3. • conocido como Noche de Brujas, Noche de Muertos o Noche de Vísperade Difuntos,
es una celebración moderna resultado del sincretismo originado por la
cristianización de las fiestas del fin de verano de origen celta.1
• Se celebra internacionalmente en la noche del 31 de octubre, sobre todo en
la angloesfera, como Canadá, Estados Unidos, Irlanda o Reino Unido, y, en menor
medida, en otros lugares como España y Latinoamérica. A pesar de pertenecer al
mundo anglosajón, en Australia2 y Nueva Zelanda no se observa esta costumbre
tanto como en los demás países
4. • En Halloween es costumbre que los niños se disfracen y pidan dulces por las casas
y tiendas
5. • el pastel de calabaza,
• el pan de calabaza
• la tarta
• palomitas dulces
• gominolas
• manzanas caramelizadas
6. • Los orígenes de Halloween se remontan a una tradición impuesta por los celtas,
antiguos pobladores de Europa Occidental, Oriental y parte de Asia Menor, que
creían que el 31 de octubre, fecha que coincidía con el fin del verano, los
muertos podían resucitar y salir de los cementerios para apoderarse de los
cuerpos de los vivos.
•
Para protegerse de estas posesiones, los celtas decoraban sus casas con
huesos y cadáveres esperando que los espíritus se asustaran y siguieran
su camino sin invadir sus hogares. Aún luego de que se cristianizara el Viejo
Continente, muchos de estos pobladores no abandonaron sus costumbres
paganas, vinculando incluso la celebración de la noche de brujas con la fiesta
cristiana de los difuntos, que tiene lugar el 2 de noviembre.
•
Años después, los inmigrantes irlandeses que llegaron a las costas
norteamericanas introdujeron Halloween en Estados Unidos, donde
rápidamente se transformó en una gran fiesta popular y comercial a la que se le
agregaron todo tipo de elementos relacionados con el terror: brujas, fantasmas,
duendes, vampiros, zombis, momias y monstruos.
•
Todos los 31 de octubre, se organizan cientos de fiestas temáticas y los
niños salen a las calles disfrazados a pedir dulces bajo la consigna: “truco o
treta”.
7. • La bruja de Halloween, junto a la calabaza, son los dos grandes símbolos de una fiesta que
se celebra cada 31 de octubre. Como sabéis, el Halloween es una antiquísima celebración
celta con la cual recordaban a sus muertos. Esta tradición tuvo una gran aceptación
inicialmente en los países anglosajones, de los cuales se expandieron gradualmente por
todo el mundo. Para celebrarlo uno disfraza de seres terroríficos como brujas, vampiros y
muertos vivientes. Esta costumbre de disfrazarse nació en Francia entre los siglos XIV y
XV, cuando la peste bubónica azotó a toda Europa y generó un enorme sentimiento de
respeto hacia la muerte, exaltando, al mismo tiempo, su superioridad y las ganas de
honrarla a través de diferentes facetas creativas. La población empezó a tomar conciencia
de su mortalidad, por lo que se multiplicaron las ceremonias de homenaje a los difuntos, se
desató la inspiración artística y comenzaron a proliferar representaciones de la Muerte, que
evolucionaron a auténticas fiestas de disfraces. Estas celebraciones tienen la vida del más
allá como denominador común, por eso en ella abundan atuendos de brujas, esqueletos o
fantasmas. La leyenda cuenta que las brujas se reunían en aquelarres convocadas por el
Diablo cada 31 de octubre. Es por ello que esta noche también era conocida por dar la
bienvenida a un nuevo año de brujería. Las brujas de Halloween simbolizan que el último
día de octubre los poderes satánicos y la brujería está en su nivel más alto. Lo hay incluso
que aseguran que si uno se pone la ropa del revés y camina hacia atrás esta noche, podrá
comprobar cómo se le aparece una bruja. La asociación de las brujas con el Halloween se
relaciona con el lado oscuro y la magia, lo que hace a estos personajes herederos de
tradiciones vinculadas a los antiguos druidas celtas. Además, el gran auge que estas
figuras diabólicas está adquiriendo últimamente en la sociedad, con referencias a ellas en
la literatura y el cine, dota de especial relevancia esta fiesta, que da rienda suelta a todo
tipo de representaciones de sus conjuros. A ellas se asocian los gatos negros, animales
sobre los que recae las creencias de estar poseídos pos las almas de los muertos que
regresan del más allá o por el espíritu de alguna bruja, que se transforma para acercarse
más fácilmente a sus víctimas