1. Miércoles, 28 de enero de 2015
CULTURA•
Diario eruelTde32
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•ENTREVISTA• JESÚS EGIDO DIRECTOR DE LAS EDITORIALES REY LEAR Y REINO DE CORDELIA
“En España se publica mierda nórdica y
se deja de lado a los autores nacionales”
El editor leonés participará hoy en una charla sobre novela negra en Valderrobres
Redacción
Teruel
Jesús Egido es un leonés que de-
jó el periodismo en primera línea
(La Crónica de León, Diario16 o
Tribuna) para dedicarse a la edi-
ción de libros. Con Rey Lear y
Reino de Cordelia ha publicado
todos los géneros y desde clási-
cos españoles hasta promesas de
la literatura. Creador también del
Premio de Novela Negra Francis-
co García Pavón, que ya lleva 17
ediciones, Jesús Egido estará jun-
to a uno de sus últimos fichajes,
Pablo Sebastián, esta tarde en
Valderrobres para hablar sobre la
situación actual del género poli-
cíaco.
- Rey Lear no es ni mucho
menos una editorial especiali-
zada en la novela negra... ¿Qué
le une a este género?
- Nada más empezar a publi-
car me apetecía mucho sacar las
novelas de Plinio, un detective
ambientado en Tomelloso que es
el primer personaje policíaco es-
pañol de calidad. Hablé con los
herederos del autor, Francisco
García Pavón, y empezamos a
publicar las novelas que hacía
veinte años que no se podían en-
contrar. Además se creó el pre-
mio García Pavón de Novela Poli-
cíaca, y empezamos a premiar a
autores que luego han sido im-
portantes, como Alejandro Gallo
o Alfonso Vázquez.
-- ¿¿LLee ttiieennee eessppeecciiaall qquueerreenncciiaa
aall ggéénneerroo??
- Es que este género es muy
importante dentro de la novela.
Como diría Valdano, la literatura
es una metáfora de la vida. Ocu-
pa un lugar muy importante den-
tro de la literatura en general, y
hay ejemplos de gran calidad, co-
mo la única novela larga de Ché-
jov es Una extraña confesión.
- ¿Cómo está en la actualidad
el mercado de la novela negra?
- Las modas van por ciclos,
pero la novela policíaca siempre
ha estado ahí porque tiene un
componente social muy impor-
tante. Sería complicado entender
la realidad social y económica
del crack de 29 en EE UU sin leer
a Hammett o a Chandler. Ahora
se ha puesto muy de moda la no-
vela policíaca porque con la cri-
sis los editores solo quieren pu-
blicar libros que se venden, y al-
guien ha debido de decir que la
policíaca se vende mucho. No es
mi caso. Pero no hay editorial
que se precie que no tenga una
colección del género.
- ¿Qué elementos tiene que
tener un libro para ser una gran
novela negra?
- Hay dos corrientes muy cla-
ras y una es la vertiente de la no-
vela enigma que tanto le intere-
saba a Borges. Para él la novela
tenía que tener un caso extraño y
cerebral que resolver, y el primer
creador sería Edgar Allan Poe
con La carta robada o Los críme-
nes de la Rue Morgue. Creo que
aquí el mejor es Sherlock Hol-
mes. Y la otra corriente la crea-
ron los americanos y era una no-
vela en la que describían la co-
rrupción del ambiente. Sería la
novela bárcenas, la que descubre
los bajos fondos de la sociedad,
las grietas y lo turbio, y la que
ahora en España o Francia se lla-
ma la novela negra. Y esa es la
que me interesa a mí. No me in-
teresa Agatha Christie sino Mai-
gret. Me gusta que la esposa del
comisario lleve rulos, que coma
bocadillos de chorizo y que cuen-
te cómo llega a fin de mes. Pero
más allá de eso, lo que necesita
una buena novela negra es ser
una buena novela, simplemente.
El tiempo depura y solo un 10%
de lo que se escribe resiste su pa-
so.
- ¿Entra dentro de su política
publicar libros de escritores es-
pañoles?
