Los terremotos son causados por la liberación repentina de energía acumulada en el interior de la Tierra a lo largo del tiempo, como resultado del movimiento y choque de las placas tectónicas gigantescas que componen la corteza terrestre. Generalmente estos movimientos son lentos e imperceptibles, pero en ocasiones las placas chocan entre sí como enormes bloques de tierra flotando sobre un océano de magma, impidiendo su desplazamiento y causando terremotos, aunque sólo el 10% de los terremotos ocurren lejos