1. Cómo preparar té frío, por Nora Graciela Modolo
Cada vez cuenta con más adeptos y se perfila como una de las delicias del verano. Estamos
hablando del té frío o té helado. Innegablemente es, además de refrescante y agradable, una
bebida con historia y con encanto que nos transmite la impresión de estar departiendo con
Rudyard Kipling en los tiempos en que su imperio, Britania, aún cabalgaba sobre las olas.
Existen muchas recetas para preparar té helado. La mía es sólo una entre muchas fórmulas
posibles. Yo prefiero comenzar por preparar el té como si de té normal –es decir, caliente- se
tratara. Sólo que no utilizaremos la misma cantidad sino sólo la mitad. Una vez preparado lo
endulzaremos. Y a partir de ahí los caminos se bifurcan.
Se bifurcan por que podemos elegir entre tomarlo en el mismo momento o tomarlo unas horas
después. Si se trata de lo segundo, echaremos el té caliente y concentrado en una jarra con la
misma cantidad de agua fría (1/2 litro de agua fría por ½ litro de té, por ejemplo). Lo llevaremos
a la heladera y listo. Pero se debe consumir dentro de las 24 horas siguientes a su preparación.
Si lo queremos disfrutar en el mismo momento, preparamos unos vasos largos con hielo,
vertemos en ellos el té concentrado y endulzado y ya está. Recuerda que los tés más suaves son
los que mejor quedan fríos.