1. PAISAJES NATURALES
¡Qué belleza de paisaje! Cada día es más difícil encontrar rincones como estos.
De vez en cuando es bueno pararnos a pensar en la naturaleza, en la vida, en las
cosas importantes. Cada día tenemos más prisa y no disfrutamos de este
planeta, que nos deja paisajes hermosos como este. Probablemente este
rinconcito del mundo lo conozcan muy pocas personas. Aunque no tengamos la
suerte de conocerlo, seguro que a nuestro alrededor hay otros muchos
paisajes naturales para disfrutar.
Llamaremos paisaje natural a aquel que no está modificado por la sociedad, a
pesar de algunos pequeños enclaves. Son las tierras que no pertenecen a la
ecúmene, las regiones polares, la alta montaña y alguna selva tropical que es
recorrida por cazadores y recolectores que no utilizan el fuego. Hoy en día
este espacio natural no existe casi en ninguna parte.
En el medio natural el individuo está a merced de las condiciones naturales y de
su propia biología; por eso intentará modificarlo.
El paisaje natural será un espacio recorrido pero no organizado, y con
densidades de población bajas. Se trata de los espacios ocupados por
sociedades de recolectores, cazadores y pescadores que tienen un
conocimiento muy íntimo y especializado del medio. El área necesaria para
procurarse los recursos debe ser muy amplia ya que dependen de lo que ofrece
la naturaleza.
Los paisajes naturales son el resultado de la interacción del clima, el relieve, la
vegetación y el suelo, fundamentalmente; por tanto, son aquellos que no están
transformados por las actividades humanas. Hoy día, la capacidad de
intervención de la humanidad sobre el medio es tan grande que apenas quedan
espacios sin modificar. Los lugares que presentan mayores dificultades para el
asentamiento humano son los menos alterados, por eso están prácticamente
deshabitados y todavía pueden considerarse paisajes naturales.
Las regiones polares, las selvas y los desiertos son los paisajes más inhóspitos,
por eso son los menos poblados de todos los medios naturales del globo. El frío
en los polos, el calor y la humedad en las selvas, y la aridez en los desiertos
2. dificultan y, en ocasiones, impiden la ocupación humana. Es en estos lugares
donde todavía quedan extensas áreas naturales apenas sin transformar.
En cambio, las zonas de clima templado son muy apropiadas para la existencia
humana y, por tanto, son las más habitadas de la Tierra: albergan más del 70 %
de la población mundial. Las temperaturas moderadas y las precipitaciones
relativamente abundantes favorecen el asentamiento de los seres humanos y
las actividades económicas. Por eso, en estas regiones, los paisajes naturales
sin alterar son muy escasos. Se reducen a pequeños territorios aislados, que
suelen estar protegidos.
La mayoría de la población se concentra en áreas situadas por debajo de los
500 m de altitud, por lo que las montañas tampoco están muy habitadas. Allí el
clima es más duro, los suelos son poco adecuados para la agricultura y las
comunicaciones resultan difíciles. Por eso en las áreas de montaña también se
pueden encontrar paisajes naturales.
Sin embargo, junto a los ríos y cerca de la costa, se estima que vive casi un
tercio de la población mundial, por lo que escasean los paisajes naturales en el
litoral.