Los animales de la selva amazónica convocaron a una gran manifestación en las orillas del río Amazonas para expresar su preocupación por el estado enfermo de la Tierra y la pérdida de sus hábitats debido a la acción humana. Tres animales hablaron en la manifestación expresando sus preocupaciones: el jaguar pidió respeto por la Tierra y fin a los egoísmos; el delfín rosa denunció la contaminación del agua; y la guacamaya instó a respetar los hábitats de los animales y detener el comercio ilegal

1. "LA GRAN MANIFESTACION"

2. LA TIERRA ¡Esta muy enferma!

3. RIO DEL AMAZONAS Recorre América del Sur de Oeste a Este. Su Longitud es de 6,400 Km.

4. PULMÓN DEL MUNDO AMÉRICA DEL SUR

5. Hace algún tiempo en la Selva Amazónica, los animales estaban muy inquietos, daba la impresión de que se comunicaban unos y otros. Luego de unos días miles de animales se desplazaban por aire, tierra y agua a orillas del río Amazonas. Estaban muy preocupados porque los hombres habían perdido el respeto por la madre TIERRA. Así convocaron a la gran manifestación. Antes hicieron un pacto de no agredirse durante la manifestación. con esa seguridad todos se acomodaron en el lugar que les correspondía Unos en los árboles, otros en el agua y otros en tierra. Todos muy concientes guardaron silencio y solo se escuchaba el correr de las aguas

6. ¡De pronto ! aparecio el primer orador...El JAGUAR

7. caminaba lentamente casi timido, dio algunas vueltas ronroneando y meneando la cola. Se detuvo, observo a todos y subió muy rápido a un árbol, se acomodo y emitió un gran rugido

9. Luego bajo del árbol lentamente y se puso al final de la concurrencia

10. Luego de algunos minutos aparecio el segundo orador: "EL DELFÍN ROSA"

11. Salio a la superficie Dio algunas volteretas, obsevando a la concurrencia. Se elevo dio varios graznidos

13. Es la última oportunidad para evitar una catástrofe global donde perderemos todos. Es la última oportunidad, para evitar una catastrofé donde perderemos todos los seres vivos

14. Todos alzaron la vista porque aparecía la tercera oradora

18. ¡El hombre ha alterado el equilibrio natural!