El poema describe la espera del poeta por ver a su amada, cuya presencia siente a través del aura y el eco de sus pasos en la montaña. Sin embargo, también escucha las campanas que repican en las torres sombrías y los golpes del martillo y la azada cavando una tumba, sugiriendo que su amada puede haber muerto. El poeta continuará esperando verla a pesar de estas señales de su posible fallecimiento.