1. CARTA PARA MI PERRITO MUÑECO “CHIQUILLO”, A UN AÑO DE SU MUERTE
Sé que estás en el cielo y te confieso que fuiste el amigo fiel, silencioso e incondicional que nunca
me juzgó, cuestionó, ni me criticó. Cuando encontré tu cadáver, después de dos angustiosos e
interminables días de búsqueda, sentí un profundo e intenso dolor en mi alma porque recién
me había dado cuenta que cuando vivías te dediqué muy poco tiempo, atención y cariño, pese
a que estuviste conmigo en las buenas y en las malas; te digo esto porque recuerdo que cuando
yo me encontraba enfermo, en ningún momento tampoco te levantaste de la cama…
¡Solidariamente me acompañaste aún en el lecho del dolor! Aquel aciago día, al contemplar tu
cuerpecito inerte y destrozado, comprendí que era demasiado tarde para devolverte todo lo
que tú me habías dado.