La campaña publicitaria de una salsa de tomate logró crear una sensación de gusto y deseo de probar el producto a través de imágenes, a pesar de que no se podía tocar ni sentir físicamente. La campaña también incluyó elementos físicos donde las personas podían tocar la textura de la salsa para aumentar aún más las ganas de probarla, dándoles muestras de la salsa para satisfacer ese deseo.