El discípulo le cuenta a su maestro filósofo algo que escuchó sobre él. El maestro le pregunta si lo que va a decir pasó por las tres rejas de la verdad, la bondad y la necesidad. El discípulo admite que no es cierto, bueno ni necesario, por lo que el maestro decide olvidarlo y enfatiza la importancia de filtrar la información a través de esas tres rejas para mejorar las relaciones humanas.
2. • El joven discípulo de un filósofo sabio
llega a casa y le dice:
- Maestro, un amigo estuvo hablando
de ti con malevolencia...
- ¡Espera!- lo interrumpe el filósofo -
¿Hiciste pasar por las tres rejas lo
que vas a contarme?
3. • - ¿Las tres rejas? -preguntó su
discípulo-
- Sí.
• La primera es la verdad.
¿Estás seguro que lo que quieres
decirme es absolutamente cierto?
- No. Lo oí comentar a unos
vecinos...
4. • Al menos lo habrás hecho pasar por la
segunda reja, que es la bondad...
• Eso que deseas decirme, ¿es bueno para
alguien?
- No, en realidad, no. Al contrario...
5. • ¡Ah, vaya!...
• La última reja es la necesidad.
¿Es necesario hacerme saber eso que
tanto te inquieta?
- A decir verdad, no.
6. • Entonces. -dijo el sabio sonriendo-
si no es verdad, ni bueno, ni
necesario, sepultémoslo en el
olvido.
7. • ¡¡¡Cuánto más sanas estarían las
relaciones humanas, si todos
hiciéramos pasar por las tres
rejas aquellas cosas de las que
nos hacemos eco!!!