La pintura muestra niños pobres recolectando fruta después de un día de trabajo para llevarse algo de comida a la boca, reflejando la pobreza pero también que no estaban descuidados. El pintor expresaba su entorno como una cápsula del tiempo. La pintura también refleja que antes lo prohibido no era bien visto y que cada acción tenía un castigo divino, por lo que todo tenía que ser como la sociedad quería verlo. Los mensajes bíblicos y celestiales eran mejor representados en pinturas para que la población los captara.