2. Érase una vez tres cerditos que iban a construirse una casa para así estar a salvo de las
garras del lobo, quién últimamente acechaba los alrededores de aquel lugar, y
derribaba casas para comerse a los cerditos que habitaban dentro de ellas.
Los tres cerditos pensaban de forma distinta, así que cada uno se hizo su casa de la
forma que pensaba que era la mejor. Tocinete, que era el pequeño de los tres cerditos,
decidió hacerse la casa con paja para así terminar antes, e irse a jugar con el resto de
cerditos.
LOS TRES CERDITOS PRIMERA
PARTE
3. El lobo los persiguió, y al llegar a la casa de madera de Jamoncín, volvió a soplar y la casa
se derribó, así que lo único que les quedaba a los cerditos era ir a la casa de ladrillo del
cerdito mayor.
Los tres cerditos estaban muertos de miedo, porque pensaban que también podría
derribar la casa, pero el lobo sopló y sopló y sopló, pero no pudo derribar la casa, así que
se fue derrotado hacia el interior del bosque y nunca más volvió a molestar a los tres
cerditos.
LOS TRES CERDITOS TERCERA
PARTE
4. Érase una vez tres cerditos que iban a construirse una casa para así estar a salvo de las
garras del lobo, quién últimamente acechaba los alrededores de aquel lugar, y derribaba
casas para comerse a los cerditos que habitaban dentro de ellas.
Los tres cerditos pensaban de forma distinta, así que cada uno se hizo su casa de la forma
que pensaba que era la mejor. Tocinete, que era el pequeño de los tres cerditos, decidió
hacerse la casa con paja para así terminar antes, e irse a jugar con el resto de cerditos.
LOS TRES CERDITOS SEGUND