vimos en ellos algo hermoso: la enorme
    capacidad que Dios ha sembrado en las
criaturas para que lleguemos a ser hermanos y
  hermanas. Entendimos muy bien aquello del
    Evangelio: el que pierde gana. Nosotros
   perdimos algo, comodidad, buen nombre y
 luego la vida, pero ganamos amor a raudales.
         Sí, ganamos nuestra apuesta.
Quizá fuera un error que, al final, nos
 atreviéramos a acercarnos a otro grupo
   “no contactado”, los Tagaeri. Era un
  grupo amenazado. Las petroleras los
tenían en el punto de mira de sus fusiles.
Fuimos a ellos
porque pensábamos
que podríamos hacer
obra de mediación
de paz. La cosa no
resultó y morimos a
sus manos. No
entendieron que
estaban asesinando
a quien más los
defendía. Pero de
hecho, los Tagaeri,
fueron preservados.
Hoy es el día que, 25 años después, se
supone que siguen viviendo en el interior
de la selva. Aunque el precio fue grande,
    también esta apuesta fue ganada.
Si les contamos esto no es para que nos
tengan por héroes. No lo somos. Nosotros
 hemos sido, como dice uno de vuestros
  escritores de hoy, Javier Cercas, cuáles
    son los héroes de verdad, no los de
  película: gentes que tienen coraje y que
 huelen el bien y por eso apuntan al bien.
Nosotros olimos
el bien en los
waoranis. Y, sí,
allí estaba el bien.
Por eso ganamos
nuestra apuesta
aunque
perdiéramos
nuestra vida.
Olfatea el bien, apuesta por él
     y acertarás de lleno.
Alejandro Labaka: Amar hasta dar la vida.

Más contenido relacionado

Destacado

Plan estrategico panaderia cisdepi
Plan estrategico panaderia cisdepiPlan estrategico panaderia cisdepi
Plan estrategico panaderia cisdepi
Zusan Tqm
 
Persona grande
Persona grandePersona grande
Persona grande
WGC20
 
Sarah Just Saved My Life
Sarah Just Saved My LifeSarah Just Saved My Life
Sarah Just Saved My Life
sarahpollack
 
La diferencia que hace la diferencia entre los países ricos y pobres
La diferencia que hace la diferencia entre los países ricos y pobresLa diferencia que hace la diferencia entre los países ricos y pobres
La diferencia que hace la diferencia entre los países ricos y pobres
ritamedinar11
 
Presentación1
Presentación1Presentación1
Presentación1
molina2
 
Los duendes[1]
Los duendes[1]Los duendes[1]
Los duendes[1]
titi3
 
Documento de República Dominicana 12 Al 28 De Octubre De 1992
Documento de  República  Dominicana   12 Al 28 De  Octubre De 1992Documento de  República  Dominicana   12 Al 28 De  Octubre De 1992
Documento de República Dominicana 12 Al 28 De Octubre De 1992
Melanie García Sosa
 

Destacado (20)

Plan estrategico panaderia cisdepi
Plan estrategico panaderia cisdepiPlan estrategico panaderia cisdepi
Plan estrategico panaderia cisdepi
 
Software para sistemas de gestión de responsabilidad social AENOR RS 10
Software para sistemas de gestión de responsabilidad social AENOR RS 10Software para sistemas de gestión de responsabilidad social AENOR RS 10
Software para sistemas de gestión de responsabilidad social AENOR RS 10
 
Persona grande
Persona grandePersona grande
Persona grande
 
Vivi
ViviVivi
Vivi
 
Sarah Just Saved My Life
Sarah Just Saved My LifeSarah Just Saved My Life
Sarah Just Saved My Life
 
La diferencia que hace la diferencia entre los países ricos y pobres
La diferencia que hace la diferencia entre los países ricos y pobresLa diferencia que hace la diferencia entre los países ricos y pobres
La diferencia que hace la diferencia entre los países ricos y pobres
 
Ingenieria social
Ingenieria socialIngenieria social
Ingenieria social
 
Presentación1
Presentación1Presentación1
Presentación1
 
Valera
ValeraValera
Valera
 
Borrador presupuesto 2014 ingresos
Borrador presupuesto 2014 ingresosBorrador presupuesto 2014 ingresos
Borrador presupuesto 2014 ingresos
 
Notes tall 1a assignacio juny 2015
Notes tall 1a assignacio juny 2015Notes tall 1a assignacio juny 2015
Notes tall 1a assignacio juny 2015
 
Pd sistemes sequencialsprogramables_1415
Pd sistemes sequencialsprogramables_1415Pd sistemes sequencialsprogramables_1415
Pd sistemes sequencialsprogramables_1415
 
Los duendes[1]
Los duendes[1]Los duendes[1]
Los duendes[1]
 
Proy telemedicina.
Proy telemedicina.Proy telemedicina.
Proy telemedicina.
 
