Los terremotos han sido estudiados por la sismología, una ciencia relativamente nueva. Hasta el siglo XVIII, los registros de terremotos eran escasos y no se entendía realmente el fenómeno, que se atribuía a castigos divinos o respuestas de la Tierra al comportamiento humano. Más tarde se propusieron explicaciones pseudocientíficas, como que los terremotos se originaban por la liberación de aire de cavernas subterráneas.