2.
El imperio protege a la religión católica como
religión del Estado.
Habrá tolerancia para todos los cultos que no
se opongan a la moral, la civilización y las
buenas costumbres.
Para establecer un culto se necesita
autorización del gobierno.
El consejo de estado llevó a cabo la
desamortización y nacionalización de los
bienes.
Las enajenaciones que hizo el clero de fincas
fueron ratificadas siempre que las mismas no
afectaran a terceros.