1. PAN Y SU EXTRAÑA FORMA
Desde que la sonda Voyager en 1981 fotografió por primera vez el satélite Pan, su
peculiar figura la ha hecho acreedora de múltiples sobrenombres, desde
compararla con una nuez, debido a su forma achatada en el ecuador y las grandes
pendientes en su parte superior e inferior, hasta denominaciones como platillo
volador. Ello demuestra que todavía en la actualidad esta intrigante imagen se
mantiene en la mente de los científicos y que aún no se ha logrado explicar en su
totalidad su origen. Por ello, el presente ensayo trata de exponer a qué se debe la
forma de este satélite y de qué manera esta peculiar forma repercute en los anillos
y divisiones de Saturno.
En primer lugar, Pan es un satélite pastor, que al igual que otros satélites que
caen en la misma categoría, cumplen la función de mantener los anillos en su
lugar. Sin embargo, no todos estos satélites, a excepción Atlas, poseen la forma
de Pan. Posiblemente se deba a la combinación de tres factores: la excentricidad
de órbita nula de Pan, que hace que su movimiento se aproxime más a la de un
círculo y que varié en distancia 4 km respecto a Saturno, asimismo su condición
de satélite más interno y su ligera órbita inclinada, que origina un ligero
movimiento de arriba hacia abajo.
En segundo lugar, Pan es un satélite poroso, lo que implica una densidad muy
baja, además refleja mucha luz. Ello sugiere que su forma se deba a una gradual
acumulación de escombros en su ecuador. Asimismo, por su cercanía e
interacción gravitacional con Saturno, es posible que su composición sea la misma
que el de los anillos, es decir hielo. Extrapolando esta idea a otro plano, se puede
mantener la posibilidad de encontrar otras formas de vida en este satélite.
Por otro lado, se estima que 70% de Pan es agua congelada, sin embargo su
origen también puede estar condicionado a factores internos como la forma de la
roca madre sobre el cual los escombros se han impregnado
Como tercer punto, Pan es la responsable de mantener limpia la División de
Encke, es decir mantener la apertura del anillo A. Entonces queda en duda como
consecuencia de su origen, saber si a través del tiempo la forma de Pan ha
variado, si su radio y tamaño se ha incrementado. Asimismo entender a
profundidad la interacción entre la excéntrica órbita del Pan con el anillado
planeta, descubrir si realmente Pan se formó de escombros o ya existía pero su
tamaño era insignificante que fue difícil visualizarlo en otras épocas, y que solo
pudo ser ubicado por algunas perturbaciones gravitatorias que genera en los
anillos. Además permite especular, qué involucraría un aumento o disminución del
tamaño de Pan y cómo repercutiría en sus funciones.
2. En conclusión, el estudio e investigación de la forma de Pan no solo representa
una mirada a su pasado y sus orígenes sino también un camino para comprender
mejor su interacción con los anillos.