Violencia de género y vihsida.11.05 final
Violencia de género y vihsida.11.05   finalViolencia de género y vihsida.11.05   final
Violencia de género y vihsida.11.05 final
 
Documento de República Dominicana 12 Al 28 De Octubre De 1992
Documento de  República  Dominicana   12 Al 28 De  Octubre De 1992Documento de  República  Dominicana   12 Al 28 De  Octubre De 1992
Documento de República Dominicana 12 Al 28 De Octubre De 1992
 
Gbs paso a_paso_medios_dian
Gbs paso  a_paso_medios_dianGbs paso  a_paso_medios_dian
Gbs paso a_paso_medios_dian
 
Chiquita
ChiquitaChiquita
Chiquita
 
Visita camino del agua 21 03-13
Visita camino del agua 21 03-13Visita camino del agua 21 03-13
Visita camino del agua 21 03-13
 
El astronauta
El astronautaEl astronauta
El astronauta
 

Similar a Alejandro Labaka: Amar hasta dar la vida.

1 Tiempo Interior 0911a(Noviembre)
1 Tiempo Interior 0911a(Noviembre)1 Tiempo Interior 0911a(Noviembre)
1 Tiempo Interior 0911a(Noviembre)
Marian
 
Oración navidad
Oración navidadOración navidad
Oración navidad
mifayag
 
Diario Luz Dorada 1ºB
Diario Luz Dorada 1ºBDiario Luz Dorada 1ºB
Diario Luz Dorada 1ºB
aesperela
 
¿Navidad Para Quien?
¿Navidad Para Quien?¿Navidad Para Quien?
¿Navidad Para Quien?
Jesús 24x7
 

Similar a Alejandro Labaka: Amar hasta dar la vida. (20)

1 Tiempo Interior 0911a(Noviembre)
1 Tiempo Interior 0911a(Noviembre)1 Tiempo Interior 0911a(Noviembre)
1 Tiempo Interior 0911a(Noviembre)
 
Escrito esta. gal. no. 2:1-10
Escrito esta. gal. no. 2:1-10Escrito esta. gal. no. 2:1-10
Escrito esta. gal. no. 2:1-10
 
Festividades Ciclo Litúrgico Enero 2016
Festividades Ciclo Litúrgico Enero 2016Festividades Ciclo Litúrgico Enero 2016
Festividades Ciclo Litúrgico Enero 2016
 
San José
San JoséSan José
San José
 
Catequesis preparatorias jmj (junio)
Catequesis preparatorias jmj (junio)Catequesis preparatorias jmj (junio)
Catequesis preparatorias jmj (junio)
 
02 19 original la montana de la juratena www.gftaognosticaespiritual.org
02 19 original la montana de la juratena www.gftaognosticaespiritual.org02 19 original la montana de la juratena www.gftaognosticaespiritual.org
02 19 original la montana de la juratena www.gftaognosticaespiritual.org
 
Cuenta La Leyenda
Cuenta La Leyenda
Cuenta La Leyenda
Cuenta La Leyenda
 
C S Lewis LOS MILAGROS
C S Lewis LOS MILAGROSC S Lewis LOS MILAGROS
C S Lewis LOS MILAGROS
 
Misa Explanada del Santuario Mariano de Caacupé, Paraguay
Misa Explanada del Santuario Mariano de Caacupé, ParaguayMisa Explanada del Santuario Mariano de Caacupé, Paraguay
Misa Explanada del Santuario Mariano de Caacupé, Paraguay
 
Esta historia es mi historia
Esta historia es mi historiaEsta historia es mi historia
Esta historia es mi historia
 
Esta historia es mi historia
Esta historia es mi historiaEsta historia es mi historia
Esta historia es mi historia
 
Discurso papa-francisco-11-07-2015-homilia-caacupe
Discurso papa-francisco-11-07-2015-homilia-caacupeDiscurso papa-francisco-11-07-2015-homilia-caacupe
Discurso papa-francisco-11-07-2015-homilia-caacupe
 
Hojita 8 junio
Hojita 8 junioHojita 8 junio
Hojita 8 junio
 
El proceso de samael aun weor
El proceso de samael aun weorEl proceso de samael aun weor
El proceso de samael aun weor
 
TRATADO, EL MAESTRO SILENCIOSO. -EL GRAN RESCATE- No. 224.
TRATADO, EL MAESTRO SILENCIOSO. -EL GRAN RESCATE- No. 224.TRATADO, EL MAESTRO SILENCIOSO. -EL GRAN RESCATE- No. 224.
TRATADO, EL MAESTRO SILENCIOSO. -EL GRAN RESCATE- No. 224.
 
