1. ¿QUÉ PIENSAS?
Ser humano que me estás oyendo: te quiero preguntar: ¿qué piensas?; ¿qué piensas de la
vida?; ¿qué piensas de ti mismo?; ¿qué piensas del mundo; qué piensas del futuro?; ¿qué
piensas de la muerte?; ¿qué piensas de lo que va a venir?; ¿qué piensas del paisaje que
vas a ver? O no piensas nada de las grandes preguntas que un hombre debe plantearse?
Yo quiero invitarte a pensar. Yo quiero invitarte a estar en silencio y a escuchar las voces
íntimas que se oyen, cuando el hombre inteligente está callado.
Qué piensas del origen?; qué piensas del primer hombre racional?; qué piensas de nuestra
larga historia?; qué piensas de nuestros cuarenta mil abuelos?; de todos los antiguos que
pusieron algo de sí mismos, para plasmarte a ti tal como eres?; qué piensas?; o nunca
piensas nada?.
Qué piensas del gran misterio que te rodea?; o no alcanzas a ver ningún misterio alrededor
de ti?; qué piensas del abismo del universo?; qué piensas de los millones de años que
fueron necesarios para que el universo llegará al punto en que está?; qué piensas de la
inmensidad del espacio que nos rodea?; o no piensas nada?; o estás solamente
preocupado por lo inmediato, sin atreverte a mirar las profundidades que nos envuelven?.
Yo quiero decirte que tengas algunos instantes de silencio. Que no estés continuamente
mirando el paso de las cosas; que tengas tiempo para admirar el universo; que tengas
tiempo para mirar al hombre; que tengas tiempo para el temor ante la gravedad que nos
rodea; que tengas tiempo para descubrir la inmensidad de Dios, la belleza de Cristo y para
descubrir la belleza del hombre.
Ser humano que me estás escuchando distraído: quiero apelar a tu intimidad. Quiero
despertar la voz dormida que hay en ti. Quiero abrir los ojos cerrados que hay en ti y que
nunca se han abierto a la gran verdad.
Quiero que tengas pasmo ante tu realidad misteriosa. Quiero que tengas alegría por tu
futuro, pero también que tengas susto y temor, porque el fenómeno del hombre en el
mundo, es abrumador. Porque nuestra realidad está en un mar de cosas, totalmente
incomprensible; es imposible de entender y de sondear.
Yo quiero dar un grito en tu caverna interior, para despertarla y para hacerte caer en la
cuenta de que todo lo que te rodea es bello, incomprensible, en gran parte abrumador.
Padre Rafael García Herreros.
Bogotá.