La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto significativo en la salud mental de las personas. El aislamiento social y la incertidumbre económica han aumentado los niveles de ansiedad, depresión y estrés en muchos individuos. Se necesitan más recursos de salud mental y apoyo comunitario para abordar estos problemas y ayudar a las personas a mantener el bienestar durante este tiempo difícil.