02 58 original las tres montanas www.gftaognosticaespiritual.org
02 58 original las tres montanas www.gftaognosticaespiritual.org02 58 original las tres montanas www.gftaognosticaespiritual.org
02 58 original las tres montanas www.gftaognosticaespiritual.org
 
02 58 original las tres montanas www.gftaognosticaespiritual.org
02 58 original las tres montanas www.gftaognosticaespiritual.org02 58 original las tres montanas www.gftaognosticaespiritual.org
02 58 original las tres montanas www.gftaognosticaespiritual.org
 
Oración navidad
Oración navidadOración navidad
Oración navidad
 
Diario Luz Dorada 1ºB
Diario Luz Dorada 1ºBDiario Luz Dorada 1ºB
Diario Luz Dorada 1ºB
 
¿Navidad Para Quien?
¿Navidad Para Quien?¿Navidad Para Quien?
¿Navidad Para Quien?
 

Más de Néstor Wer (6)

San Judas
San JudasSan Judas
San Judas
 
Fotografía
FotografíaFotografía
Fotografía
 
Ecuador
EcuadorEcuador
Ecuador
 
México, ¿siempre fiel?
México, ¿siempre fiel?México, ¿siempre fiel?
México, ¿siempre fiel?
 
Guatemala
GuatemalaGuatemala
Guatemala
 
La Misión está en el corazón de la Orden
La Misión está en el corazón de la OrdenLa Misión está en el corazón de la Orden
La Misión está en el corazón de la Orden
 

Alejandro Labaka: Amar hasta dar la vida.

