2. Es una sacudida del terreno que
ocurre por el choque de placas
tectónicas y liberación de energía
en el curso de una reorganización
brusca de materiales de
la corteza terrestre al superar el
estado de equilibrio mecánico.
Los importantes y frecuentes se
generan cuando se libera energía
potencial elástica acumulada por
deformación gradual de las rocas
contiguas al plano de
una falla activa. También pueden
ocurrir por otras causas, por
ejemplo en torno a procesos
volcánicos o por hundimiento de
cavidades cársticas.
3. El origen de los terremotos se
encuentra en la acumulación de
energía que se produce cuando, para
restablecimiento del equilibrio por
desplazamiento de materiales del
interior de la Tierra, desde condiciones
inestables que son consecuencia de
actividades volcánicas y tectónicas,
que se originan principalmente en los
bordes de la placa.
Aunque las actividades tectónicas y
volcánicas son las causas principales
por las que se generan los terremotos,
muchos factores adversos pueden
originarlos:
Acumulación de sedimentos, por:
desprendimientos de rocas en las
laderas de las montañas, hundimiento
de cavernas.
Modificación del régimen de
precipitación pluvial, que altera
cuencas y cauces de ríos, así como
estuarios.
Variaciones bruscas de la presión
atmosférica por ciclones.
4. Los terremotos tectónicos suelen
ocurrir en zonas donde la
concentración de fuerzas
generadas por los límites de
las placas tectónicas dan lugar a
movimientos de reajuste en el
interior y en la superficie de
la Tierra. Por este motivo los
sismos de origen tectónico están
íntimamente relacionados con la
formación de fallas geológicas.
Comúnmente acontecen al final
de un ciclo sísmico: período
durante el cual se acumula
deformación en el interior de
la Tierra que más tarde se
liberará repentinamente. Dicha
liberación se corresponde con el
terremoto, tras el cual la
deformación comienza a
acumularse nuevamente.