3. Pero increíblemente ninguno de los dos sale lastimado. Después de salir de los autos la mujer dice: "¡Ay Dios!, mira nuestros autos!, no quedó nada de ellos y milagrosamente no tenemos ni un rasguño, ésta debe ser una señal de Dios de que nosotros debemos conocernos, ser amigos, y hacer el amor como desquiciados por el resto de nuestros días." elzevision