  • 1.
  • 2. ALEJANDRO E INÉS: UNA APUESTA POR EL EVANGELIO
  • 3. Nos presentamos: Yo me llamo Alejandro Labaka, soy español, del País Vasco.
  • 4. Y yo soy Inés Arango, colombiana
  • 5. Queremos decirles no solamente quiénes fuimos, sino cuáles fueron nuestros grandes amores, o nuestro único amor: el pueblo waorani.
  • 6. Quizá sus padres se acuerden algo de un mes de julio del año 1987. En el Informe Semanal de la tele dieron un espacio sobre nosotros dos: habíamos muerto violentamente en las selvas del Amazonas ecuatoriano a manos de los Tagaeri, una pequeña tribu amazónica de las llamadas “no contactadas” que viven en las profundidades de la selva.
  • 7. Pero, tal vez, lo más valioso no fue nuestra muerte, sino nuestra vida. Nosotros hicimos una apuesta por el Evangelio y te la queremos contar.
  • 8. Nacimos en años diferentes. Nos llevamos casi 20 años de diferencia. Yo, Alejandro, nací en 1920, e Inés, en 1940. Pero, a pesar de la diferencia de edad nos unió la misma pasión: los pueblos de la selva.
  • 9. Esto no nació sin más. Yo, Alejandro, tuve un “primer amor”: China. A mí me atraía el mundo y sus fronteras inabarcables. Estuve seis años en China. Pase mucha hambre pero aprendí mucha humanidad y llegué a hablar chino con cierta soltura. Aquellos viajes eran para nosotros como ir a la luna. Íbamos para no volver.
  • 10. Yo, Inés, no tuve tanta suerte: de mi Medellín natal pasé, con los años, a las selvas del Ecuador. Hacía falta alma de aventurero porque, como luego diríamos, ¿qué le queda al Evangelio si le quitas la aventura? ¿Y qué le queda a la vida?
  • 11. Fuimos dando tumbos por la vida. Pero, cuando llegamos a la selva ecuatoriana, algo se nos metió en el fondo del alma, algo que ya no saldría de ahí nunca más: llegamos a la conclusión de que la selva era nuestra casa.
  • 12. A veces, cuando volvíamos de nuestras correrías cantábamos unas letrillas que decían: “La selva es tu mansión, el sol tu faz. Te oigo venir, Señor, la lluvia al sonar”. Cuando nos caía una manta de agua sobre nuestras cabezas creíamos que caía sobre nosotros “la bendición de Dios”.
  • 13. No éramos unos ingenuos: es que habíamos encontrado nuestro lugar en el mundo. Una suerte, como lo reconocen muchos de ustedes que lo buscan con similar ahínco. Habíamos comenzado a intuir que íbamos a ganar nuestra apuesta.
  • 14. Tuvimos nuestra “conversión”, sobre todo yo, Alejandro. Fui al Concilio Vaticano II. Fue un gran acontecimiento en la Iglesia, un poco lejano en el tiempo. Ya hay mucha gente que no se acuerda de no era bautizar o hacer cristianos, sino descubrir las “semillas del Verbo”. Se lo dije al Papa de entonces, se llamaba Pablo VI y me dio su bendición, aunque puso más énfasis en que tuviera mucho cuidado.
  • 15. Llegamos a una conclusión clara: contra viento y marea nos dedicaríamos a los “aucas”, temibles indígenas de la selva que habían matado a varios blancos. “Auca” quiere decir “caníbal”.
  • 16. Posteriormente, cuando los conocimos, los llamaríamos “waoranis” que significa “humanos”. ¿Cómo podremos apostar por los que son distintos si no desvelamos su rostro humano?
  • 17. Así nos dimos cuenta de que nuestra “gran obra de misión” era, sencillamente, vivir en medio de ellos y como ellos. Yo fui el más arriesgado quizá porque Inés tuvo más dificultades con sus superioras; me fui a vivir con ellos a temporadas.
  • 18. Una familia waorani me adoptó: mi madre se llamaba Pahua, mi padre Inicua, mi hermano Araba. Me acogieron como a un hijo. Conseguí, con mucha paciencia, entender y hablar su lengua. Y llegué, sobre todo, a quererles.
  • 19. Cuando andaba desnudo entre ellos, me sentía protegido. Mis hermanos no entendían muy bien aquel género de vida. Los dos moriríamos, luego, desnudos cuando nos mataron los Tagaeri. Allí aprendimos que si uno quiere apostar por el Evangelio y no se va despojando de él mismo para hacerse uno con los otros, lo tiene muy difícil.
  • 20. Nosotros no sabíamos mucha teología. Pero los dos habíamos llegado al mejor de los conocimientos: entendimos bien aquello del Evangelio “Tuve hambre y me disteis de comer...” Y nos dedicamos a hacer vida esas palabras.
  • 21. Por eso, aunque nos calificaran de aventureros, la nuestra fue una aventura por el Evangelio. O si quieren: por aquel Jesús del Evangelio al que amábamos en los rostros y vidas de los waoranis.
  • 22. No llegábamos a distinguir la mirada de Jesús de la mirada de aquellos ojos hermosos y oscuros de nuestros hermanos waoranis. Eran los mismos ojos. Por eso fue fácil hacer la apuesta, porque mirábamos con otra mirada, la del amor y la de la simple igualdad.
  • 23. Os podemos asegurar que la nuestra fue una apuesta ganada. No porque sacáramos ninguna clase de beneficios materiales, sino porque la vida se nos llenó de sentido, de luz y, en definitiva, de amor. Es verdad que pasamos días duros. Las condiciones de vida eran extremas. Pero os podemos decir que el amor de los waoranis nos reconfortó y nos sostuvo.
  • 24. Vimos en ellos algo hermoso: la enorme capacidad que Dios ha sembrado en las criaturas para que lleguemos a ser hermanos y hermanas. Entendimos muy bien aquello del Evangelio: el que pierde gana. Nosotros perdimos algo, comodidad, buen nombre y luego la vida, pero ganamos amor a raudales. Sí, ganamos nuestra apuesta.
  • 25. Quizá fuera un error que, al final, nos atreviéramos a acercarnos a otro grupo “no contactado”, los Tagaeri. Era un grupo amenazado. Las petroleras los tenían en el punto de mira de sus fusiles.
  • 26. Fuimos a ellos porque pensábamos que podríamos hacer obra de mediación de paz. La cosa no resultó y morimos a sus manos. No entendieron que estaban asesinando a quien más los defendía. Pero de hecho, los Tagaeri, fueron preservados.
  • 27. Hoy es el día que, 25 años después, se supone que siguen viviendo en el interior de la selva. Aunque el precio fue grande, también esta apuesta fue ganada.
  • 28. Si les contamos esto no es para que nos tengan por héroes. No lo somos. Nosotros hemos sido, como dice uno de vuestros escritores de hoy, Javier Cercas, cuáles son los héroes de verdad, no los de película: gentes que tienen coraje y que huelen el bien y por eso apuntan al bien.
  • 29. Nosotros olimos el bien en los waoranis. Y, sí, allí estaba el bien. Por eso ganamos nuestra apuesta aunque perdiéramos nuestra vida.
  • 30. Olfatea el bien, apuesta por él y acertarás de lleno.