La tercera generación de computadoras emergió con el desarrollo de circuitos integrados que permitieron miles de componentes electrónicos en miniatura en una sola pastilla de silicio. Esto hizo que las computadoras fueran más pequeñas, rápidas, generaran menos calor y fueran más eficientes energéticamente. El IBM-360 dominó las ventas de esta generación y el PDP-8 fue el primer miniordenador. Los circuitos integrados procesaban y almacenaban información en chips de silicio.