- Nosotros publicamos todo ti-
po de libro, pero así como anti-
guamente en las editoriales con-
vivían autores españoles con ex-
tranjeros, ahora se prima mucho
los de fuera. Y sin desmerecer la
literatura anglosajona o america-
na, creo que deberíamos mirar
más los autores españoles, por-
que si no los publicamos nos-
otros no los va a hacer nadie. Va-
mos a tener que hablar con el Mi-
nisterio de Medio Ambiente para
que parte de lo que dedica al lin-
ce lo destine al escritor español,
que también lo pasa realmente
mal. Creo que es una obligación
de los editores españoles publi-
car autores españoles. Yo me ho-
rrorizo cuando no puedo encon-
trar las novelas de Ramón J. Sen-
der, por ejemplo, porque quien
tiene los derechos ni las publica
ni las deja publicar. Hay una no-
vela maravillosa, que es Los jine-
tes del alba, de Fernández Santos
que es Premio Planeta, Nadal,
Premio de la Crítica o Premio Na-
cional de Literatura. Se puede
comprar en francés y en España
solo puedes encontrarla en libro
usado en la edición de Seix Ba-
rral. Es ridículo que un autor me-
nor como Chesterton no tenga
obra publicada en ningún sitio
excepto en España, y aquí no
puedas encontrar en libro nuevo
Los jinetes del Alba, a Ramón J.
Sender o a Torrente Ballester. Me
parece muy bien la moda de los
autores suecos, pero tenemos
grandes novelas en España sin
publicar. Que cada uno edite lo
que le de la gana, pero estamos
publicando mierda noruega y
mierda nórdica, infumable, y no
recuperamos nuestros clásicos
recientes. Los editores, los libre-
ros y la prensa tenemos la obliga-
ción de defender nuestra literatu-
ra.
- Para dedicarse a la edición
de libros dejó el periodismo.
¿Eso no es irse de Málaga para
acabar en Malagón?
- Es que no sabía hacer mu-
chas más cosas. Me hubiera en-
cantado dirigir centrales nuclea-
res como el señor Burns, pero la
salida al mundo editorial para mí
fue natural. Yo era un periodista
vocacional, pero actualmente la
verdad es que estoy muy conten-
to. Hecho de menos el ambiente
de las redacciones y la aventura
de estar en la Guerra del Golfo,
por ejemplo, pero la prensa tiene
ese carácter de que todo se queda
viejo enseguida, y al menos
cuando hacer un libro perdura
por más tiempo aunque tenga
menos incidencia. No es todo tan
efímero.
- Creada en 2006, la editorial
Rey Lear está a punto de cum-
plir diez años con una actividad
enorme...
- Cuando empecé me lo tomé
con mucha calma y el primer año
lo compaginé con el periodismo.
Entonces me di cuenta que una
cosa o la otra, y me volqué total-
mente en esto. La propia dinámi-
ca de este mundo te marca que si
quieres tener una editorial com-
petitiva y estar en las librerías no
puedes sacar menos de 20 o 25 tí-
tulos al año. Después surgió Rei-
no de Cordelia como una exten-
sión de Rey Lear, para que fuera
una editorial más mía y poder
publicar lo que me diera la gana,
y al final entre las dos hemos sa-
cado más de 200 títulos. Pero hay
que tener en cuenta que eso es lo
que saca al semestre una de las
grandes editoriales españolas.
- ¿Se lee tanto en España co-
mo se publica?
- Por desgracia se lee muy
poco. Yo estoy convencido de
que los países cultos son los paí-
ses ricos, y los países burros son
los pobres. Cuanto menos inver-
timos en cultura, educación y
en vender periódicos más nos
empobrecemos. Las cifras de
lectura de España se parecen
más a las de Burundi que a las
de Alemania, y eso tiene mucho
que ver con el número de para-
dos y nuestra precariedad eco-
nómica.
- Sorprende que las cifras de
lectura en España sean muy ba-
jas y sin embargo haya un alu-
vión de escritores noveles que
se lancen a la autoedición.
- Parece que no hay filtro y en
España se editan muchos libros
diferentes pero en tiradas muy
cortas, mientras que en otros pa-
íses se editan menos libros pero
en tiradas más grandes. Y esa
afición por autoeditar no sé de
donde viene; yo pensaba que en
España todo el mundo quería ser
torero pero no, todo el mundo
quiere ser escritor. Pero para ser
torero hay que ver muchas corri-
das, y mucha gente que quiere
ser escritor resulta que no lee.
No lo acabo de entender. La au-
toedición es como ir al mar y
echar una carta a la novia en una
botella... Imagina lo complicado
que es para un escritor vender
cuando publica con una editorial
con su línea de distribución y su
red comercial, como para autoe-
ditarlo y lanzarlo al mercado.
Al margen de
modas la novela
negra siempre está
ahí, por el fuerte
componente social
que tiene
“
“
La autoedición
es como
escribirle una carta a
tu novia, meterla en
una botella y
lanzarla al mar
“
“
Jesús Egido es un auténtico apasionado de los libros y la literatura. Antonio Tiedra